Estaba todo pronto para una gran final. El público local, con mucho entusiasmo, empezó a vivir el encuentro desde el arranque. Es que se sabía que el 13 de octubre de 2013 podía quedar marcado en la historia del club, como finalmente sucedió.

Ya desde el pitido inicial Juventud comenzó a dominar a su rival. A pesar de no generar ocasiones de gol sobre el arco defendido en el primer tiempo por Eudocia Mujica, las orientadas por Juan José Ballón, el Jota, retuvieron mucho el balón en sus pies, y eso no le dejaba a Arachanas crear situaciones de peligro. No hay mejor forma de defenderse que teniendo la pelota, opinan algunos analistas del fútbol. Y de esa forma fueron los primeros 40 minutos, que es lo que dura la mitad de un cotejo en el fútbol femenino. Las rojitas contaron con varios tiros libres en las cercanías del área grande, pero ninguno tuvo buen destino. “¡Que caiga al medio del área!”, gritaba el DT local, pero los envíos no fueron certeros y Eudocia Mujica jugaba con mucha seguridad bajo los tres caños. La volante Aída Morales y la atacante Gabiela Lindiman no pudieron desequilibrar ante la defensa de Juventud, que tuvo un encuentro muy firme solventado por el gran trabajo de Luciana Torres, capitana y líder anímica fundamental. El equipo de Melo no pudo conectar el mediocampo y la ofensiva durante el cotejo, y sin dudas ése fue uno de los grandes motivos para que la arquera Gabriela González no sufriera mucho durante los 80 minutos de juego.

El primer tiempo se fue con un empate sin goles, que favorecía a las colonienses gracias a la victoria obtenida en tierras arachanas, pero un gol podía cambiar la historia de la final. Y el tanto que desviaría el rumbo llegó a los 20 de la segunda parte. Un tiro libre bien ejecutado por Virginia Arriola no tuvo una buena respuesta de Mujica, y la pelota se metió mansa al fondo de la red. El gol de la número 20 de Juventud obligaba a las azules melenses a buscar dos tantos para forzar una prórroga y seguir con chances de obtener el campeonato. Pero las locales estaban bien, presionando mucho, característica muy importante del equipo del oeste, y no dejaban salir con facilidad a las adversarias desde su campo.

Emoción

El partido no tuvo grandes situaciones de gol ni un ida y vuelta sobre los arcos como para destacar. Pero el golazo de tiro libre que convirtió Lindiman le puso mucha incertidumbre al cierre del campeonato. Un nuevo gol de Arachanas hubiera estirado la definición a 30 minutos más, y por este motivo las visitantes se fueron con muchas ganas arriba, en busca del milagro. A pesar del esfuerzo las de Melo no pudieron. Sí pudo Juventud, que tras el tropezón en las finales del año pasado tuvo el fútbol y el ánimo para, un año más tarde, gritar campeón. Mucha alegría en el entrenador de las rojitas y en las muchachas, que recibieron el trofeo y las medallas con una sonrisa pintada en sus caras. ¡Salud, campeonas!