Ahora está allí, emparejado en la primera posición, este Danubio que tiene objetivo de campeón. Más allá de que alguien no danubiano pueda interponer el argumento que se resume en un “hasta ahora sólo les ganaron a equipos que vienen del ascenso”, lo cierto es que su parcialidad -que al menos quintuplicó a la de su rival el sábado- tiene motivos para entusiasmarse, ya que existen buenos y muy buenos jugadores y el juego colectivo se va armando. Efectivamente, la victoria 2-1, con el gol de Miramar Misiones recién en el minuto 90, se suma, con características de confirmación de andar en el buen camino, al triunfo anterior ante Bella Vista y ya lejano queda el empate inicial frente a Cerro. El invicto vale porque también se mantuvo lidiando no sólo con un rival que tiene ganas de quedarse en la divisional superior sino también peleando con un piso sumamente pesado, con agua y barro abajo del verde, y con un pasto sin cortar por la lluvia de varios días. Tal vez por eso los minutos iniciales del primer tiempo se emparejaron y sobre los 15 minutos tiró con posibilidades Leo Medina y enseguida contestó Perrone; luego el partido tuvo a Danubio más cerca de abrir el tanteador ya en un remate afuera de Perrone (22'), o cuando el botija olimareño Diego Giménez, debutante como titular en partido oficial, tuvo la pelota de frente al gol, le dio algo suave y atajó Fernando Pérez (23'), y también en un contragolpe encabezado por Anderson Gonzaga con sucesivos toques de zurda terminado con doble intento de remate de Daley Mena, otro que se mostró muy activo (35'). Había respuestas del equipo dirigido por Roland Marcenaro, por ejemplo cuando Héctor Romario Acuña se las arregló para conseguir ángulo, se ganó la posibilidad del gol y el tiro se le fue alto (37'). El segundo tiempo vino con novedades tempranas ya que, a los tres minutos, un contragolpe con conducción larga de Anderson Gonzaga terminó, ya sobre el área rival, en los intentos de gol de Daley y de Perrone para culminar, finalmente, Giménez del otro lado. La superioridad fue confirmada cuando 13 minutos después Diego Perrone aprovechó un grave descuido defensivo para entrar con pelota dominada por la izquierda y, ayudado por su claridad de definidor, encontrar un hueco en el arco rival justo abajo contra el palo opuesto. Luego de plasmado el 2-0, entre la tranquilidad danubiana y la buena desesperación del equipo fusionado intentando el descuento, con el buen aporte del ingresado Juan Rodríguez acompañando como puntero derecho a Medina y Acuña, el encargado del audio puso el tema de la honestidad en el tapete al invadir el partido con un llamado a la hinchada visitante: “Tengan a bien devolver las dos pelotas que tienen en su poder”. Como para que el rival no disfrutara los minutos de descuento, Leo Medina convirtió un buen gol como consecuencia de la repetición de tiros al arco en una misma jugada. El 2-0 estaba bien, el 2-1 no está tan mal. Su hinchada lo ve como candidato. ¿Tiene armas Danubio? Sí que las tiene. En la zona de volantes se luce Gonzalo Porras trancando y molestando cuando hay que recuperar la pelota siendo ágil, despierto y muy criterioso para comenzar invasiones al campo rival. Mathías Riquero lo acompaña también con buen pie. Delante de ellos se despliegan tres media puntas con tres cuartas partes de avancistas netos y un cuarto de ayuda defensiva. Al estilo de Carrasco, Matosas ubicó al zurdo Gonzaga por la derecha y al derecho Daley Mena por la izquierda. Brasileño y colombiano accionaron con acierto, Daley dando la impresión de que se encontraría más a su gusto y favoreciendo su cuestionada precisión, en proceso de mejora, si se ubicara donde sus movimientos fueran más naturales. Perrone es la amalgama que une al resto incluso cambiando de posición como hizo en el segundo tiempo cuando le dejó el centro de esa zona del equipo a Gonzaga. Diego Giménez se movió como único delantero neto y causó buena impresión. El otro brasileño de mundo, el punta neto Luciano Emilio, fue resguardado para mejores terrenos porque tenía problemas musculares menores pero, obviamente será una carta fuerte en próximas presentaciones, al igual que cuando se produzca la vuelta del Chino Recoba, a quien siempre le cuestan los comienzos de temporada con sus consiguientes reintegros al entrenamiento (a confesión de parte, relevo de prueba). En defensa, la pareja de Malrechauffe y Pallas funciona, cayéndole al primero mucho mejor esa posición que la de lateral derecho de pasadas temporadas. Goicoechea ha mejorado, el Cotorra Míguez ha encontrado su lugar en el mundo y Matías Pérez ahora es bien estimado por Matosas. Además están Rodrigo Vázquez -que estará en dique seco al menos una semana por una expulsión totalmente evitable cuando lo que más precisa es actividad continua-, Jorge García y el interesante Matías Guzmán, entre otros. Por todo eso, y porque tiene el estímulo de ganar por la vía del buen juego que le manda su entrenador, Danubio es candidato, esa condición que hay que confirmar cada fin de semana.