La selección uruguaya de fútbol playa recibió ayer en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) el pabellón nacional y la bandera de Uruguay Natural, que fue entregada por el subsecretario del Ministerio de Turismo y Deporte, Antonio Carámbula, y el director Nacional de Deporte, Ernesto Irurueta.

Los dirigidos por Miguel Aguirrezabala desde el domingo 10 hasta el 17 estarán en la provincia de San Luis, Argentina, para disputar las clasificatorias para el Mundial de Tahití, que otorgará tres cupos para dicho certamen. Integran el grupo B junto con Venezuela, Ecuador y Brasil, con quien debutarán el lunes 11. En la otra llave están Argentina, Paraguay, Colombia, Perú y Chile.

Precisamente, como parte de la preparación, estuvieron de viaje por tierras trasandinas, donde jugaron y ganaron ante la selección local 4-2. También recibieron en Las Cañas a Argentina, a quien vencieron 3-2 el día que estaba en juego una copa con el nombre del balneario fraybentino.

El plantel uruguayo tiene varios destaques. Ricardo Martínez es aquel que anotó diez goles en un partido de la Copa Nacional de Clubes de OFI para Liverpool de Canelones. Javier Coco Ortiz jugó la Copa Libertadores con Bella Vista. Marcelo Capurro, que también se dedica a ser modelo, hasta 2009 jugó en fútbol 11 defendiendo a Progreso.

Conociendo al DT

Tiene 42 años y nació en Paso de los Toros. Aguirrezabala hace muchísimos años que está vinculado con el fútbol y sus diferentes ramas. Sobre sus inicios recuerda: “Jugué en baby fútbol en Mirador Rosado, ya que vivía en Viera y Obligado. Siempre íbamos a jugar a las canteras con mis hermanos mayores. Tengo cinco hermanos varones y cinco mujeres y los más grandes siempre me llevaban, hasta que el hijo del presidente de Mirador Rosado me llevó a jugar ahí”. Luego estuvo en la Sexta de Rampla y Sud América, en la Cuarta de River Plate y en la Tercera de Nacional. En Primera defendió a Nacional de San Carlos. Desde el 87 está vinculado al fútbol sala, cuando integró y dirigió Colón. Luego pasó a Nacional, donde jugó 16 años. En 2000 lo invitaron a jugar al fútbol playa y desde entonces se dedicó a ambas disciplinas.

Desde su inicio en la playa, salvo por dos años en que no pudo estar, fue integrante de la selección como jugador y disputó siete mundiales. Desde 1995 a 2005, estos campeonatos eran administrados por la Beach Soccer Worldwide y se realizaban en Río de Janeiro. En ese período, Uruguay obtuvo dos subcampeonatos y tres terceros puestos. Brasil había ganado en nueve de los diez torneos. A partir de 2005 la FIFA tomó el mando y en 2008 llevó el Mundial a Francia. Al año siguiente se realizó en Dubái, y hace dos años la sede fue Italia. Actualmente se realiza cada dos temporadas. Rusia es el actual campeón. El entrenador celeste comentó sobre su participación en estos torneos: “Siempre estuvimos peleando, segundos, terceros, cuartos... El que más recuerdo es el que jugamos la final del mundo con Brasil [2006]. Hicimos un muy buen torneo y en la final íbamos 2-1 hasta el último chico. Se jugó en Copacabana. Es el que más recuerdo y el que disfrutamos más”.

También dijo por qué nuestro país está siempre peleando, más allá de la ausencia del último Mundial, ante potencias mundiales: “Hay una generación de jugadores que empezó conmigo, allá por 2000, y este deporte FIFA lo tiene desde 2005; creo que ahí nosotros le llevábamos cinco años de ventaja a muchas de las selecciones. Ventaja que hoy en día no es tal, porque ya vienen practicando el deporte hace tiempo y con el apoyo de las federaciones, que vuelcan gran parte de sus ingresos para este tipo de deportes, como el fútbol sala, playa o fútbol femenino. La ventaja de antes, la costa, hoy tampoco la tenemos, porque Argentina, por ejemplo en Buenos Aires, que no tenía playa, hoy en día tiene dentro del complejo de Ezeiza dos canchas de fútbol playa con todas las comodidades. Las demás selecciones no van mal entrenadas como antes. Ahora se preparan bien y de hecho hay una eliminatoria antes, previa al Mundial. Antes era por invitación, pero hoy en día tenés que prepararte y si clasificás es porque hiciste las cosas bien”.

Además de esta clase de certámenes la selección cada cierto tiempo compite en la Copa Latina, también llamada Copa América, y en los eventos que puedan organizar las diferentes federaciones.

Al mando

Sobre esta posibilidad que le surgió para ser el entrenador de la selección de fútbol playa, explicó: “El año pasado ya había estado ayudando al Topo Fernando Rosas. Había tenido un pasaje en 2001, con Quique Bello, que me había dado la posibilidad de prepararnos para el Mundial, estuve tres años haciendo la preparación. En aquella época se jugaban mundiales todos los años y ahí también estuve como técnico. Después de jugar siete mundiales me dieron la posibilidad de ser ayudante el año pasado y como ahora el Topo está en el fútbol de Rentistas me llegó la oportunidad, la aproveché, me gustó el desafío y acá estamos”.

Acerca de cómo selecciona a los futbolistas para el plantel celeste, dijo: “Nosotros tenemos una selección bastante estable de unos 18 jugadores que vienen hace tiempo compitiendo. Hay gente que viene y pide para probarse, gente que viene recomendada”. A esto agregó: “La idea es que haya una competencia interna de cuatro, cinco meses, en la que haya una liga seria y existan jugadores que se dediquen a este deporte y podamos elegirlos de ahí. Mientras tanto, entre nosotros mismos vemos a algún muchacho con condiciones y con tiempo, porque este deporte implica dedicarse todos los días de mañana, y a veces gente que estudia o trabaja no puede. También la idea nuestra es preparar una sub 20; ahora tenemos a cuatro, cinco jugadores de 18, 19 años que son el futuro de esa selección”.

En relación al momento actual del seleccionado uruguayo de fútbol playa expresó: “Trato de aprovechar la experiencia de los jugadores que tenemos ahora; creo que son jugadores de por sí ganadores. Lo que estamos tratando de hacer es que tengan de vuelta esa necesidad de ganar y el hambre de gloria que por ahí se había perdido por falta de motivación o por desgaste. Tratamos de traer gente joven para prepararla, para que en dos o tres años esté lista para poder ser parte de la selección mayor. Ahora mismo, a los partidos con Argentina llevé dos chiquilines de 18 años que hacían sus primeras armas y jugaron y vivieron lo que es la competencia internacional. A partir de ahí no han faltado un solo día a entrenar, así que sirvió”.

Interrogado sobre la posibilidad de Uruguay en San Luis contestó: “Venimos de no clasificar a un Mundial, pero si veo la calidad y la experiencia que tiene esta selección y el nivel, te diría que ahora estamos para pelear un lugar. Brasil no es el de otros tiempos, hasta me animo a pelear un primer puesto. En el Mundial, pretende volver a donde estábamos, que es entre los cuatro primeros. Creo que esta selección está para eso, pero después hay que demostrarlo”.

También se tomó su tiempo para analizar el presente del fútbol playa: “En este deporte hay de todo para hacer. Desde una liga interna y divisionales juveniles hasta un campeonato nacional. No le veo el techo. Si empezás a llevar este deporte al interior, después podés terminar organizando campeonatos regionales o nacionales, categorías sub 20 o sub 15; ésa es nuestra idea. Lo fundamental, sobre todo acá en Montevideo, es que haya una cancha estable para la AUF, un estadio donde podamos practicar todo el año y que esté a disposición del fútbol. Este estadio [por el Arenas del Plata de Pocitos] a veces se desarma y cuando hay una competencia en Europa más que nada, acá es invierno y no tenemos lugar para entrenar. En el proyecto que presentamos a la AUF, una de las cosas que pedimos nosotros es que haya un estadio permanente, ya sea en la playa o en el Complejo Celeste, como hizo Argentina”.

Aguirrezabala hizo referencia al apoyo que reciben del máximo organismo del fútbol local: “De la AUF tenemos lo que necesitamos; tenemos ropa, viáticos, tenemos los materiales. Sin duda que por ahí se podría mejorar. Ojalá termine siendo un deporte en el que los jugadores se puedan dedicar y vivir de esto. Sabemos que en Uruguay, sobre todo en los deportes menores, poder vivir del deporte es muy difícil”.

Enseñando

En diciembre, previo al inicio del torneo Metropolitano femenino, estuvo en Pocitos en una clínica de fútbol playa para mujeres. Sobre esto puntualizó: “Me comentaron que había una clínica y me ofrecí a venir. Con el hecho de estar presente creo que las chicas dicen ‘mirá, por lo menos hay alguien que nos está mirando’. Nosotros ahora tratamos de sacar jugadores del fútbol sala, del fútbol de cancha, el fuerte del femenino es el fútbol y habrá que apuntar ahí; quién puede venir a jugar en verano. Creo que una vez que se practica el deporte se le toma el gustito. Les gusta porque es un deporte espectacular; hay muchos goles, hay muchas jugadas muy lindas”.