Hace algunas semanas el equipo médico de la Fundación Peluffo Giguens (FPG) anunció que renunciará el 15 de julio; la decisión recorrió las vías formales y no tiene marcha atrás.

Esa propuesta tomó forma en un grupo de trabajo creado para destrabar el conflicto, integrado por delegados de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) y del Sindicato Médico del Uruguay (SMU). La creación de una fundación que nucleara a los funcionarios médicos y no médicos fue la manera encontrada para que los trabajadores mantuvieran sus funciones sin alterar la asistencia a los niños y, a la vez, para que dejaran de depender de la FPG.

Desde diciembre el equipo médico pedía la renuncia del presidente de la fundación, Jorge Bartesaghi, quien entiende que no existen motivos para dejar su cargo. Por otra parte, los funcionarios no médicos, nucleados en la Asociación de Funcionarios de Oncología Pediátrica (AFOP), también pidieron la renuncia de Bartesaghi y de otros seis de los nueve integrantes del consejo directivo de la FPG. La principal diferencia refiere a la utilización de fondos de la institución, puesto que la directiva resolvió construir un centro de telemedicina, que fue rechazado por los trabajadores por entender que había otras prioridades.

Avances

El miércoles autoridades de ASSE, de la Facultad de Medicina y del SMU volvieron a reunirse. Martín Odriozola, secretario médico del SMU, dijo a la diaria que las partes avanzaron en la propuesta de crear una nueva fundación pero advirtió que eso implicará hacer cambios contractuales que deberán concretarse más allá del 15 de julio.

Actualmente ASSE transfiere a la fundación cerca de 3.000.000 de pesos mensuales para el pago de salarios médicos y no médicos y para algunos otros servicios, pero como no llega a cubrir la totalidad de esos costos, la FPG destina un dinero complementario, confirmó Odriozola. Agregó que los cambios contractuales implicarán rescindir el convenio entre ASSE y la FPG, generar uno nuevo que sea avalado por el Tribunal de Cuentas y asegurar que se mantengan los derechos laborales. “No se va a consignar de un día para el otro”, dijo, pero acotó que “los médicos no están dispuestos a quitar la renuncia a cambio de nada pero sí a postergarla si hay una salida”.

En ese esquema, la FPG podría continuar encargándose, entre otras tareas, del Hogar La Campana -que aloja a pacientes del interior del país con un familiar mientras se realizan los tratamientos en la capital- y el centro de telemedicina, que se inaugurará en pocos meses.

Las tres partes negociadoras han consensuado esa salida y resta la aprobación de la FPG, que también se espera que se sume al consenso. Consultado por la diaria respecto de quién continuará la tarea médica a partir del 16 de julio, Bartesaghi respondió: “Ése es un tema que resuelve ASSE; serán seguramente los propios médicos bajo el sistema que quieren o que ASSE les provea”. Respecto del resto de los funcionarios, comentó: “Mientras mantengamos el convenio -que no vemos por qué no lo vamos a mantener-, van a seguir a nuestro cargo”.

Tires y aflojes

Ayer se concretó una reunión entre integrantes del equipo médico y comisiones de apoyo de la FPG. Ángel Bessio, delegado de la comisión de Colonia del Sacramento, dijo a este medio que se trató de una instancia informativa en la que los médicos los pusieron al tanto de la nueva fundación. Las comisiones de apoyo se encargan de recaudar dinero para la institución, que en buena medida se financia con aportes de la comunidad. “Como grupos de apoyo, tenemos que tomar la resolución para ver si seguimos con el grupo de la FPG o acompañamos este otro que se va a formar”, explicó Bessio. A su vez, cerca del 15 de julio tendrán una reunión con la directiva de la FPG. Luego de esa instancia, las 30 comisiones de apoyo deberán resolver por una fundación u otra.

La interna continúa movida por estos días. En la semana renunciaron a sus cargos el vicepresidente de la FPG, Gerardo Zambrano, y Rodolfo Oppenheimer; éstos eran los dos únicos directivos a los que la AFOP no había pedido la renuncia. Consultado por la diaria, Zambrano manifestó que prefiere esperar al 15 de julio para hacer declaraciones.

En varias ocasiones padres de niños que se atienden en la institución y algunos integrantes de comisiones de apoyo han reclamado, en diálogo con este medio, la renuncia de Bartesaghi. Sin embargo, éste afirma que los médicos son los únicos que sostienen ese planteo. “¿Querés saber por qué no renuncio? Porque sería un acto de cobardía entregar la fundación a un corporativismo insoportable”.