Por amor

Ahora que te meten el día de San Valentín como si el 14 de febrero fuera el día del amor -el día del amor son todos, mi amor-, parece que el ecuatoriano Checa quedó muy imbuido del mensaje comercial del norte y se pasó a los abrazos con Maximiliano Callorda en el reservado del área. Checa no protagonizó un abrazo sino varios en jugadas que fueron penales, pero sólo en una ocasión el juez cobró penal, infracción que llevó a que Defensor Sporting a partir del 1-0 hiciera méritos para quedarse con sus primeros tres puntos en la presente edición de la Copa Libertadores.

Iban 20 minutos de un partido entreverado cuando en un córner el ecuatoriano Checa le hizo una toma de catch al poronguero Maxi Peto Callorda y el paranaense Lopes sancionó penal. Después de una larga parla y de que todos los ecuatorianos cargaran contra el árbitro brasileño, en una acción propia del siglo XX, como si el juez fuera a cambiar algo, y tras otra intensa parla sobre el zurdo Brahian Aleman, a la sazón rematador de la pena máxima, el habilidoso enganche que llamativamente hace unos años se fue de Danubio a Defensor la cruzó de zurda y marcó el primer gol de la viola en el campeonato y la séptima diana de un defensorista en el Franzini jugando por la Libertadores.

A los 37 minutos la jugada se repitió con la misma pareja y el mismo estilo, aunque esta vez quizá se haya tratado de una llave de judo de Checa a Callorda que Lopes decidió que no era para cobrar. A los 39, otra vez ju jit su, y encima después, por si fuera poco, el arquero Marcelo Elizaga tiró al trinitario cuando iba a despejar.

Se fueron al vestuario con la mínima diferencia en el marcador y más mínima aun en el juego porque el buen equipo ecuatoriano no cejó en su esfuerzo por complicar al local.

El segundo tiempo empezó con la confirmación de lo que antes era una duda en las tribunas del Franzini y en las pantallas de algunos miles de televisores -no en las de cientos de miles porque ayer Fox televisaba el partido de Boca Juniors-. Si el partido estaba entreverado mientras iluminaba el astro rey, cuanto más entreverado lo estaría en su visualización con luz artificial y los oscuros equipos completos de unos y otros: Deportivo Quito, como en el Centenario hace un par de años ante Cerro, jugó íntegramente de negro, mientras que la viola vistió con su tradicional camiseta violeta.

De todas maneras fue fácil ver, al arranque nomás, un gran pase entre líneas de Peto Callorda y el zurdazo de Aleman controlado en última instancia por Elizaga.

El primer cuarto de hora del complemento fue lo mejor hasta ese momento del equipo de Gustavo Chavo Díaz, que logró generar tres o cuatro situaciones peligrosas y otra jugada de agarrón de full contact, una vez más de Checa, pero como había cambiado la marca el penal no cobrado fue sobre Arias, uno de los seis defensoristas que integran la inmensa nómina de 73 futbolistas reservados ayer para la competencia olímpica de Londres.

No cabe duda de que el trinitario Callorda- que no está en la gran lista pero tiene edad para jugar en los Juegos Olímpicos- consiguió como pivot buenas jugadas de ofensiva y en una de ellas, combinando con Nico Olivera, casi llega el segundo de Defensor. La elección de Díaz de jugar con el tanque trinitario entre los grandotes ecuatorianos terminaba siendo decisiva en el juego.

Pero este cronista, o el señor que estaba a su lado mirando el partido y sus apuntes, debe dejar constancia de que esa sentencia ya estaba en su notebook antes de que Peto sentenciara el partido poniendo el 2-0 con una gran jugada de orden personal y mejor definición.

Fue una gran victoria violeta y tal vez el empujón necesario para buscar con convicción los puntos que le faltan para seguir adelante.