La piedra fundamental del comentario no puede ser otra que la aclaración de que Uruguay superó futbolísticamente a un buen rival y se superó a sí mismo, tras el mal paso dado ante Venezuela. No concibo un comienzo distinto, quizá porque escuché alguna lectura equivocada, forzada por el sufrimiento generado por el Perú que empató a dos y de atrás, resistió un penal en contra, siguió vivo tras el 3-2 parcial y recién se entregó cuando Eguren anotó el 4-2 definitivo en los descuentos. Sería injusto que los padecimientos eclipsaran cinco lindísimos datos: que Uruguay jugó flor de primer tiempo, que la misma selección peruana que dejó la vida por el empate pudo recibir el cuarto antes, que los celestes siguen invictos, que están segundos a un punto del líder y que son los que menos unidades perdieron.

Perú no llegó ni a buscar el transitorio empate a dos. Simplemente lo encontró. Su raíz se encuentra a los 39 minutos. Apurado por el grandote José Carlos Fernández, Godín cometió el error de peinar un centro cerradísimo y convirtió el autogol con el que los incaicos regatearon el precio de un primer tiempo que debió costarles mucho más. Es que a la media hora ya perdían 2-0, pero la fatalidad les permitió descontar. La injusta igualdad se concretó cuando recién comenzaba el complemento, luego de otro error defensivo celeste. Un saque lateral se volvió córner con la mano. Guerrero dictó cátedra de control y remate y marcó un 2-2 que supo a baldazo de agua fría.

Entonces, Markarian estrenaba un sistema con el que apuntaba a sacarse de encima la enorme presión que le tiró el primer Uruguay, mediante el refuerzo de la media cancha. Abandonó el 5-3-2 inicial por un 4-4-2 que a la larga le serviría para frenar a los de Tabárez unos metros antes, sin tenerlos que soportar repetidamente sobre el área del arquero Penny. Su primer sistema perimió tras los primeros 45 minutos, que tuvieron algo de la inolvidable noche en la que Uruguay goleó a Chile. Los celestes jugaron a ese mismo ritmo. Cavani fue insoportable por la zurda y por la derecha. Maxi Pereira voló y Palito puntuó alto. El primero explotó muy bien las combinaciones con el Ruso, que marcó tanto como el Cacha pero jugó mejor con la pelota. La nutrida zaga peruana se vio desbordada por un juego locatario que le hizo la cancha anchísima. Tácticamente, el primer tiempo arrancó diferencias grandes en las que algún distraído pudo ver similitudes: Uruguay jugó con tres atrás y dos verdaderos carrileros, mientras que Perú lo hizo con cinco defensas casi en línea. Es que Advíncula y Yotún prácticamente no cruzaron la mitad de la cancha. Lo pagaron caro los mediocampistas Luis Ramírez, Fernandes y Cruzado, que fueron abiertamente superados por los volantes celestes.

Pero todo esto era historia cuando el partido volvió a estar empatado. El desafío era duro. Había que ir por la victoria con poco reloj y un rival crecido y mejor ordenado. Forlán perdió un penal ante Penny, un golero dueño de atajadas increíbles. Tabárez destrabó con dos cambios homologados por el trámite y concretados más rápido que en otros casos. A los 60 minutos ya estaban en la cancha el Cebolla y Gastón Ramí- rez. El primero revitalizó la banda en la que Palito había dejado de pesar desde que Advíncula se adelantó tras el cambio de sistema del rival y, además, anotó el 3-2 con gusto a Valium de los 63. El segundo se posicionó como enganche. Tuvo su qué ver en la jugada que cerró el partido en los descuentos, cuando ya acumulaba media hora de aportes en el armado.

No fue sencillo llegar a la orilla. Perú cerró la tarde con cuatro delanteros de facto: a Guerrero y el ingresado Carrillo se le sumaron los volantes Ramírez y Cueva, que entró para encarar por el callejón del ocho. A los 79 minutos el fantasma de un nuevo empate visitante casi toma cuerpo, pero Muslera respondió con cancha ante un buen cabezazo. Por delante del arquero Cáceres nos recordó que tenemos zagueros para rato, con una tarea simplemente impecable. No se puede decir lo mismo de Coates, aunque tampoco puede omitirse que dos de los cuatro goles llegaron por su fortaleza en las pelotas aéreas ofensivas. Su nombre, como el de Ramírez, sonará fuerte en las próximas semanas. Es que la selección mayor se acuesta un rato, para que salga a escena la tan esperada olímpica. El proceso va.

Detalles:

Estadio Centenario. Árbitros: Leonardo Vuaden, Altemir Haussman, Alessandro Rocha y Marcelo de Lima (brasileños).

Uruguay (4): Nene Muslera; Diego Godín (es humano); Seba Coates (cal y arena); Pelado Cáceres (un mostro); Mono Pereira (merecía); Ruso Pérez (sí); Cacha Arévalo Ríos; Palito Pereira (bien; 59’ Cebolla Rodríguez); Forlán (=Godín; 60’ Gastón Ramírez); Lucho Suárez (90’ Seba Eguren); Cavani (acalambra). DT: Óscar W Tabárez. Suplentes: Juancho Castillo, Martín Silva, Abel Hernández, Andrés Scotti, Nico Lodeiro, Mota Gargano, Loco Abreu, Tata González y Mauricio Victorino.

Perú (2): Diego Penny (hdp); Luis Advíncula (68’ Christian Cueva); Jesús Álvarez; John Galliquio; Christian Ramos; Yoshimar Yotún; Luis Ramírez; Antonio González (mordió; 46’ Carlos Lobatón); Rinaldo Cruzado (cosas); Zlatan Fernández (alto; 76’ André Carrillo); Guerrero (calidá). DT: Sergio Markarian. Suplentes: Raúl Fernández, Leao Butrón, Giancarlo Carmona, Álvaro Ampuero, Carlos Zegarra, Michael Guevara, Renzo Revoredo, Raúl Ruidíaz y Alfredo Rojas Pajuelo.

Goles: 15’ Suárez (U) tras un presunto toque a una pelota venenosa que le quedó servida casi en la línea, luego de una atajada del arquero Penny ante un cabezazo de Coates; 30’ Mono Pereira (U), que tocó corto tras un rebote de Penny posterior a un remate sucio de Suárez; 39’ Godín (ec) (P) intentó defender un centro cerrado y fuerte y la peinó hacia su propio arco; 47’ Guerrero (P) aprovechó un mal ensayo defensivo de Arévalo Ríos posterior a un saque lateral, dominó en el área y definió bajo; 63’ Cebolla Rodríguez (U) con cabezazo frontal, luego de un centro posterior a un atajadún de Penny ante otro cabezazo de Coates; 90(4)’ Eguren (U), que tocó bajo al arco gracias a la gentileza de Cavani, que lideró el contragolpe que desencadenó el tanto.

Costó mucho: a los 54’, el arquero Penny (P) le tapó un penal a Forlán, luego de una falta bien sancionada sobre Cavani.