Ana Labandera, jefa del Departamento Obstétrico del Hospital de la Mujer, dijo a la diaria que será una jornada de reflexión sobre el “rol y proyección” de las obstetras parteras en los servicios de salud sexual y reproductiva, y que además se hará el reconocimiento a parteras del hospital que se jubilan con más de 30 años de ejercicio. Pero además de esto y de los oradores previstos, Labandera destacó que “por primera vez después de mucho tiempo la escuela, es decir, la academia, se reúne con la AOU (entidad gremial y profesional) y el Departamento Obstétrico para discutir estrategias para delinear en conjunto”, aspecto al que asignó “una importancia significativa”, teniendo en cuenta que siempre conmemoraban el día por separado.

La Ley 18.426 de Defensa del Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva fue la que determinó que existiera un servicio de salud sexual y reproductiva en cada centro de salud, y que deban contar con una partera. Labandera mencionó que esto no se cumple, entre otras razones porque “todo es lento”, al punto de que en muchas instituciones ni siquiera se han constituido esos servicios. En el Hospital de la Mujer se incrementó el número de parteras (hay 73) y también su participación en la atención de partos.

Ejercicio de la profesión

Uno de los puntos que se tratará en la jornada será la modificación del reglamento del ejercicio de la profesión, que es potestad del Ministerio de Salud Pública (MSP). El año pasado la AOU redactó, a pedido del MSP, un memorándum en el que remarcó el libre ejercicio de la profesión, vigente desde 1891, y manifestó la necesidad de que las parteras puedan prescribir medicación, como anticonceptivos, y colocar DIU, por ejemplo.

El 11 de agosto el subsecretario Leonel Briozzo dijo a El Observador que junto con la AOU su cartera estaba estudiando “la inhabilitación del ejercicio en domicilio cuando es planificado”. Esto causó la reacción de varias parteras, y la presidenta de la AOU aclaró que este aspecto no estaba sobre la mesa en el diálogo con el MSP.

La comisión directiva de la Escuela de Parteras había solicitado integrar ese ámbito de discusión, planteo que no tuvo respuesta; la semana pasada la directiva resolvió reiterar el pedido para poder ser parte de la revisión del reglamento profesional.

A todo esto, parteras, grupos de mujeres y familias se han unido para reivindicar el libre ejercicio y la posibilidad de atender en domicilio los partos de bajo riesgo, “la posibilidad de elegir dónde y cómo parir”, sostienen.

En diálogo con la diaria Briozzo sostuvo: “La mujer tiene el derecho inalienable a elegir de manera consciente dónde quiere tener su parto”. No obstante, dijo: “El MSP, como organismo rector de la política sanitaria, tiene la responsabilidad de informar cuáles son los lugares más seguros” y que “hoy, en 2012, esa situación se pueda dar en el marco institucional”. Agregó: “Hasta tanto no se regionalice la atención en salud, no haya un sistema adecuado de traslado y no se descentralice la atención, no es lo más responsable el desarrollo de partos en domicilio o en casas de nacer”.

Briozzo adelantó que mañana habrá un encuentro en el MSP de “análisis y perspectivas acerca de las estrategias para disminuir la mortalidad infantil” y que allí presentarán una ordenanza “de la habilitación de maternidades”. Además, están “evaluando la posibilidad de que haya casas de nacer”, pero no quiso adelantar más detalles. Si bien el MSP desaconseja los nacimientos en domicilio y los comenzó a restringir sólo a aquellos centros de segundo nivel de atención (los que cuentan con block quirúrgico), reconoce la necesidad de humanizar el parto.

Labandera afirmó saber que el MSP analiza la creación de “casas de nacer” en el Saint Bois y el Pereira Rossell. De hecho, dijo que en este último se colocaron tres salas de nacer para que “la mujer pueda tener la posibilidad de pujar sentada en un banco herradura o tener su parto en cuclillas”, usar una pelota de pilates, caminar y estar acompañada tal como dice la ley, pero que nunca se pusieron en funcionamiento. Aclaró que el concepto “humanizar” implica “no ser intervencionista, esperar que se den los plazos fisiológicos, acompañar en todo el proceso y dejar que la mujer haga lo que crea importante, que curse su trabajo de parto en forma natural y espontánea”.