Integrantes de la Comisión Pro Fomento del Barrio de Viviendas Municipales del Puerto del Buceo explicaron a la diaria que las mosquitas invadieron sus casas por primera vez en octubre de 2008. Desde entonces, aparecen mayoritariamente en los meses de octubre, noviembre y diciembre, así como en veranillos y en días de calor y de humedad.
Fueron identificadas por la Unidad de Zoonosis y Vectores del Ministerio de Salud Pública (MSP) como insectos de las familias Phoridae y Psichodidae, y se supone que es una especie de mosca común que se crea en el fluido de los cadáveres. En el informe realizado, la Unidad de Zoonosis detalló: “Esas moscas son inofensivas para el ser humano, pero en grandes cantidades pueden representar un riesgo para la salud, contaminando agua, alimentos y otros objetos del hogar”.
Por las descripciones y fotos mostradas por los entrevistados, es posible determinar que son de color marrón y que la mayor diferencia con las mosquitas de la fruta radica en el comportamiento: “Se meten en el freezer, en el agua caliente, se te meten en la nariz, las corrés y no se van”. Detallaron que ingresan al freezer incluso estando éste cerrado, por la ranura mínima que deja la puerta, y que se depositan, por ejemplo, en las cubeteras.
La IMM ha fumigado en el cementerio, en el barrio, en los patios y en el interior de las casas. Pero las mosquitas regresan. Los vecinos afirman que si bien siempre hubo de estos insectos en el cementerio, nunca habían llegado a sus hogares. La zona más afectada es la lindera a la calle Tomás Basáñez (lateral sur del cementerio, perpendicular a Rivera) pero llegan, por oleadas, hasta Montevideo Shopping.
Viene de atrás
Los representantes de la comisión barrial afirman que la invasión de mosquitas ocurrió luego de que comenzaron a utilizarse los nuevos nichos colectivos (sin divisiones internas) de la empresa fúnebre Previsión SA, en agosto de 2008. Se trata de 230 nichos edificados para albergar a 460 cuerpos. Se ubican sobre la calle Tomás Basáñez, encima de un ala de nichos más antigua.
Los vecinos comenzaron a movilizarse por esta ampliación a mediados de 2007, cuando se enteraron de que el proyecto de la funeraria había sido aprobado por la IMM. Señalaron que los respiraderos de los nichos proyectados tendrían una altura relativamente baja y que se ubicarían sobre el extremo que da a la calle, a pocos pasos de sus casas. Reclaman que la IMM no realizó ningún estudio de impacto ambiental para habilitar la ampliación del cementerio. En agosto de 2007, cuando la comisión barrial acudió a la Junta Departamental, el arquitecto responsable de la comuna declaró que el convenio con la funeraria ya estaba firmado cuando se le pidió asesoramiento.
Al respecto, Daniel Espósito, director del Departamento de Acondicionamiento Urbano de la comuna (división de la que depende Servicio Fúnebre y Necrópolis), dijo a la diaria: “La intendencia hace estudios de impacto ambiental para emprendimientos nuevos, pero acá estamos hablando de un cementerio que tiene su historia y las actividades que allí se realizan ya están contempladas”.
Revoloteando
Entre agosto y octubre de 2008 Previsión SA realizó 132 inhumaciones en los nuevos nichos colectivos, esto es alta frecuencia de enterramientos en pocos meses. En ese momento aparecieron las mosquitas. Los vecinos enviaron a analizar las muestras y solicitaron la inspección del Servicio de Salubridad Pública de la IMM. En el informe de dicho servicio expresa: “La presencia de insectos, moscas en este caso, se genera en el interior de los nichos construidos por la empresa Previsión, mediante un nuevo sistema con materiales livianos. Estos materiales permiten que exista una amplitud térmica en la parte interna de la construcción y comunicación de los distintos sectores, tanto en forma vertical como lateral, que favorece la reproducción y el desarrollo de los insectos en forma más acelerada que en condiciones naturales, por lo que esas poblaciones salen al exterior por los respiraderos de la construcción”. Las puertas de estos nichos son de aluminio. Días después la comuna determinó que no se realizaran más inhumaciones y que se cerraran herméticamente los respiradores de los nichos.
Pero a pesar de esto las mosquitas volvieron. Enrique Yarza, prosecretario de la comisión barrial, explicó a la diaria: “En el cementerio hay otros nichos colectivos que están más hacia el interior que hasta ahora no habían dado problema, pero se ve que estos nichos y los demás generaron estas mosquitas a las que ahora ya no pueden frenar”.
Espósito afirmó que “no se sabe si la aparición fue producto de este nuevo emprendimiento o si responde al cambio climático, que está generando problemas también en parques y en espacios públicos”. El jerarca afirmó que no se debía a los nichos colectivos, porque se hacen en todos los cementerios del país. Cuestionado sobre las condiciones técnicas de los de Previsión SA en el Cementerio del Buceo, Espósito reconoció que hubo “algunos detalles técnicos, con aberturas que no sellaban bien” y que la intendencia “no volverá a habilitarlos hasta tener los estudios pertinentes”. En este sentido, la comuna también suspendió las obras que realiza la funeraria Abbate en el extremo que da a la rambla.
A propuesta de la IMM, la sección Entomología de la Facultad de Ciencias presentó un proyecto ante la comuna para estudiar los insectos que están en el cementerio y en las casas vecinas, entre ellos las mosquitas. Patricia González, asistente de Entomología, dijo a la diaria que se está esperando la aprobación municipal y que insumirá un año de muestreo porque serán analizadas en las distintas estaciones, y otro año más para procesar los datos.