Si no sos canario, si no andás sobre patines, si no sabés qué pedazo de jugador es nuestro capitán Claudio Maeso, seguro no te imaginás qué recomendable es arrimarse a una de las jornadas del Mundial B de Hockey sobre patines que se está desarrollando en el precioso estadio Sergio Matto de la ciudad de Canelones.

No patines

Cada equipo está integrado por cinco jugadores que se desplazan en una cancha de 20 por 40 metros. Todo el perímetro está cerrado por barandas de 1,20 metros de altura con curvas en las esquinas de dos metros de radio.

Los partidos son de dos tiempos de 20 minutos de corrido y no se detienen salvo cuando la pelota -de caucho con corcho comprimido y 23 centímetros de diámetro- sale de la cancha o cuando hay una infracción. El golero -que juega en cuclillas, con stick y protecciones- tiene un semicírculo donde no se lo puede tocar, pero no obstante se puede anotar desde dentro del área. Tocar la pelota con el patín o con la mano es falta. Cada diez faltas el equipo rival se cobra un tiro libre, en el que un jugador arranca desde dos metros detrás del punto penal para enfrentar al golero. Después, cada cinco nuevas faltas se aplica la misma sanción.

El ganador de cada partido suma tres puntos, uno los que empatan y cero el que pierde. En cruces semifinales, en caso de igualdad, se juegan dos tiempos de diez minutos cada uno con gol de oro. Si persiste el empate, hay penales: cinco por equipo y, después, eventualmente, uno por uno.

Es buenísimo ver ese estadio hasta las manos, a pesar del incendio que el mismo sábado, el día del inicio del certamen, se desarrolló en una de las cabeceras del gimnasio y que el esfuerzo de la gente no sólo consiguió que fuera controlado sino que permitió que aquello pasara casi inadvertido para las delegaciones que desfilaron antes del inevitable palabrerío inicial, de los frescos e inocentes cuadros artísticos de gauchos y priendas posmodernas, antes de que por fin la celeste apareciese en la cancha y empezaran a rodar la bocha y los patines.

Con los nervios del debut, esos que se dan en cualquier acción y cualquier lugar del mundo cuando es la primera vez, Los Halcones resolvieron bien su partido ante los mexicanos y ganaron 9-5.

El natural uruguayo Juan Manuel Campana, que nació y vive en Argentina pero es oriental por ser hijo de uruguayos, fue quien abrió el marcador anotando los dos primeros goles sobre el arco que da a la ruta 5, en un primer tiempo muy dinámico y vibrante que terminó 4-2. En la segunda parte los mexicanos se pusieron 5-4, pero en la cancha estaba -había vuelto después de un pequeño descanso- Claudio, quien con tres anotaciones seguidas (dos de ellas de libre directo, que viene a ser como el shot goal aquel por el que se definió un clásico hace años) estiró la ventaja, y sobre el final apareció el rubio Campana para liquidarlo.

Anoche, sobre el cierre de esta edición, los celestes enfrentaban a Egipto, que en la mañana había pegado el primer batacazo al vencer a Inglaterra 4-3.

Esta noche desde las 21.00 Los Halcones tendrán un durísimo encuentro ante los padres de este deporte, los ingleses, que se vieron sorprendidos con la derrota ante los africanos. Egipto fue ganando todo el partido de ayer de mañana, Inglaterra lo igualó y cuando terminaba y estaban 3-3 los ingleses cometieron una falta en ataque, la décima colectiva, lo que implicaba la ejecución de un libre directo, una falta en la que el ejecutante parte dos metros atrás del área mano a mano contra el golero. Pero como el tiempo expiraba -quedaban dos segundos-, sólo tenía tiempo para un tiro, fue gol y Egipto ganó 4-3.

La actividad de hoy comienza a las 10.00 con el enfrentamiento entre Inglaterra y Sudáfrica -dos de los recientemente descendidos y, por ende, más fuertes del campeonato-, a las 16.30 y por el mismo grupo se enfrentarán Egipto-México, a las 18.00 por el grupo A jugarán Austria-Israel, a las 19.30 Holanda-Macao y, finalmente, a las 21.00, Uruguay-Inglaterra. Las entradas tienen un costo único de 20 pesos.