Desde que el juez dio el pitazo inicial se notó un Nacional totalmente decidido a ir en busca de la victoria; en el elenco tricolor sobresalía el mediocampista Sandoval, quien por razones personales no había participado en el partido de ida. Además hizo un muy buen trabajo el volante de creación Daniel Barreto. Ya a los diez minutos del primer tiempo los albos habían estrellado un remate en el palo. Esta superioridad se vio plasmada en el minuto 30, cuando apareció demasiado solo en el área el Mono Mignone, pierna derecha, remate bajo y 1 a 0, lo cual marca un claro error de la defensa local, error que susurraban los hinchas wanderistas. “A ése ni un centímetro solo se lo puede dejar”, se pudo escuchar por ahí. Mignone ya había anotado en varias oportunidades en el Ubilla jugando por la selección de Colonia y ahora lo hizo para el Nacional de Nueva Helvecia.

Hasta ese momento los locales prácticamente no habían atacado, por lo que la victoria visitante era tan contundente como justa. El minuto 45 pudo haber sido un punto bisagra para el partido, porque entonces el capitán tricolor, Gastón Orsi, no escatimó en agresividad y fuerza a la hora de disputar un balón, lo que motivó su inmediata tarjeta roja.

Con este resultado, con un clima propio del mes de diciembre y con la parcialidad local un tanto sobresaltada se terminó el primer tiempo. Melo Wanderers no había repetido para nada lo hecho en la ciudad de Nueva Helvecia y una vez más dejaba claro que al equipo le resultaba más fácil jugar de visitante que de local. Un hecho cercano en el tiempo que delata esta rara condición del equipo arachán fue la victoria en tierras duraznenses 1 a 0 ante el Racing local en semifinales.

Equipos a la cancha, por un lado 11 por el otro 10, la terna llegada de Canelones pronta y en marcha los segundos 45. Desde el comienzo se dio un panorama muy parecido al de los minutos iniciales del primer tiempo, un Nacional dominando, teniendo la pelota, y un Melo Wanderers nervioso, falto de confianza y sin muchas ideas a la hora de buscar el arco defendido por el portero Ruiz. Esto dio como resultado que el futbolista local Nicolás García viera la tarjeta roja y dejara a su equipo con diez, producto de cometer una fuerte falta y protestar tontamente el fallo del árbitro Óscar Apolinario. “A mi juego me llamaron”, parecían decir los puntas helvéticos, quienes parecían anunciar en cada jugada que tenían a su favor que el segundo no tardaba en llegar. Y así fue no más: a los 17 Dani Barreto convertía y les decía a los tricolores helvéticos que el finde que viene quisiera ir a visitar la tierra “del señor que la pica”.

A los 21, Matos, quien había sido el mejor de los locales, puso la cosa 2 a 1 de tiro penal y aclaraba que nada de locuras y que el finde que viene estaría bueno para quedarse por ahí no más, quizá viendo cómo un hijo filma las andanzas de su padre. Pero Mignone quiso comer serranitos y a los 37 marcó el tercero tras un grueso error de la defensa melense. De allí en más ya no hubo dudas de que el resultado sería favorable a los tricolores y de que todos nos veríamos nuevamente las caras en Lavalleja. A los 42 minutos Leandro Alfonso marcó el cuarto y definitivo gol. Si bien entre un equipo y otro no existe una diferencia de tres goles, Nacional hizo mucho mejor las cosas, siempre buscó el arco rival y además contó con la presencia del goleador Mignone, que por algo es el máximo artillero de este campeonato. Por el lado de los locales se vio un equipo desconocido, muy distinto al que se había presentado siete días atrás en Nueva Helvecia, un equipo que va a tener que trabajar mucho en la semana para poder derrotar a este Nacional que, sin duda, se va a ver muy fortalecido.