No. De perder ni se habla. Ganar experiencia y siempre mirar para adelante. Las muchachas hacen un esfuerzo que ni te cuento. Estudio, trabajo, prácticas en zonas alejadas a sus círculos de costumbre, a veces novio, siempre familia y amigos. En muchos casos las combinaciones no se hacen fáciles. Porque jugar en un cuadro femenino es por amor al arte, ¿sabés? La mayoría de los equipos no solventan ni viáticos, entonces a los sacrificios de horarios y actividades hay que sumarle un esfuerzo económico para poder participar de los torneos. Pasajes, comida, ropa. Muchas veces, lo que hace la diferencia es la presencia de las familias detrás de ellas, que cinchan tanto como un fanático admirador, empujan y acompañan. Entonces la cosa se hace más llevadera y se disfruta distinto.

Nacional es el último campeón uruguayo de fútbol femenino. En el Apertura, torneo que terminó con 10 participantes, ganó nueve partidos, convirtió 52 goles y culminó con sólo seis en contra, siendo el equipo al que menos le anotaron.

Del bolso al bolso

Cindy Tamy Gares tiene 23 años. Llegó primero a la cita. Sentada en un murito en la sede de Nacional sobre la calle 8 de octubre espera que lleguemos las demás. Ya nos conocemos. Nos hemos visto cuando ella vestía la camiseta de River Plate, hace unos años. La recuerdo en la cancha, bien parada, atenta, siempre estilizada, seria, ordenando a sus compañeras. Llego. Me cuenta que está en cuarto año de Facultad de Medicina, que combinar las prácticas de fútbol con las que debe hacer en la policlínica de Santa Catalina, donde cumple sus funciones obligatorias para la facultad, ha sido el desafío más grande de 2011. Y le creo. Las satisfacciones son muchas y se combinan con bastante sacrificio. “Hacer lo que a una le gusta y que te vaya bien, es muy emocionante”, comenta. Y sí que lo es.

Tamy juega al fútbol desde los 12 años. Arrancó desde muy chica, a contracorriente de su madre, que había soñado para ella un mundo de pasarelas y tutú. La insistencia de la niña por jugar desvió el destino que sus mayores habían diseñado. Así fue. Con sus hermanos se arrimó al Rocha Fútbol Club, el cuadro que le quedaba a mano, pero sólo la dejaban practicar y no jugar los partidos porque el equipo era de varones. Al poco tiempo llegó a Nacional, plantel que luego se desarmó. Más tarde fue a Huracán del Paso de la Arena. Al siguiente año, si bien no jugó en el fútbol de AUF, fue citada para la selección uruguaya sub 20. Hasta que llegó a River Plate y se quedó dos años seguidos. Con el conjunto del Prado viajó a Brasil para jugar la Copa Libertadores hasta que en 2011 volvió a Nacional. Volver, a fuerza de volver. Hoy juega de zaguera (posición que no prefiere ante la de volante, que ya ha ocupado en otros cuadros). Tiene una interesante experiencia con la selección uruguaya. Desde muy temprano vistió la celeste y viajó a campeonatos sudamericanos. La experiencia internacional le dio cancha. Se nota cuando habla. Tiene claro que cada vez que quiso dejar el fútbol la fueron a buscar y no se pudo resistir. Es más fuerte que ella. Y cuando la familia acompaña en las aventuras, la cosa se hace más disfrutable. Los hermanos de Tamy se entreveraron también con los deportes. Uno de ellos jugó en Peñarol y en Central Español al fútbol y el otro se inclinó por el básquetbol, jugando en Miramar.

Hace unos años fue operada de la rodilla por una lesión que se ganó en un partido. Todo salió bien y pudo seguir jugando. Confiesa que en los primeros encuentros tuvo miedo, pero nada le impidió continuar.

La experiencia de haber participado en la selección se enfatiza en su discurso. Es que los viajes y los partidos acumulados brindan la posibilidad de conocer y crecer. En noviembre de 2010 Tamy participó del Sudamericano disputado en Ecuador vistiendo la celeste.

Si bien está agradecida con Nacional, la jugadora no oculta que es hincha de Peñarol y aclara: “No soy fanática ni nada. Apenas a veces voy a verlo pero muy poco. Eso no me impidió ponerme la camiseta de Nacional en ningún momento”.

La mejor jugadora del año

Se toma todos los días el ómnibus alrededor de las 13.00. Viaja a Montevideo desde San José a entrenar en Nacional. Antes, sale de su trabajo matinal (cuida a dos niños) y almuerza en su casa. En la capital transcurre toda la tarde. Se aprovisiona de comida suficiente para pasar el tiempo y regresa otra vez a su ciudad cerca de las 23.00. Ésta es la rutina de Mariana Pión, la volante de Nacional que fue galardonada con el Premio Charrúa a mejor jugadora del año 2010-2011. Tiene 19 años. Todo empezó cuando un vecino quiso llevar a sus dos hermanos menores, los gemelos que hoy tienen 17, a jugar en el Club Las Delicias de Playa Pascual. Los niños no quisieron pero Mariana, la irreverente, sí. Se coló en la propuesta, haciendo suya aquella ilusión del vecino por promover jugadores desde pequeños. Marianita tenía cinco años. El cuadro la recibió sin problemas. Ella fue la única mujer jugadora que se animó. Allí creció y aprendió mucho de lo que hoy tiene incorporado. A los 13 años, su categoría la expulsó y no tuvo otra que conseguir un club, había que dejar atrás Las Delicias. En ese momento, Alberto Avellaneda la vio y la incorporó a Nacional. Mariana agradecida. Es hincha del bolso. Además, su pasión por el fútbol podía mucho más que un viaje de ómnibus a veces interminable. Jugar en un “cuadro grande” le parecía una experiencia que no podía perder. Más tarde pasó por Rampla. A los 15 años debutó en Primera vistiendo la casaca roja, azul y blanca del Artigas de Sauce en Canelones, del cual recuerda muy buenas épocas. Hace tres años que volvió a Nacional. Su paso por la selección le brindó la posibilidad de salir del país y de conocer muchas jugadoras, además de continuar trabajando sus habilidades técnicas. “Soy una jugadora de marca. Juego de 5 y me gusta. También ataco y defino”, comenta. Le digo que es una jugadora completa y se ríe. Un poco de vergüenza y bastante de humildad. Pero es así. Los que han visto jugar a esta muchacha saben que se destaca. Y el reconocimiento viene bien para premiar el trabajo y el esfuerzo realizado, bálsamo para seguir dándole para adelante. En la terna de jugadoras nominadas para el Charrúa, estaban también Adriana Castillo y Laura Viera, dos excelentes jugadoras que cuentan con una trayectoria muy valiosa dentro del fútbol nacional e internacional. Mariana es menor que ellas y se quedó, esta vez, con el premio. “Para mí fue una alegría. No me lo esperaba. Las jugadoras que estaban conmigo son muy buenas. Son más grandes y tienen una carrera significativa en clubes importantes en el exterior, como es el caso de Adriana”, cuenta.

Su paso por la selección fue inminente. Estuvo en la sub 17, en la sub 20 y en la selección mayor. El primer partido con la celeste fue ante Argentina en el Sudamericano sub 17 que se disputó en Chile. Un sueño hecho realidad. “En estos torneos, tanto como en la Libertadores que fuimos con Nacional, la experiencia que se hace es muy importante. Yo lo tomé como un aprendizaje para no volver a repetir los errores cometidos”, reflexiona. Ahora practica con la selección sub 20 que viaja el miércoles a jugar el Sudamericano en Brasil. Las celestes debutan el viernes contra Perú y se medirán más tarde con Paraguay, Bolivia y Brasil. “La serie está difícil pero no es imposible”, comenta. La fe es lo último que se pierde, dicen.

Mariana no sabe hasta cuándo jugará al fútbol. Si bien ha tenido oportunidades de irse del país, no tomó ese paso en serio porque no quiere vivir en el exterior. Sí sabe que este año se volverá a anotar para terminar cuarto año de liceo, una asignatura pendiente.

La Capi

Yanira Benítez se sumó más tarde a nuestra charla. Es que trabaja en un almacén y había avisado que luego de cumplir con esa obligación llegaría a la sede. Nobleza obliga. Nació y vive en El Pinar, Canelones, así que sabe bien lo que es un viaje largo en ómnibus. Para sus compañeras, es la Capi. Tiene 22 años y juega en Nacional desde 2007. Es la bolsilluda experiente y se reconoce hincha incondicional del cuadro. No faltó a un solo partido en la temporada 2011. Juega de zaguera. “Arranqué con esto del fútbol también a los 12 años, en el Pinar, en fútbol siete, de barrio”, explica. Un par de años después, la visitó un técnico de Nacional que estaba de recorrida conociendo jugadoras por distintos clubes fuera de Montevideo. “Mi hermano, con quien yo solía jugar mucho a distintos deportes como el fútbol y el vóley, habló con el técnico y me aceptó. Empecé a practicar en las juveniles porque en ese entonces no había Primera. Ahí tenía 17 años. No jugué mucho en ese tiempo. Sin embargo, hace tres años que estoy en Primera”, dice.

Yanira cuenta que tiene un antecedente muy alentador: su madre, que hoy tiene 55 años, jugó desde chica en Nacional y en Cerro, lo que significó un aliciente importante a la hora de encarar esto de los zapatos con tapones y canilleras, desplazando en parte a las muñecas y los jueguitos de té.

Un debe para años próximos es terminar el liceo. Debido a la superposición de horarios y los largos viajes en ómnibus, la Capi dejó el bachillerato en quinto año, pero sabe que volver será una fija. Si de sueños hablamos, Yanira aspira vestir la celeste.

La Libertadores

Nacional fue el equipo uruguayo de fútbol femenino que jugó la Copa Libertadores en San Pablo en 2011. En 2010, había hecho lo propio River Plate. Tamy estuvo en las dos ocasiones, mientras que Yanira y Mariana debutaron el año pasado fuera de fronteras. Las tricolores se cruzaron con Santos (Brasil), Caracas (Venezuela) y Gerimax (Bolivia). Empataron con el cuadro boliviano y perdieron los otros dos encuentros. “El nivel que encontramos en los demás cuadros con los que nos tocó jugar fue alto. Te das cuenta en el apoyo que reciben las jugadoras. A nosotras nos apoya Nacional, pero el fútbol femenino tiene profesionalidad en otros países, entonces futbolísticamente no tuvimos buenos resultados. Igual nos sirvió de experiencia”, concluye la Capi. Para Cindy la experiencia con Nacional fue más reconfortante que la pasada con River. “Estuvo muy bien organizado el viaje, el grupo estaba unido. Si bien los resultados no fueron buenos desde el punto de vista deportivo, creo que destaco la experiencia que muchas compañeras acumularon, ya que nunca habían participado antes de un torneo así. En lo personal sigo probando nuevas oportunidades y apoyando para difundir el fútbol femenino, que se note que se trabaja muy bien aunque reciba poco apoyo”, acota.

Ambas jugadoras reconocen que la preparación física y la velocidad en el juego son dos características que se destacan a la hora de evaluar a los clubes con los que se enfrentaron en la Libertadores. “La mentalización de las jugadoras también hace una brecha importante. La mayoría de las rivales tenían bien entendido lo que querían: jugar al fútbol y dar lo mejor. Nosotras fuimos con otra cabeza porque en nuestro equipo había muchas jugadoras nuevas y creo que eso influyó en los resultados”, reflexiona Tamy. En cuanto a su relación con el equipo técnico, las jugadoras reconocieron haberse sentido apoyadas en todo momento. “Algunas jugadoras tenemos una personalidad fuerte y sostenemos que ‘no nos manda nadie’, sin embargo, el cuerpo técnico pudo establecer una forma de trabajo y todo el equipo la respetó”, concluyeron.

Técnicamente hablando

Alímedes Barindelli es el director técnico de Nacional desde 2008. De su comienzo en el fútbol femenino recuerda las goleadas ante Rampla Juniors y River Plate, dos cuadros que hasta entonces eran emblemáticos. Como todo equipo nuevo, tuvo que madurar y conformar una estructura antes de pararse con firmeza en el campeonato. Pero esto del fútbol femenino no fue cosa de siempre para Barindelli. De hecho, recuerda que cuando le ofrecieron la dirección técnica su reacción fue decir: “Me matás con eso”. Es que su experiencia en el mundo del fútbol era más bien otra. Había dirigido a Nacional en Tercera en la época de Luis Cubilla. Después dirigió en Venezuela y estuvo trabajando en el Olimpia de Paraguay. Cursó seminarios sobre fútbol femenino en Chile y se fue asesorando y recolectando material para ampliar su conocimiento.

“Lo básico es hacer un buen grupo. No es fácil conseguir la entrega del cuadro porque no se le puede pedir demasiado a las jugadoras. En el club tenemos todo, pero si no tenés un buen grupo con trabajo continuado y que sepan respetarse entre ellas... Las que están de suplentes tienen que saber esperar su oportunidad”, dice.

Además del trabajo en el club, Alímedes tiene una escuela de manejo. “Rindo examen todos los días de la semana y los fines de semana tengo que pasar examen con el grupo de fútbol”, bromea.

Del paso por la Copa Libertadores, el DT cuenta sobre el desempeño: “Fuimos una mariposa volando hacia el huracán. Nos faltaron un montón de cosas. Yo tenía experiencia con la selección sub 17 cuando hice la suplencia de José Luis Rodríguez, sabía del nivel con que se juega. Los equipos que participan alcanzan niveles de selección. Bolivia tenía jugadoras de la selección, el Santos cuenta con cinco de las jugadoras del seleccionado de Brasil. Nosotros fuimos con nuestro equipo y respetando el trabajo del año de las jugadoras y eso nos hizo sumar experiencia. Los problemas que surgieron los solucionamos en grupo”, explica.

Sobre la identificación de las principales dificultades, Barindelli sostuvo que la falta de concentración del equipo, y algunas conductas, las adjudica a la inmadurez de las protagonistas, que provocaron ciertas adversidades. “Son aspectos que merecen un mayor esfuerzo en el día a día”, acota.

Nacional retomará el trabajo de cara al torneo Clausura del Fútbol femenino. Futbolistas y cuerpo técnico se reunirán de cara a los trabajos de preparación de una nueva instancia de competición. “Recuperamos para esta nueva etapa a algunas jugadoras lesionadas que eran titulares. Eso es fundamental. Trataremos de seguir trabajando en equipo, insistiendo en que no hay individualidades ni debemos depender de la actividad de una jugadora. Estamos trabajando la velocidad, lograr la resistencia física y tener un buen banco de suplentes para reponer los esfuerzos. La jugadora que no juega puede ser tan o más valiosa que la que entra de titular. Hemos definido partidos con las que entran en el segundo tiempo”, concluye. El 24 de enero habrá práctica para las bolsilludas, que arrancarán 2012 con buenos vientos.