Las diferencias del equipo médico con la comisión directiva de la FPG y, específicamente, con su presidente, Jorge Bartesaghi, se hicieron públicas en diciembre del año pasado. La mayor divergencia refiere al uso de los fondos de la institución. El conflicto llegó a los titulares de la prensa en diciembre de 2011 y a comienzos de enero de este año, cuando Bartesaghi despidió a Castillo, para cuya restitución intervino el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Más allá de la reincorporación a la fundación, el equipo médico continuó en conflicto porque seguía en pie el pedido de renuncia de Bartesaghi que habían formulado el 8 de diciembre.

Los médicos supeditaron su permanencia en la institución a ese pedido y en enero anunciaron que si no se iba el actual presidente renunciarían el 1º de marzo. La fecha se fue dilatando en busca de soluciones y a la espera de lo que pudiera resolver una comisión negociadora creada para sobrepasar el conflicto; ésta estuvo integrada por el Centro Hospitalario Pereira Rossell, representado por Fernando Tomasina (decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República), por el SMU, representando al equipo médico (cuyo delegado es Marcos Carámbula) y por la dirección de la FPG, con el abogado Pablo Durán.

Castillo resumió ayer ante la prensa que “en toda la mediación que fue generosamente apoyada por la Facultad de Medicina, por ASSE [Administración de los Servicios de Salud del Estado], por la dirección del hospital, no hubo un solo momento de posibilidad de acercar las partes a alguna de las propuestas nuestras, por lo tanto es un camino que ya no da para más”.

La renuncia fue entregada a la comisión directiva de la FPG antes de la conferencia de prensa. Castillo evaluó: “Esto no tiene marcha atrás. La directiva de la fundación es pasado”. Igualmente aclaró que no debe ser visto “como el fin de un camino sino como el inicio de otro”.

Vuelta de página

“En este tiempo hemos trabajado y avanzado con las autoridades sanitarias, con la Facultad de Medicina y un gran grupo de ciudadanos generosos y probos en la construcción de un modelo superador. Un modelo que, de concretarse, nos va a permitir brindar a nuestros niños con cáncer una atención que apunte a la excelencia, es decir, a la curación y a la rehabilitación, a la vez que formemos recursos humanos con una visión moderna de la especialidad”, sostuvo el equipo médico en un comunicado emitido.

Castillo aseguró que continuarán trabajando “en forma normal” hasta el 15 de julio y esperan que para ese momento “estas cosas que parecen todavía un proyecto estén establecidas de tal manera que haya una continuidad en el proceso”.

La aspiración es que el proyecto de rehabilitación funcione en la sede actual de la FPG.

La Asociación de Funcionarios de Oncología Pediátrica (AFOP) realizó una asamblea general ayer de tarde y aprobó la propuesta de pasar a depender momentáneamente de ASSE a partir del 15 de julio, hasta que se conforme otra fundación.

Beatriz Lena, presidenta de AFOP, explicó a la diaria que estuvieron todos los funcionarios de acuerdo y que además mantendrían los derechos que tienen actualmente.

Fuentes de ASSE no quisieron hacer declaraciones oficiales mientras no haya una resolución, pero confirmaron que están trabajando con la dirección del Pereira Rossell para encontrar la solución. Si bien la FPG tiene recursos propios, buena parte de ellos generados mediante beneficios como las jornadas de Domingo Amigo y Mc Día Feliz, los sueldos de los funcionarios son costeados por ASSE, y esa subvención es la que explica su rol protagónico a la hora de buscar una salida.

Miradas coincidentes

Médicos, funcionarios, padres de niños atendidos por la FPG y comisiones de apoyo del interior del país discrepan con el uso de fondos que ha hecho la comisión directiva, que es dirigida por Bartesaghi desde hace 14 años.

La gota que desbordó el vaso fue la decisión tomada de construir un centro de telemedicina, que comenzó a edificarse en setiembre de 2011, con un costo cercano a los 2.000.000 de dólares. “Con eso hubiéramos tenido el mejor equipo de radioterapia del país”, dijo Castillo, y agregó que muchas técnicas deben hacerse en el exterior porque la directiva no destinó dinero, aunque sean más baratas que el centro de telemedicina.

Por otra parte, el director de servicio criticó que se dejó de lado la investigación clínica; “no investigar es un enorme error que nos deja atrás en muchas áreas, la investigación es parte del desarrollo de cualquier científico”, y agregó que la FPG se quedó en el desarrollo de aspectos que la colocaron años atrás en la vanguardia de América Latina. “Tenemos el laboratorio propio pero no ha sido modernizado, en diez años, y diez años en oncología es una vida”, graficó.

Por su parte, los funcionarios también han presentado proyectos como el de crear una unidad de cuidados paliativos, que no tuvo respuesta de la comisión directiva y fue desestimulado por entender que no había rubros; desde entonces los médicos y enfermeros costean los transportes a los domicilios de los niños que están en la parte más crítica y final del tratamiento.

Funciones claras

Gabriel Flangini, padre de un niño que se atiende en la FPG, señaló a la diaria que “se desvirtuaron los objetivos de la institución” y que Bartesaghi “modificó estatutos y acomodó todo para mantenerse en el cargo”.

Flangini expresó que “el sueño de los papás hoy es que haya una figura igual a la FPG que cumpla con la finalidad de la fundación: cuidar y velar por niños con cáncer dándoles el mejor entorno posible”.

Por su parte, Olga Vázquez, presidenta de la comisión de apoyo de Paso de los Toros, lamentó: “Es una pena todo lo que está pasando, se podría haber sanado todo y a veces la lucha de los egos es medio brava”. Opinó que la rotación de la gente es necesaria en la directiva de la fundación pero no en el equipo médico, porque “los conocen los niños, saben el trato y los padres tienen un punto de referencia muy importante, es la confianza que se gana, son tratamientos largos de muchos años”. Pero también ella confió: “Estamos en un impasse, por algún lado va a salir bien”.