Son diez las piscinas en las que se extendió el programa de verano durante marzo: seis de Montevideo y cuatro de Canelones (la de la capital, Las Piedras, Pando y Santa Lucía). Ernesto Irurueta, director nacional de Deporte del MTD, dijo a la diaria a mediados de febrero que si bien los contratos de los docentes terminaban a fines de ese mes, la continuidad de la actividad se lograría sin mayores inconvenientes porque, aunque el horario sería más reducido, se recurriría a los docentes presupuestados.

la diaria dialogó con Ana Godoy y Danilo Llanes, integrantes de la mesa representativa del sindicato, quienes son, además, directores de la Plaza de Deporte Nº 6 de La Teja y de la Nº 9 de Colón, respectivamente. “No están dadas las condiciones para continuar con el servicio”, afirmaron. En primer lugar, rechazan la tardanza en la comunicación, que llegó a las 19.20 del 29 de febrero por correo electrónico, cuando no todas las plazas tienen internet; además de lo engorroso que pueda resultar la comunicación a cada usuario, señalan que muchos ya tenían planificado iniciar otras actividades en marzo y que de haber conocido con anterioridad que tenían un mes más se hubieran organizado distinto. La Plaza de Deportes Nº 6 no ha tenido usuarios durante marzo; ayer llovía, pero aunque el tiempo lo hubiera permitido, no se habría podido ingresar a la pileta porque la empresa de mantenimiento no le había aplicado cloro ni la había limpiado desde fines de febrero. Por otra parte, la Plaza Nº 7 de Paso Molino, que es de las más concurridas, retomó la actividad el lunes 5 (también por demoras en el mantenimiento del agua), y concurrieron seis personas.

Los entrevistados dijeron que en verano se derivan docentes de plazas sin piscinas hacia las que sí tienen, pero que ahora que comenzó el año lectivo se necesitan esos profesores en sus puestos anuales. “El otro día iban a empezar las clases en Plaza Nº 5 y tuvimos que decirles a 40 adultos mayores que no iban a tener clases durante todo el mes porque la profesora se iba a quedar en una piscina que no tiene usuarios”.

El viernes 2 de marzo el Sindicato Docente del MTD realizó una asamblea. “Planteamos que queremos trabajar, en la situación en la que estamos no tenemos actividad. Si un profesor, que está en una piscina en la que no van alumnos, pide para ir a una plaza que tiene mucha actividad no se lo toma en cuenta”.

Los docentes tuvieron una comunicación telefónica con Carlos Pazos, director de Promoción Deportiva de la Dirección Nacional de Deporte (Dinade), quien les solicitó que le pasaran por escrito el planteo: “Pedimos que se vuelva a hacer una valoración de la situación y se pase a las actividades del año lectivo y que se piense a futuro. Si la intención de las autoridades es extender el programa de verano, lo tenemos que pensar cuando hacemos la licitación, cuando hacemos los contratos de verano; pensar en su globalidad y no el último día, cuando las clases terminaron”, reclamaron.

Al respecto, Irurueta señaló que se trata de “una decisión tomada” y que “hay factibilidad de concretar la propuesta”; agregó que “cuando alguien no tiene voluntad clara de hacer las cosas, es posible que por alguna razón se esgriman esas circunstancias”, deslizó. Alegó que la Dinade tiene derecho a tomar la decisión de extender el servicio en cualquier momento y que lo hizo evaluando sobre la marcha. “No debiera haber palos en la rueda”, sugirió.

Por otra parte, se indicó que a mediados de febrero se informó a la división docente sobre la decisión tomada de extender las clases, sin embargo, hubo demoras en la interna de los profesores por lo que el dato no llegó a tiempo a todos.

“Todo el mundo quisiera que la piscina empezara el 1º de diciembre o antes si se dieran las situaciones de clima adecuadas, y que terminara en marzo lo más tarde posible. Todos estamos de acuerdo en eso porque es un programa muy valioso, pero creemos que tienen que estar dadas las condiciones que aseguren que el trabajador está haciendo las cosas bien”, remarcaron los docentes.

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Otro de los puntos abordados por Godoy y Llanes fueron las fallas en la seguridad. Los funcionarios 222 cubren la vigilancia durante la noche, a partir de las 22.00; en verano durante el día, docentes y funcionarios son quienes controlan el ingreso a la piscina; las personas inscriptas son las únicas autorizadas. Pero, por ejemplo, en la Plaza Nº 6 quedaba un margen de dos horas, entre las 20.00 que finalizaban las clases y las 22.00 que ingresaba el guardia, y según Godoy decenas de personas saltaban los muros y las rejas para meterse en la piscina, sin autorización y sin las condiciones de higiene necesarias. “La empresa de mantenimiento de la piscina estuvo echando cloro extra todo el verano para revertir esta situación, encontramos hasta vidrios en el fondo de la piscina, todo eso lleva un proceso diferente, hay que suspender las clases para sacar los vidrios”, dijo la docente.

“En todo el verano el problema no se solucionó y en marzo se agravó porque al estar tanto tiempo las piscinas sin clases es más difícil evitar el ingreso, y el personal de servicio o de vigilancia no tiene el mismo peso que un 222”, agregó.

Los domingos de verano había un guardavidas en las piletas, pero su contrato finalizó en febrero. Los docentes comentaron que el domingo el guardia de seguridad de la Plaza Nº 6 tuvo que tirarse a sacar a un niño de nueve años porque se estaba ahogando. “Tenemos un informe por escrito para elevar al ministerio”, sostuvieron.

Irurueta dijo que es necesario “analizar debidamente cada circunstancia para que los servicios no se interrumpan y se den las garantías a la población”.