El fuego se encenderá a las 11.00 frente al Palacio Legislativo. Allí los licenciados en Nutrición y estudiantes de la carrera nucleados en el Sindicato Uruguayo de Nutrición 5 de Agosto (SUN-5A) elaborarán una cazuela de arroz con lentejas para 100 personas que se acerquen a la olla.

A las 14.00 concurrirán a la comisión de Salud Pública de la Cámara de Diputados para hacer sus “Aportes para una política nacional de alimentación y nutrición”. Una hora más tarde, asistirán a la sesión extraordinaria que hará esa cámara para conmemorar el Día Mundial de la Alimentación.

Propuestas

El documento sobre el que trabaja el sindicato hace una descripción del estado nutricional de la población uruguaya. No es muy alentador: elevada cantidad de grasas, “sobrepasando los límites máximos compatibles con un adecuado nivel de salud”, escaso consumo de frutas y verduras, ingesta reducida de pescado. Los adolescentes no escapan a esa situación y además, según una encuesta de 2006 del Ministerio de Salud Pública (MSP), cinco de cada diez estudiantes tomaban gaseosas dos o más veces al día y uno de cada diez había ingerido comidas rápidas tres o más días durante la última semana.

Pero también golpea el hambre. Los nutricionistas recogen datos del MSP de 2011 según los cuales 16% de las embarazadas presenta bajo peso al final del período de gestación y 31% de los niños con menos de 23 meses tiene anemia.

Para revertir la situación proponen “impulsar cadenas de producción, procesamiento, distribución, y comercio local de alimentos, apoyado en valores de soberanía alimentaria y economía solidaria”; consideran fundamental el apoyo estatal a pequeños productores y la organización de éstos en cooperativas, lo que coincide con el planteo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) para este año. El SUN-5A resalta la diferencia entre la paga que reciben los productores y lo que terminan pagando los consumidores; sugiere, por ejemplo, financiar pequeñas plantas para el procesamiento de pescado, indica que el pescador artesanal recibe 30 pesos por kilo, cuando el consumidor termina pagando mucho más que 100 pesos.

Proponen implementar “una canasta con criterio nutricional de productos eximidos de IVA” para alimentos saludables y de usos dietéticos especiales (para diabéticos, celíacos, por ejemplo).

Plantean que se promuevan alimentos saludables en centros de educación inicial, primaria y secundaria y en medios masivos; que los alimentos sean rotulados de acuerdo a la información nutricional y que los productos industrializados cuyos aportes sean “menos adecuados” para la salud paguen una tasa bromatológica que financie los más sanos.

El nutricionista Daniel Ceriotti 
dijo a la diaria que aspiran a ocupar otro rol en la sociedad. A modo de ejemplo, comentó que en Brasil y Argentina la industria alimentaria exige la contratación de un nutricionista como fiscalizador, y que en ese sentido, en Uruguay “estamos rezagados”.

El 19 de setiembre el SUN-5A hizo una movilización frente al MSP. Pidieron que la Licenciatura en Nutrición sea reconocida en los Consejos de Salarios (son representados indirectamente por intermedio de la Federación de Funcionarios de Salud Pública y de la Federación Uruguaya de la Salud). Reclaman que se eleve el salario mínimo, disponer de mayor tiempo de atención en la consulta nutricional y que haya más licenciados en el primer nivel de atención. Sobre estos planteos no han recibido respuestas, por lo que los reiterarán de alguna manera.