“¿Nadia, dónde estás?” fue la pregunta que movilizó e identificó durante 14 meses al grupo Buscando a Nadia, y fue también la gran intriga de familiares y de buena parte de la ciudad de Canelones que la conoció de cerca, o con posterioridad a su desaparición, a través de los afiches y stencils que aún sostienen esa pregunta y aquel rostro sonriente.

La Policía Técnica confirmó ayer la peor de las noticias para el caso: que los restos encontrados el sábado de mañana en el paraje Margat, en el kilómetro 90 de la ruta 11, en el departamento de Canelones, son de ella.

El análisis que intentará determinar las causas de su muerte, entre otras cosas, está en manos del Instituto Técnico Forense, que conformará una junta de forenses.

Un estudio de ADN demora habitualmente cerca de una semana. Pero en este caso se hizo de una manera muy rápida “porque estaban los perfiles de ADN de la madre y de los restos de sangre que se encontraron en prendas de Nadia y se cotejaron con ADN de una pieza dental”, confiaron a la diaria fuentes policiales. Las mencionadas prendas son unas sábanas que la Policía había encontrado en la casa de Nadia luego de su desaparición, que fueron examinadas y dieron que, efectivamente, la sangre era de ella, pero eso no significó una prueba porque no podía afirmarse que el sangrado hubiera ocurrido poco tiempo antes de su desaparición.

El estudio de Policía Técnica no encontró signos de lesiones óseas, ni fracturas ni disparos, pero “no se descarta nada”, agregaron las fuentes en relación a métodos violentos de muerte que no hayan alcanzado a la osamenta. Hoy la jueza del caso, María Noel Odriozola, dará detalles sobre cómo continuará la investigación.

Luis Mendoza, subjefe de Policía de Canelones dijo a este medio que al encontrarse el cuerpo de Nadia “la carátula [de la investigación] pasó de desaparición a homicidio” y dijo que es más que un cambio de rótulo, porque al no haber un cuerpo se “trabaja sobre hipótesis, se trabaja en el aire” y mencionó, a modo de ejemplo, que “la gente decía que podía estar en Italia”. No sólo su padre alimentó más de una vez esa hipótesis, sino desde la propia Interpol, cuando a comienzos de setiembre de 2011 un jerarca dijo que había indicios de que la joven podía haber salido del país, cuando en realidad no existían fundamentos para afirmarlo, de acuerdo a lo que confirmaron autoridades del Ministerio del Interior al grupo Buscando a Nadia que, sin éxito, pidió un desmentido de la afirmación errónea.

Sobre el final de la tarde, al enterarse de la notificación policial, los integrantes del grupo se congregaron espontáneamente en la plaza principal de la ciudad de Canelones, y la convocatoria se replica para hoy, en el mismo sitio, a las 19.00, para marchar por las calles de la localidad pidiendo justicia.

Ésa es la palabra clave con que el grupo sustituyó el pedido inicial. Con la misma fuerza de siempre, ahora reclama justicia.

El abogado Gustavo Salle, contratado por el padre, pidió ayer ante Montevideo Portal la destitución de Eduardo Bonomi, ministro del Interior. También los miembros del grupo insisten en el mal manejo policial, porque no rastrillaron el sitio donde fue encontrado el cuerpo, situado a menos de un kilómetro de donde se hallaron su bicicleta y su mochila pocos días después de su desaparición.

Consultado sobre esas críticas, Mendoza, que junto con el actual jefe de Policía de Canelones asumió meses después de la desaparición, sostuvo que el lugar era “impenetrable” y alegó que estaba “ruta de por medio”, en un lugar tapado por vegetación, zarzamora y uña de gato, entre otras. Pero, por otro lado, no era alocado pensar que, si se trataba de un asesinato, el autor del hecho procurara dejarlo en un sitio de difícil acceso.