La de Nacional ante Racing fue una victoria merecida y demorada. Un 2-0 que se concretó a los 94 minutos. Antes, un golazo de Renato César marcó la primera diferencia. Pero los cerveceros jugaron una hora a un solo gol. Lo buscaron con dignidad pero sin profundidad. El show de las atajadas del arquero Odriozola les mantuvo el respirador. Hasta que apareció Recoba pasada la hora con un remate bajo, doblemente justiciero, merecido por Nacional y por él mismo.

El Chino jugó el partido entero. Demoró en enchufarse, pero sus primeros aciertos alcanzaron para cambiar el tránsito. Instaló a un Nacional prolijo pero algo lento en el campo de Racing. Participó en la linda jugada previa al gol de César. En medio de la combinación hubo un rebote beneficioso para Álvarez, que metió la habilitación para que el juvenil se luciera de tijera. En el segundo tiempo, el fútbol de Recoba desafió al cansancio. Arrancó bien. Terminó mejor. Metió una asistencia invisible, en la que evitó tocar la pelota para que Bueno desbordara hacia el ingresado Medina, que se devoró el gol. En otra, contradijo a la física para buscar al mismo delantero quebrando la línea con un pase profundo como el océano Pacífico: el juvenil desvió el remate en el mano a mano.

Al delantero y su velocidad le hicieron bien el adelantamiento del acalorado Racing, que se complica en el fango del descenso. En el segundo tiempo, sus piques fueron un azote para el zaguero Lacoste. Partido a partido, el técnico Piazza hace variantes inocuas. Además, liga poquito. Arrastra lesiones y suma nuevas, como la del también zaguero García, con cuya salida murió la inicial defensa y nació un esquema distinto, con una línea de tres a la que se sumó Argachá, para que el ingresado Da Luz quedara como carrilero zurdo. Todo un riesgo ante Luna, César y Bueno. Los minutos lo obligaron a desvestirse, sin que los ingresos de los buenos delanteros Quiñónez y Gorocito aportaran el peso ofensivo que el equipo precisa para salvarse.

Entraron por el volante Gutiérrez y por Argachá, sumándose al empuje de Aguilar, los buenos intentos de Tabo y los más intermitentes de Guichón. Pero todo lo que consiguieron murió en los límites del área, que parece ser un territorio fumigado contra los de Sayago. No pudieron con Lembo y Scotti. Síntoma: lo más riesgoso fue un mal despeje de Bava, que se complicó al recibir de un compañero y casi se hunde tras un rebote en Guichón. Forzaron faltas y tiros de esquina. Ilusionaron, como cuando el arquero Odriozola fue a cabecear un centro al final. Y se regalaron. Si Nacional hubiera estado más fino, el encuentro se hubiera liquidado mucho antes y por un marcador más abultado. Pero el golero de las dos áreas bancó con atajadas memorables y Lembo y Núñez vieron cómo los defensas les sacaron pelotas de la línea. El aguante sirvió para que el partido viviera hasta el final. Pero no borró asimetrías: agarrarse de la chance matemática para sostener la ilusión de dar una vuelta olímpica es distinto que hacerlo para mantener la esperanza de la permanencia.

Detalles

Racing (0): Odriozola (irreprochable); Aguilar, Lacoste (sufrió), Manuel Fernández (líder) y C García (lesionado) (19’ Da Luz) (carrilero zurdo); Agustín Gutiérrez (64’ Quiñónez) (poco), Jesús Trindade, Cortizo (lucha) y Argachá (bajó a la zaga) (64’ Gorocito) (ganas); Guichón y Tabo (algo). DT: Miguel A Piazza.

Nacional (2): Bava (una mala); Cristian Núñez (sí), A Scotti, Lembo (muro) y P. Álvarez; Calzada (va) y Damonte (65’ S Romero); Recoba (el de siempre); Luna (casi) (65’ Medina), César (bien) (76’ Vecino) (vive) y Bueno (de - a +). DT: Gustavo Díaz.

Goles: 35’ César (N) y 90(4)’ Recoba (N).