En un viernes posterior a una lluvia constante que empapó al país durante cinco días seguidos, los charcos y las baldosas flojas en las calles de la Ciudad Vieja no les hacían la tarea fácil a los pocos bolicheros que desafiaron las condiciones adversas en busca de una noche de juerga. En la calle Rincón, entre Bartolomé Mitre y Juan Carlos Gómez, no había un alma. A mitad de cuadra, justo enfrente al Centro Cultural de España, está ubicado Divas Le Club, un restó pub afrodisíaco que abrió en el mes de agosto con la promesa de desafiar los tabúes del gris pueblo uruguayo.
Giorgio Pauletti, el encargado, contó a la diaria a qué público apuesta este atrevido emprendimiento: “Está pensado para las personas a las que les gusta pasar un buen momento: a ese público más morboso, más hedonista, más liberal, que no es tan acartonado y tan miedoso como el montevideano promedio. Es una propuesta diferente, no se puede explicar, tienen que venir”.
Si uno se basaba en las repercusiones que dejó la inauguración del local y en las expectativas generadas por quienes, desde hace tiempo, intentan sin éxito establecer en Uruguay algo similar a una farándula, el panorama era al menos alentador. Las palabras “erótico”, “exclusivo”, “provocador”, “afrodisíaco”, “propuesta diferente” y “baile del caño” fueron el lugar común en las crónicas televisivas de la inauguración de Divas y de la celebración de la Noche de la Nostalgia.
Aquella noche el principal atractivo había sido la presencia de la veterana diva argentina Moria Casán, la “madrina” del emprendimiento, que es dueña de un restó de este estilo en Buenos Aires y que ayudó a Mauricio Peña, el dueño de Divas, a instalar su propio local. “Tenemos una afinidad muy grande. Nosotros somos muy jóvenes, ella tiene una personalidad muy de madrina”, dijo el empresario. De las personalidades del medio local se acercaron la infartante Jessica Zunino (la más recordada de las Chicas Feivy), Marcel Daset, Bebe Morosini, Karina Vignola, Gaspar Valverde, Marco Palillo Vanzini, Ruben Sosa, Alejandro Balbi, Sergio Gorzy y Rodolfo Pereyra. Hubo mucho glamour…
Erotismo hasta en la sopa
De vuelta al viernes de boliche. De brazos cruzados y parados con una rectitud militar, una pareja de mastodontes vigilaba la entrada al local: dos grandes puertas de vidrio grises que ocultaban lo que adentro estaba sucediendo. Como si se tratase de una ciudad prohibida. Aunque parecían hombres de pocas palabras, después del tercer cigarrillo de la noche se convirtieron en buenos interlocutores para tópicos como el clima, el fútbol y lo alicaída que está la Ciudad Vieja.
El reloj marcaba las 23.30 y, aunque todavía era temprano, era una buena hora para empezar a develar el misterio. Quienes conocieron el extinguido boliche Almodobar recordarán que al entrar al local hay una gran barra a la derecha; y a la izquierda, un escenario y una enorme pista de baile, ahora ocupada por un living y mesas al estilo restaurante. En el segundo piso, que balconea al escenario, unas cuantas mesas estaban desocupadas. El único cambio estructural a la vista fue en la barra, donde se instalaron cuatro caños (para el baile).
De short ajustado y camisa atada debajo de los senos ensayaba su rutina una chica rubia muy bien proporcionada. Aunque se trataba de un ensayo, y sus movimientos no eran producto de un gran esmero, se notaba su conocimiento en la materia. Tímidamente mi acompañante, del sexo opuesto, enfiló hacia las mesas más alejadas de la acción. ¡Lástima! No traje el largavistas.
Minutos después la moza nos trajo el menú, un capítulo aparte. Como sabíamos de antemano, éste iba a estar compuesto por comidas con abundancia de ingredientes afrodisíacos como el ajo, apio, salmón, chocolate, etcétera pero no imaginamos que los nombres de los platos iban a ser tan explícitamente eróticos. A continuación un top ten de los platos: Desvísteme con tu mirada y Excítame con tu aroma (entradas), Susúrrame al oído (ensalada), Devórame sin más vueltas (pescados), Acaríciame hasta el delirio (cerdos), Ámame intensamente (pollo), Átame con hilos de seda, acabaré amándote (carnes rojas), Saboréame con lujuria (pasta), Recítame amor eterno (postre). Pedimos una porción de Excítame con tu aroma, una entrada a base de rabas empanadas, y una cerveza.
El color del calor
El DJ arremetió con un mix de Madonna, Shakira y Britney Spears y los shows eróticos fueron subiendo la temperatura paulatinamente. Primero pasó una pelirroja que se especializaba en trepar el caño y descender abruptamente para estacionarse a centímetros del piso con sus piernas abiertas; luego vino una morocha que en vez de usar el caño para ese tipo de “trucos”, diría la galera de Pachano, bailaba a su lado como si se tratase de un poste; y siguió una imponente petisa escotada que cautivó a los espectadores acodados en la barra.
Los espectáculos elaborados no son exclusivamente los viernes. El sábado siguiente un musculoso stripper vestido de karateca se ganó las ovaciones de la platea femenina y un pelado que llegó a Divas haciéndose pasar por un espectador más, subió a la barra y terminó bailando en slip de lycra con una de las chicas.
“Viajando me di cuenta de que en Uruguay faltaba una apuesta con este tipo de espectáculos. El uruguayo es tímido y le da miedo el sexo, tiene muchos tabúes con respecto al tema. Nosotros lo que queremos lograr es que la gente pueda ver el sexo desde muchos puntos de vista, desde el baile sugestivo, desde el juego sexual y desde el humor. Creo que tenemos una buena idea, y la vamos a ir mejorando cada día más”, indicó el empresario.
Sobre la una de la mañana del viernes se sentó a una de las mesas un grupo de jovencitas de no más de 19 años y una veterana que tenía pinta de ser la tía bandida; en otra mesa y un rato después, llegó un hombre de unos 55 años, de pelo blanco y barba prolijamente modelada, acompañado de una diosa de unos 25 añitos, que saludó a las chicas que bailaban en la barra. Más tarde, se sumó a la mesa de este galán la anteriormente mencionada imponente petisa.
Previo al comienzo del divertido show de stand up Vamos a ponerlo así, en el que la sexóloga Carolina Villalba y el comediante Paul Fernández mostraban los distintos tipos de juguetes sexuales y sus formas de uso, llegaron dos figuras masculinas de la “farándula nacional”.
“De a poco la farándula está empezando a participar de algunos emprendimientos. En Uruguay faltaba un restó afrodisíaco, un american bar, un lugar que va a traer el teatro de revistas a Uruguay. Vamos a traer ciertas personalidades argentinas para hacerlo y van a seguir viniendo más sorpresas. El nivel de espectáculos en Uruguay está muy chato, nosotros apostamos a shows con más espectacularidad, más al estilo Broadway”, opinó Peña.
La cosa fue pasando de castaño a oscuro. Al boliche iban llegando empresarios que cuchicheaban entre sí, y también lo hacían con algunas de las bailarinas; en el transcurso de la noche los espectáculos eran cada vez más personalizados.
“Nosotros lo que queremos provocar es que la gente vea al sexo libremente, desde un punto de vista artístico, no tanto desde el punto de vista del sexo físico, explícito. No hay topless, no hay desnudos, y fundamentalmente no hay prostitución. Las bailarinas lo tienen prohibido. Obviamente nosotros no sabemos todo lo que pasa… Igualmente lo perseguimos, lo tienen totalmente prohibido. Es causal de despido dedicarse acá a la prostitución”, dijo Peña.
La empresa
Hay dos prostíbulos -a los que la empresa llama sex clubs- que forman parte del grupo Divas: El Templo del Morbo, en Yaguarón 1414, y La Ciudad del Vicio, en Paysandú 1313. Además, en el sitio web www.divas.com.uy se informa de otros dos servicios que ofrece la empresa: Divas Delivery (bastante literal, mandan chicas a domicilio) y Divas Vip: “un servicio diferencial que se destaca sobre el anterior por una mayor refinación de la selección”, se anuncia.
Consultado acerca de la relación entre el restó y estos locales, Peña titubeó al responder: “No tienen ninguna relación, Divas Le Club es un local único. Vamos a abrir otro restaurante en Punta del Este más adelante, pero no tiene nada que ver con los otros. El tema de la página debe de ser una confusión, porque nuestra página es www.divasleclub.com y no www.divas.com.uy”.
En realidad no son páginas distintas, porque entrando a www.divas.com.uy y cliqueando en la opción “Restó afrodisíaco” se abre una nueva ventana que conduce al otro sitio. Al plantearle que se puede entender que sean dos tipos de negocios distintos, pero que están manejados por una misma empresa, por un mismo dueño, el empresario respondió: “Yo estoy atrás de éste… es todo lo que te puedo decir”.