La invitación a la ceremonia no fue formal, sino a iniciativa de una estudiante -Eliana Corujo- que consideró que los trabajos de fin de curso suelen no difundirse y ésta era una buena oportunidad para mostrarlos. En su mensaje valoraba la muestra final como de “calidad”, “diseño” y donde podría apreciarse “el desempeño de las alumnas”. Tenía razón en lo que decía. Ayer, a partir de las 14.00, siete grupos presentaron sus proyectos de fin de carrera de Técnico en Vestimenta de la Escuela Palermo del Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP,- ex UTU), de cuatro años de duración, y allí podía apreciarse la calidad del trabajo, además del entusiasmo y la emoción que generaba terminar una etapa educativa.

Pasarela

La actividad se desarrolló en dos ambientes. En un salón las futuras técnicas armaron sus stands, donde no sólo colgaron las prendas de su autoría, sino que también ambientaron los espacios. Es así que un grupo que diseñó ropa para niños decoró su rincón con cofres, monedas y artículos de piratas. Otras estudiantes, que se inspiraron en las mujeres pin up e hicieron la colección “We can do it”, la cual prometían “exclusividad y comodidad a precios accesibles”, ambientaron con figuras femeninas, carteles de época y hasta hornearon muffins que decoraron con un baño color rosado.

También con dulces las estudiantes de la colección “Sugarlove” recibían al jurado y al público que se acercó hasta allí. Para el diseño de las prendas se inspiraron en el algodón de azúcar, en pop, caramelos, paletas y chicles de menta. Además de vestir a las modelos en función del dulce elegido, llenaron de caramelos, paletas y dulces el stand, y el detalle fue bienvenido por el jurado pero no logró distraerlos de la tarea de evaluación.

La ambientación también se complementó con las etiquetas, las bolsas y cajas para la venta de las prendas, que fueron pensadas por las mismas estudiantes.

En el salón contiguo se desarrollaron las presentaciones. Daban a conocer los detalles de cada colección y desfilaban las modelos, muchas de las cuales eran compañeras de otras carreras de la escuela o eran amigas de las estudiantes.

Expusieron los motivos y parte del proceso creativo, mencionaron cuáles fueron las fuentes de inspiración y cómo se desarrolló el trabajo. Las cinco colecciones pensadas para mujeres apuntaban a personas “trabajadoras” y “activas”. Muchas eran prendas reversibles o fácilmente modificables con un artículo complementario.

Raúl Duarte, director de la Escuela Técnica Palermo e integrante del jurado, explicó a la diaria que los docentes valoran distintos aspectos al momento de poner la calificación final. El primero tiene que ver con el trabajo de preparación: con fundamentos teóricos, explican cómo nace la colección y cuál es el objetivo. Para ello realizan encuestas, por ejemplo, vía Facebook, en las que parten de una hipótesis y en función de los resultados revisan sus ideas.

Otro factor tenido en cuenta es la presentación oral en público, la exposición de la idea, el uso del lenguaje técnico y el planteo de la colección. Por último, consideran la presentación visual, la conformación del stand y la calidad de las prendas.

El director de la escuela señaló que el proyecto final involucra a todas las asignaturas del curso y que al egresar los estudiantes están preparados para desempeñarse entre lo que es la gerencia de una empresa y la planta de producción. “Es el eje articulador”, aclaró, porque “no sólo saben la parte teórica, sino que también son prácticos, por lo que pueden dirigir a los operarios”. Finalmente, aseguró que los estudiantes salen bien preparados al mercado de trabajo.

En la cancha

Las estudiantes Corujo y Carina Casa, de 25 y 27 años, respectivamente, son autoras de la colección “Durga”, nombre que hace alusión a una diosa que cuenta con numerosos brazos, y con su imagen representaron simbólicamente a la mujer “multifacética”, que necesita varios brazos para todas las cosas que hace a la vez.

Ambas sienten que tras el curso están en condiciones de montar un proyecto personal o responder a un mando medio de una empresa, pero no descartan arrancar trabajando para otros para adquirir experiencia. Cabe señalar que en el marco del curso hicieron una pasantía de pocas semanas y el pasaje por el mundo laboral les sirvió para “abrir más la cabeza”. A futuro esperan desarrollar juntas un emprendimiento de ropa elaborada con telas ecológicas. Detallaron que se trata de prendas en las que“desde el cultivo de la planta no se utiliza ningún agrotóxico”, por lo que “impactan lo menos posible en el medio ambiente y tienen beneficios para la piel”.

Para Mercedes Lupi (23) y Paula Pereira (20), de la tecnicatura saldrán preparadas para “hacer” y no tanto para emprender, por lo que deberán seguir formándose en administración. Tras la presentación de su colección, inspirada en la naturaleza, las dos dijeron sentirse satisfechas. “A mí me dan ganas de hacer algo mío. En años anteriores me pasaba que no me veía yo con algo mío, me veía trabajando para otros, pero ahora no, veo que puedo crear algo y eso está bueno”, resumió Pereira.