Identidad

La semana pasada se realizó en el Centro de Conferencias de la Intendencia de Montevideo el IV Congreso de Turismo de la Red de Mercociudades “El turismo como motor de desarrollo económico y social”. En dos días de encuentro se realizaron paneles en los que se abordaron diversas problemáticas e iniciativas del sector turístico. Se trabajaron temas como la explotación sexual, la generación de ofertas turísticas y propuestas de cooperación público-privada. Durante la ceremonia de apertura, Héctor De Benedictis, presidente del Ente Turismo de Rosario y representante de la Red de Mercociudades, expresó preocupación respecto de la consolidación de los destinos turísticos en América. “Es necesario insistir en el trabajo de una identidad; estoy convencido de que las ciudades sin identidad no aparecen ni serán marcadas en ningún mapa turístico. Frente a la globalización, lo que va a hacer que nos destaquemos como ciudades es nuestra propia identidad, cosa que en muchos casos nos cuesta verdaderamente mucho poder definir. A partir de esa identidad se genera lo que se conoce como producto turístico”, expresó. Destacó que desde la Red de Mercociudades es necesario generar un modelo de ciudades que se diferencien de lo que proponen las multinacionales. “Hay que evitar esa cosa del no lugar que proponen las grandes cadenas, donde uno está dentro de la habitación sin saber qué ciudad tiene alrededor. Tenemos que definir acciones que nos potencien a partir de nuestra identidad”, dijo.

A pocas semanas de comenzar a plantearse cambios en las direcciones de las distintas divisiones municipales, a partir de la asunción de la intendenta electa, Ana Olivera, el director de Turismo de la comuna capitalina recordó que una de las cosas más importantes realizadas en el último período de gobierno municipal fue el desarrollo de emprendimientos de cogestión pública y privada.

“En turismo lo más importante que hemos hecho, como ocurre en tantas otras actividades, es lo que no se ve. Por ejemplo, en este período se creó el Museo del Carnaval, que era una vieja aspiración en la que durante 20 años se vino trabajando y se pudo concretar hace cuatro años. Lo más importante no es el museo en sí mismo sino su gestión”, señaló González. Se trata de un espacio público cultural que se encuentra bajo la legislación privada. En el fideicomiso participan la IMM, el Ministerio de Turismo y Deporte (MTD) y la Administración Nacional de Puertos (ANP), mientras que la administración corre por cuenta de la Corporación Nacional para el Desarrollo, que se rige por la legislación privada, lo que permite mayor agilidad al momento de tomar decisiones.

La evolución de la Corporación Turística de Montevideo, conformada en el período de gobierno de Mariano Arana, fue otro aspecto destacado por el mandatario. “Evolucionó buscando su formato ideal hasta lo que hoy se consolidó, el Conglomerado de Turismo de Montevideo, que se amparó desde un principio en un programa financiado por el BID [Banco Interamericano de Desarrollo] pero ya tiene vida propia como asociación civil de privados con participación del ministerio y la intendencia”.

En el marco de la generación de una estrategia común entre públicos y privados, la semana pasada el conglomerado dio a conocer el plan de trabajo anual que desarrollarán los empresarios que integran el equipo junto con los organismos estatales. La aplicación de señalética en las calles de Montevideo para indicar el nombre de los principales edificios, monumentos y lugares emblemáticos será una de las acciones con más notoriedad, pensada tanto para los turistas como para los ciudadanos que desconocen los monumentos de su ciudad. Asimismo, a través de un Plan de Calidad de Montevideo asumirán el compromiso de capacitar a los operadores y trabajadores del sector turístico.

Al hablar sobre el surgimiento del conglomerado y las facilidades financieras que brindan diversos organismos internacionales, González manifestó: “La intendencia tiene un presupuesto que ronda los 400 millones de dólares por año y en este período de cinco años fue en el que más cooperación exterior se consiguió, unos 20 millones de dólares, la mayoría proveniente de Europa. Si se compara la colaboración con lo que fueron estos cinco años, es bastante insignificante. Las cosas no se hacen porque haya cooperación de afuera, el tema es por qué desdeñar la colaboración de afuera, si hay dinero del exterior que viene para programas concretos”.

Sentenció, además, que la cooperación tiene contrapartidas nacionales y que los organismos municipales o estatales tienen que aportar su cuota particular en la financiación.

Por hacer

La aplicación de una tasa turística es una de las propuestas que quedarán encaminadas para cuando asuma la próxima administración. “En muchas partes del mundo a donde vas te cobran un pequeño impuesto, que es voluntario, para financiar la promoción, cuyo valor no supera un dólar o un dólar y medio por toda la estadía”, dijo González. La gestión se hace por intermedio de un agente de retención que, en la mayoría de los casos, son los hoteleros, que lo cobran y luego lo vuelcan a un fondo de asociación civil que reúne al sector.

El director detalló que la tasa turística “nos brindaría presupuesto para financiar la promoción de la ciudad sin que les costase más a los montevideanos; los propios turistas van a generar el dinero para promocionar la ciudad en el exterior”.

Tomando como referencia que cada año llegan unos 700 mil turistas a Montevideo y que una tercera parte se hospeda en hoteles (el resto lo hace principalmente en casas de familiares), “hablamos de más de 250 mil dólares por año, una cifra nada despreciable si se calcula que la intendencia destina unos 120 mil dólares anuales. Estaríamos por encima de lo que tenemos hoy, sin cargar a los montevideanos”.

Otro tema que podrá abordar la administración entrante es analizar el impacto que tiene el Carnaval en Montevideo. Citando a Luiz Carlos Prestes, autor del libro Cadena productiva de la economía del Carnaval, con quien se han contactado desde la intendencia para comenzar a investigar el impacto de esa fiesta popular en la ciudad, González comentó: “En Río de Janeiro, por ejemplo, se quintuplica el consumo de cerveza durante el Carnaval, lo que comprueba que el ingreso no es sólo a través de la venta de entradas, es también la venta de refrescos, de cerveza, de panchos, etcétera”.

Algo en lo que sí se trabajó durante estos cuatro años fue en la modificación del Desfile de Llamadas, fundamentalmente para mejorar la seguridad. “Las Llamadas se habían vuelto incontrolables porque eran demasiado largas. La primera Llamada en la que me tocó la responsabilidad de organizar, la tuvimos que suspender a las tres y media de la mañana porque era insostenible. Ninguna familia bancaba desde las ocho de la noche hasta las siete de la mañana; eso era un disparate. El principal disparador para modificar el desfile fue el tema de la seguridad”. Además, tanto la comuna como las organizaciones involucradas le sacaron rédito económico al cambio por la venta doble de asientos para disfrutar el espectáculo.

Uruguay, ¿país de servicios?

La falta de conciencia de los montevideanos sobre la importancia del turismo es un tema que se evidencia cada vez que un guarda de ómnibus le habla mal a un visitante, cuando un mozo atiende mal a un turista, y en muchas otras circunstancias.

“Falta que la gente tome conciencia de la importancia del turismo. El año pasado fue la segunda actividad en cuanto a ingreso de divisas al país, pero no hemos logrado que eso esté en la conciencia de todos los montevideanos. Somos reconocidos como personas amables y cultas, pero no alcanza con eso”, concluyó sobre nuestra hospitalidad. Acciones educativas y de sensibilización, principalmente con niños en etapa escolar, son parte de la estrategia de trabajo para generar mayor conciencia en los ciudadanos y crear un destino turístico más sólido.