El estreno de un transmisor nuevo de última generación por parte del programa A fondo y el derrotero de los últimos partidos de Independiente de Avellaneda fueron parte del caudal informativo que nos brindaron los periodistas que llevaron a todo un país el debut absoluto de Uruguay en un mundial femenino, considerando cualquiera de sus categorías.

Un mundial, el primero de todos para cualquier mujer con documento de la República Oriental del Uruguay, y en la televisión abierta. ¿Ehh?

No se pudo escuchar que a Carina Felipe no le gusta su nombre y por eso se hace llamar Laura, que tiene apenas 14 años, o que a una tal María González le dicen La Pity y que se perdió el brillante Sudamericano que clasificó para este mundial por una situación familiar agradable. Tampoco se pudo escuchar la data de que la Coloradita Tregartten debutó en la categoría de mayores del fútbol de OFI de hombres con sólo 13 años y que tiene unas condiciones bárbaras. Nada de eso. El oligopolio televisivo está lejos de efectuar una llamada para obtener información, como podría hacerlo cualquier productor o iniciado que debe encarar un tema o una cobertura del caso. No es más que una llamada al Sheraton Baku Airport Hotel al 004 124 374 949. Y listo.

Estamos acostumbrados, cantaba don Estramín.

El partido, disputado en césped sintético, fue muy complicado. La selección china, que venía de eliminar en la clasificatoria asiática a Corea del Sur, el último campeón de la categoría en el mundial de Trinidad y Tobago en 2010, demostró sus condiciones físicas y técnicas. Espigadas, esbeltas y fuertes, las asiáticas demostraban superioridad ante las celestitas que de todas formas se encontraban concentradas y metidas en el asunto. La presión china se tradujo en una primera llegada sobre los 13 minutos, cuando la china Lu sacó un derechazo que la golera uruguaya Gaby González logró manotear para que el travesaño hiciera el resto del laburo y el partido se mantuviera en cero. Pero a los 23, Tiang se metió al área y logró sacar un remate con cara externa del pie para poner el 1-0 a pesar de que la capitana celeste, Nicole Arambulo, casi llega al cierre de la asiática.

Tal vez la jugada más clara del primer tiempo para las celestes estuvo en los pies de Yamila Badell, la goleadora del sudamericano, que entrando por izquierda sacó un sablazo al primer palo que la arquera china atrapó sin demasiado esfuerzo por estar bien ubicada. Antes del cierre del primer tiempo las chinas lograron un 3-0 casi lapidario. Zhang marcó el segundo en una gran definición en un mano a mano con Gaby, y luego -tras una especie de blooper a la salida de un córner- logró conectar de cabeza en el área chica. Si no se puede cargar al golero en el área chica, tampoco se puede a la golera por lo que el gol pudo no haber subido al marcador, pero nada: 2-0 y pelota al medio. Complicado el panorama.

El equipo celeste al parecer depende mucho de Carito Birizamberri (el terror del relator a la hora de nombrarla) para generar fútbol. Pura magia la gurisa que ya con 15 años jugó con la selección mayor. Inventiva, habilidad, un deleite verla correr.

Las González, Pity y Pamela, ambas del club Colón, bancaban en la mitad pero no era suficiente ante el asedio chino.

El segundo tiempo oscureció aún más el panorama cuando a los 5 minutos se fue expulsada la golera celeste tras tomar la pelota con sus manos fuera del área, en una jugada que la jueza entendió que se trataba de peligro inminente.

Anabel Ubal tuvo que ingresar y Alaides Bonilla dejó el campo. Un más que digno segundo tiempo por parte de las gurisas celestes que demostraron por qué Uruguay ha ganado tantas cosas a lo largo de la historia. Ni el cansancio traducido en calambres logró desconcentrar a las dirigidas por Graciela Rebollo. Llegó el cuarto gol, de Lu, cuando faltaban 10 minutos para el final.

Un durísimo rival para el arranque demostró que las gurisas saben lo que quieren a pesar de verse superadas por las chinas. Sin golpes, sin salirse del libreto. Ahora viene Ghana el miércoles a las 9.00 de nuestros televisores.

Fútbol en clave de vinchas y trenzas cosidas. Bienvenidas, gurisas.