Más allá de los argumentos que algunos dan a favor o en contra de catalogar este enfrentamiento como un clásico, el clima festivo se instaló en el Parque Rodó. Mucho público, serpentinas, bengalas, color; todo lo necesario para un gran recibimiento de ambos equipos.

No te puedo explicar cómo arrancó. Demasiado para un domingo de mañana, cuando la mayoría o estaba aprontando el mate si lo estaba viendo en la casa o se acomodaba en las gradas del Franzini. Además, hubo algunos que se perdieron las primeras incidencias debido a la larga fila de personas que había en la tribuna local cuando ya había comenzado el encuentro.

La primera entrada a un área la tuvo el violeta. Enredado con las serpentinas, Diego Rolan llegó por la derecha pero no pudo controlar bien el balón, lo que provocó el cierre de la defensa danubiana, que llegaba a este encuentro como la más goleada del Apertura.

Y la aproximación del número 9 defensorista fue un aviso. Apenas a los 5 minutos, los dirigidos por Tabaré Silva recuperaron una pelota que derivó en el Zurdo Rodríguez por la izquierda, la mandó al medio y Rolan colocó el 1-0.

Pero sólo dos minutos más tarde, la línea final y el arquero locales cometieron un tremendo error, que si lo relacionamos con el tenis, sería un error no forzado. Mario Risso recibió un pase dentro del área y decidió entregarle el balón a Yonathan Irrazábal, cuyo afán de despejar hizo rebotar el balón en su compañero. Sin quererlo, fue una asistencia para el argentino Gonzalo Pérez, que no tuvo más que mandarla al fondo de la red y poner el empate, en la primera ocasión de gol clara.

Leandro Sosa después del empate se animó un poco más y por la izquierda hizo algún intento, mediante un remate largo o intentando asistir. Camilo Mayada tiró desde fuera del área, pero la pelota se fue lejos. Eran intentos que no llevaban mucho peligro pero que generaban la atención de la defensa local.

Pero apenas un rato más tarde, un pase largo le quedó en los pies a Aníbal Hernández, que siendo el único atacante involucrado en la jugada, se escabulló entre los zagueros franjeados, que quedaron mal parados, cuando tal vez el trámite en ese momento no lo ameritaba. Nuevamente arriba el equipo de Tabaré Abayubá.

Una contra letal del fusionado terminó en el tercero. Nuevamente el Zurdo Rodríguez apareció en acción y mandó a correr a Rolan, que con gran esfuerzo controló el esférico y lo mandó al área chica, donde Nacho Risso estuvo más atento que todos y cabeceó. Salvador Ichazo llegó a tapar el disparo pero no con firmeza, y la pelota se fue metiendo despacito. De todas formas, el arquero danubiano se estiró para sacarla cuando ya había entrado en su totalidad, como lo entendió el asistente Carlos Changala. Confirmando en la cancha lo que traían como antecedente, Defensor hizo y Danubio recibió tres goles en apenas 22 minutos.

A los 30, Hernández volvió a meterse en el área y cayó derribado, en una jugada que desde la cancha pareció penal y dejó bastantes dudas. En la continuación de esa incidencia, Nacho Risso remató pivoteando y la pelota pasó cerca del palo izquierdo de Ichazo.

Unos muchos y otros nada

El inicio del segundo tiempo también estuvo muy bueno. Un remate de Aníbal desde lejos pasó cerca. Del otro lado, José Varela, que ingresó para la segunda mitad, se metió en el área y generó una buena intervención de Ichazo, que sacó el remate rastrero y esquinado al córner.

Las situaciones de gol seguían sumándose al ping pong, término que si mal no recuerdo popularizó algún programa de televisión argentino. Un cabezazo de Ángel Cayetano por arriba de Irrazábal, que salió a achicar, terminó dando en el horizontal. Danubio comenzó mucho mejor, seguramente ayudado por el empujón de la charla técnica y por estar dos goles atrás. Rulo Varela ingresó bien y jugando por la izquierda fue importante.

Con el correr de los minutos, el ritmo fue decayendo, algo que favoreció a Defensor, teniendo en cuenta la ventaja que había conseguido. En la llegada más peligrosa para el local de los segundos 45 minutos, Andrés Fernández la sacó en la línea y en el rebote el juvenil Giorgian de Arrascaeta la tiró por arriba. Daba la sensación de que alguna contra podía terminar en el cuarto violeta, que atrás estuvo bien parado durante casi todo el encuentro.

En definitiva, el marcador quedó como en el primer tiempo y la victoria quedó en casa. Los violetas mantienen el invicto en el campeonato, mientras que su rival dominical sigue sin ganar. Llama la atención ver a Danubio en la posición en la que se encuentra y eso es debido a lo que nos acostumbró la franja en las últimas temporadas. Defensor sigue por buen camino y siendo el actual vicecampeón uruguayo, mantiene viva la llama.