Otra perla para el collar. Otra victoria de El Tanque, la gran noticia de un Apertura que ni soñaba con tenerlo tan arriba. El paso de las fechas no le hace mella a su privilegiada posición. Ganó en el Roberto y 1-0 ante un complicadísimo Racing. Se mantiene a dos puntos de la primera posición. Romário Acuña convirtió temprano, para que el equipo cursara 77 minutos de la asignatura “Administración de partidos”. Racing amenazó recién al final, cuando el aguante visitante consolidó la sensación de que el verdinegro dará pelea hasta el final del torneo.

Se lo llevó por oportuno y regular. Para un equipo tácticamente ordenado, hacer un gol a los 13 minutos es ejecutar el plan perfecto. A un buen arranque, El Tanque le sumó un rendimiento parejo durante casi todo el partido, pese a la lesión de Galain que forzó un cambio no previsto. Tuvo sacrificio para limitar las borrosas ideas de Racing y una gran capacidad para salir rápido y aprovechar a la nueva dupla ofensiva: ante la ausencia del lesionado Mello, a la clase de Acuña se le suma la grata compañía de Murillo. Se entienden. Y Marcarie los entiende poniéndola contra el piso con precisión relojera.

Las triangulaciones complicaron al fondo de un Racing apenas bienintencionado. No se le puede negar la predisposición a jugar. Piazza planteó un 3-3-1-3. Pero la acumulación de futbolistas ofensivos no basta cuando la pelota no llega bien jugada. La historia no cambió con el ingreso de Zabala. Guichón cerró el partido tomando las riendas y empujando al rival sobre Millán, pero el Roberto entero se preguntó por qué no pateó cuando tuvo el empate a los 85 minutos. El nerviosismo pudo más. En Sayago aprieta la tabla del descenso y el técnico hace de tripas corazón, ante un cúmulo de ausencias entre las que se destacan las de los lesionados Quiñónez y Falucho Silva. El gran logro de El Tanque es darse el lujo de jugar estos partidos sin pensar en los mismos objetivos. Möller y los suyos despiden al fantasma del descenso temprana y categóricamente. Van por la yapa.