Luego de que se confirmara públicamente la venta del ex Cine-Teatro Plaza a la iglesia pentecostal brasileña Dios es Amor, el sociólogo Gustavo Leal promovió en el sitio www.change.org una petición para que el Estado expropie el predio con el fin de conservar su valor artístico y cultural. La campaña, que hasta ayer había obtenido el respaldo de 11.260 personas, motivó conversaciones entre diversos actores de gobierno -la Intendencia de Montevideo (IM), el Ministerio de Educación y Cultura- y de la sociedad civil -la Asociación General de Autores del Uruguay (Agadu) y el Grupo Centro-.

En ese contexto y con respaldo del gobierno, surgió la idea de conformar un consorcio público-privado que, en términos generales, gestionara el uso cultural. Esta iniciativa cobró fuerza luego de que dos empresas manifestaran a la IM su interés de involucrarse en el proyecto, pero las partes no lograron articular una propuesta viable que incluyera la opción de compra, la refacción del cine-teatro y un modelo de gestión.

El director de Cultura de la intendencia capitalina, Héctor Guido, quien encabezó las negociaciones, explicó a la diaria que no se halló una fórmula que asegurase el “equilibrio financiero” a los privados. “La IM tenía expectativas de que el cine-teatro pudiera estar al servicio de las actividades artísticas porque entendía que esto [su transformación en un templo] era una pérdida. Pero por el momento no tenemos alternativa”, afirmó. En ese sentido, recordó que nunca estuvo sobre la mesa que la IM se hiciera cargo del inmueble ni de su gestión. “La expropiación nunca fue una opción”, enfatizó.

Durante este tiempo se mantuvieron conversaciones informales con representantes de Dios es Amor, pero tras conocerse que el consorcio con privados fracasaría no se fijaron instancias formales. A su vez, Guido indicó que no se advirtieron irregularidades en el proceso de compraventa del lugar: “En todo caso hay que probar lo contrario”, apuntó. El jerarca destacó que la estructura del ex Plaza se mantendrá, es decir, que su arquitectura no podrá ser modificada por ser patrimonio nacional.

Al ser consultado por la diaria, Leal, impulsor de la campaña, prefirió no hacer comentarios hasta contar con información oficial. Guido, por su parte, evaluó la recolección de firmas como “altamente positiva”. “Siempre hay que poner los oídos y ojos en las redes sociales. El saldo de esta discusión sirve para reafirmar el uso de determinados espacios y también que hay privados interesados en la cultura y en invertir en este tipo de cosas. Más allá de eso, lamentamos no tener respuestas. Esta vez, dos más dos no nos dio cuatro”, dijo.