Se vio un nuevo Peñarol en el Centenario. El 22 de junio jugó ante Santos en el Pacembú por la final de la Copa Libertadores. Dos meses después, siete jugadores titulares que se calzaron la aurinegra en Brasil ya no están en Uruguay. El puzzle que armó Aguirre fue más que El Tanque del Polillita Da Silva. Se los pudo ver en el verde gramado del Centenario a Sebastián Rosano, Walter López, Jorge Zambrana y Adrián Gunino, los cuatro players con debut absoluto en el primer equipo aurinegro; quien ya es viejo conocido es Marcelo Zalayeta, que demostró que puede ser importante en el frente de ataque de los carboneros. Rosano, López y Zambrana jugaron un muy buen partido, Gunino jugó escasos minutos. Por el lado de los fusionados el que se destacó fue el Lea Ezquerra, que no por capricho lleva la 10 en la espalda: el ex River y Defensor jugó un buen partido y fue la mejor arma que tuvo El Tanque para llegarle a una segura línea de cuatro aurinegra. Estaba frío pero no como los días anteriores, con unos guantes y un gorrito te manejabas bien. La gente acompañó y se hizo sentir. No sólo con cánticos de aliento al equipo y a favor de Pacheco, sino que también había tres trapos en la Olímpica que marcaban el “descontentódromo” de algunos hinchas tras la salida del Tony.

El circuito del mediocampo entre Rosano por derecha, López y Freitas en el dobre cinco y Albín por izquierda funcionó bien. Sí, ¡el Zurdo López como volante de contención! A estos cuatro mediocampistas se les sumaban las bandideadas del Monoco Zambrana, que se retrasaba y en asociación con Rosano apretaba el triángulo del playstation para dejar a Zalayeta solo de cara al arco. Como en el segundo gol, que terminó con una gran definición, a ritmo de candombe, del segundo mejor player de Malasia 97. El que indicó el primer gol en el placard fue el riverense Sebastián Rosano, con un derechazo fuerte al segundo palo de Nicola Pérez. La jugada arrancó con Zalayeta, que pivoteó a lo basketballer y dejó solito a Rosano de cara al gol.

Tarde de estrenos

El segundo tiempo se fue entre cambio y cambio. Da Silva mandó al colombiano Miguel Murillo de punta y sacó al volante Curbelo. Además metió a Saavedra por Nico López. Estos dos se juntaron con Ezquerra y generaron el mayor dominio de El Tanque en el partido. Fueron algunos minutos. Después se dieron sucesivos ataques del Carbonero: Zambrana-endemoniado-eludió a Nicola Pérez y pateó, pero en la línea le ahogaron el alarido de gol. También Albín, quien se mostró con mucha potencia en ataque, llegó al área en repetidas ocasiones, correteando cual si fueran los pasillos de la Facultad de Agronomía. Otro que siguió complicando a los defensores fusionados fue Marcelo Danubio. Corre como una gacela y cuando llega al área se convierte en una pantera. Sobre el final se cansó y abandonó el field. El Tanque por ahora no puede repetir las actuaciones de la temporada pasada, pero para la tranquilidad de Polillita aún mantiene varios jugadores del plantel anterior. Para Aguirre, el resultado fue bueno, sobre todo por la incertidumbre que se tenía a priori. Ahora deberá saldar la fecha que tiene pendiente el próximo jueves a las 15.30 en el Centenario ante Bella Vista, para vivir una tarde entre nostalgia e independencia.