Cerca de 50 personas, entre las que había una clara mayoría de mujeres, estuvieron el sábado en el Centro de Desarrollo Económico Local (Cedel) Carrasco Norte por el seminario taller Medios de comunicación, mujeres y violencia. En la mesa principal, Ana María Damonte, integrante de Comuna Mujer de la zona 7, explicó que la actividad tenía sentido, porque pese a que en los últimos años se han registrado avances en la visibilidad de la violencia de género, las coberturas de los medios de comunicación siguen siendo un tema en el que se registran varias fallas. Expuso que los medios reflejan y crean la realidad humana, y señaló que existe un gran debate acerca de cómo esas acciones se relacionan entre sí, e indicó que para ella ambas conforman una “espiral dialéctica”. En ese sentido, planteó que la forma en que las mujeres son mostradas se basa en estereotipos históricos. Damonte añadió que, principalmente en los medios, se muestra a una mujer “tonta”, “histérica”, “chismosa”, “seductora” y “ama de casa”, y de la misma forma, su felicidad se ve asociada a tener un hombre al lado, o al consumo de productos de belleza y limpieza.
En contexto
Sobre este tema, el publicista Claudio Invernizzi señaló que la publicidad es conservadora y que “no puede ser considerada vanguardia de nada”, porque se dirige al promedio de sensibilidad de una sociedad. Por lo tanto, opinó que en sí misma no es dañina, sino que “lo dañino es la sociedad”, pero estimó que igualmente produce estigmatización. Indicó que si bien la publicidad “no fue hecha para cambiar la sociedad, debe mantener ciertos criterios éticos”. De todas formas, cuestionó las visiones que depositan todos los males en los medios de comunicación. Para ilustrar el concepto planteó el caso del plebiscito de 1980, en el que triunfó el No, cuando casi la totalidad de la propaganda mediática era por el Sí. Consideró que frente a determinados asuntos prima una “conciencia colectiva” que nos dice los temas que están bien y los que están mal. Opinó además que la verticalidad de los medios de comunicación está en proceso de quiebre a partir de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y la convergencia de los contenidos mediáticos. “Las nuevas generaciones se han corrido de la televisión. Se terminó la época en que la televisión comandaba todo, hoy se discute la convergencia. La radio se lee, el diario se escucha y se ve”, añadió (esta afirmación se contradice en parte con una investigación que se detalla en http://ladiaria.com.uy/articulo/2012/11/cosas-que-no-cambian/). En esta línea, indicó que con el cambio hacia la televisión digital se incluirá la interactividad con el público, por lo que cada vez más estamos “en una época maravillosa para hacerse escuchar”.
Hacer diciendo
Por su parte, Damonte también cuestionó el lenguaje que utilizan algunas coberturas periodísticas en casos de violencia hacia las mujeres. Criticó la denominación “crímenes pasionales” por entender que el homicidio se está justificando a partir de la pasión del hombre, y consideró que debería usarse la expresión “feminicidio”. También cuestionó que las principales fuentes de información sean policiales y que se busque el morbo con el testimonio de familiares y allegados de las víctimas o los agresores, porque de esa forma se contribuye a la revictimización.
La periodista y actual directora del informativo de Televisión Nacional de Uruguay (TNU), Iliana da Silva, explicó que en sus 20 años trabajando en los medios le tocó pasar por los cuatro informativos de televisión abierta, y contó que en todos le pidieron que cubra estos casos por ser mujer y por tener “otra sensibilidad”. Consideró que abordar temas de violencia doméstica no es fácil. Narró el caso de una mujer que había llamado a uno de los canales en los que trabajó para denunciar que era agredida, a quien entrevistó, y luego sacó la nota al aire. La misma noche que la entrevista salió, la ex pareja de la mujer la agredió de tal forma que la dejó al borde de la muerte, por lo que con una acción mediante la cual pensaba que la estaba cuidando, en realidad la mujer quedó desprotegida. Da Silva comentó que esa experiencia significó un gran aprendizaje en la forma de cubrir la violencia de género, y agregó que los periodistas deben preguntarse qué testimonios son los que aportan, y preocuparse por no confundir la relevancia social con el morbo. Además, comentó que una de las primeras cosas que hizo cuando llegó a TNU fue redactar un manual de estilo para la cobertura de estos casos.
En ley
Mientras tanto, la diputada María Elena Laurnaga (Partido Socialista) se refirió a la necesidad de la aprobación de una ley de servicios de comunicación audiovisual para regular estos aspectos. Si bien dijo que no conoce el articulado que está manejando el Ministerio de Industria, Energía y Minería, estimó que el proceso ha sido complicado y que se complejizará aún más con su entrada al Parlamento. Sostuvo que el gobierno ya ha asumido el compromiso de impulsar una ley que garantice los derechos de empresarios, del Estado y de los usuarios por igual, y que es por ello que el proceso se ha demorado.
También se refirió a que con la ley no se pretende censurar pero sí controlar, y planteó la idea de que las Comunas Mujer de las distintas zonas de Montevideo puedan participar en los controles a las empresas. La legisladora adelantó que el borrador incluirá la regulación de aspectos de género, pero señaló que no conoce de qué forma será.