Una de las cosas lindas de ganar una competencia internacional es, al otro día, todavía con la resaca fresquita por los festejos, ver qué dicen por ahí del logro propio. Un sano ejercicio de autocomplacencia que, por suerte, los uruguayos cada tanto nos podemos dar y que sirve, además de para alimentar la autoestima, para reubicarnos en nuestra realidad, ayudados por el ojo ajeno.

Ahora Ucrania

El próximo compromiso de la selección uruguaya tendrá lugar el viernes 2 de setiembre. Ese día el equipo de Tabárez jugará un encuentro amistoso ante Ucrania como visitante en la antigua república soviética. Sobre mediados de agosto el cuerpo técnico realizará la reserva de los futbolistas que participarán en dicho juego, que se estima será el último antes de enfrentar a Bolivia el 7 de octubre en el arranque de las eliminatorias rumbo al Mundial 2014. La duda radica en que se están realizando gestiones para concretar otro juego en Europa. La fecha que se maneja es el 6 de setiembre, la sede del eventual partido sería Londres y el rival no está definido, aunque lo cierto es que la posibilidad de realización de este cotejo parece algo lejana.

Casi inevitablemente comenzamos este repaso cruzando el charco informativo. Así spudimos encontrar algunos textos disfrutables. El periodista argentino Juan Pablo Varsky en su habitual columna de la sección deportiva del diario La Nación destacó la victoria celeste, a la vez que exigía renovación para su selección. “Todo sigue igual, por eso ya se necesitan cambios”, se titula la nota, que destaca la superioridad mostrada por Uruguay en la final del domingo (cuando un campeón gana la final con amplitud en el resultado y autoridad en el juego, le deja otro sabor al torneo”) y entre las individualidades celestes tuvo un espacio aparte para el desequilibrante Luis Suárez. El delantero de Liverpool mostró todo su repertorio desde cuartos en adelante, en los duelos de verdad. Es el primer defensor, molesta la salida rival. Gana por habilidad, por velocidad y por manejo del cuerpo”, escribió Varsky, que concluyó su sentir sobre la consagración uruguaya señalando que a Copa América “no fue un gran torneo, pero tuvo un gran campeón”.

En la misma página también publicó una linda nota Daniel Arcucci, otro referente positivo del periodismo deportivo argentino. En “Lecciones uruguayas en el Monumental”, Arcucci, en primer lugar, valora con sana envidia la pacífica convivencia entre hinchas uruguayos y paraguayos en el recinto riverplatense, para luego referirse a lo que, a su entender, es la base del resultado final de la Copa América: la organización impuesta desde arriba por Óscar Washington Tabárez. Se trata de aprender y de estudiar, en todo caso, desde lo conceptual. Y la lección que enseña Uruguay, así planteada, se llama rigor profesional, orden institucional y coherencia entre el discurso y los hechos. Eso, y no otra cosa, es lo que les ha permitido obtener el máximo resultado de sus recursos, cada uno de ellos de acuerdo a su dimensión y en su rol”, escribe Arcucci.

En una línea similar se expresó el periodista español Delfín Melero, que en su crónica aparecida en el diario madrileño Marca enfatizó que la selección de Tabárez acabó cuarta hace un año en Sudáfrica y ganó la Copa América sabiendo lo que hace, explotando sus virtudes y aceptando sus limitaciones. Uruguay jugó con más de una pelota, con la que estaba en el campo y con las que tienen cada uno de los futbolistas charrúas entre las piernas”. Pero además de esta referencia a la actitud con la que defienden la camiseta nuestros jugadores, Melero regodea al futbolero uruguayo promedio con un lindo firulete narrativo: La Celeste barrió a Paraguay en la final y elevó a los cielos la Copa América, tesoro del que ningún otro país sudamericano, ni Argentina, ni Brasil, se ha apoderado más veces que el pirata uruguayo. Así actuó Uruguay, con el cuchillo entre los dientes, y así ganó el título, corriendo por un país entero que lleva el competir en los genes. Con eso se nace y se lo demostró al mundo entero”.

El también español As incluyó un artículo que se inicia con un juicio contundente acerca de las virtudes de nuestro representativo. “La Copa América 2011 fue conquistada por un Uruguay que despide honestidad futbolística en defensa, compromiso en la medular y talento en la delantera”, se lee en la bajada de la nota firmada por Fermín de la Calle que se titula “Uruguay, campeón de hoy y de siempre”.

En Brasil los principales títulos de todos los portales deportivos estuvieron dedicados al torneo local (que no se detuvo por la Copa América), aunque igualmente hubo espacios para el logro uruguayo. En el completísimo sitio globoesporte.com, sin dudas uno de los mejores en cuanto a información deportiva en nuestro continente, se realizó una extensa cobertura de la final e incluso un enviado especial estuvo en Montevideo cubriendo los festejos.

En el mismo portal brasileño se refirió ayer a la victoria uruguaya el entrenador de la selección verdeamarela, Mano Menezes, que en conferencia de prensa brindada en Río de Janeiro -en la que anunció la nómina de jugadores convocados para el amistoso que los norteños jugarán el 10 de agosto en Stuttgart ante Alemania- ponderó a nuestro representativo. “Tenemos que recorrer un camino que Uruguay ya recorrió. Estoy de acuerdo con algunos analistas en que Uruguay tiene un equipo y ahí está la diferencia. Ellos ya tienen un equipo y nosotros lo estamos construyendo”, declaró Menezes.

Por su parte, el diario inglés The Guardian, que tiene una muy buena sección deportiva, le dedicó bastante espacio a la Copa América y obviamente también ensalzó la inapelable imposición de los nuestros. “Uruguay le ganó cómodamente a Paraguay y obtuvo su 15ª Copa América, sobrepasó a Argentina en cantidad de títulos y es el equipo más exitoso en la historia del torneo”, escribió en el arranque de su análisis el periodista Jonathan Wilson, quien elogió individualidades pero, básicamente, se centró en la gestión de Tabárez: “En un torneo dominado por los entrenadores, el mejor estratega resultó triunfador [...] Olviden a Suárez, a Tomás Rincón, a Justo Villar y particularmente olviden a Neymar y Lionel Messi; el hombre del campeonato ha sido el ex maestro de escuela de Montevideo”.