“Disciplina” y “solidaridad”, les pidió Mujica a los trabajadores de la cooperativa El Águila, que ayer cumplió un año de actividad y sin dar pérdidas. “Aunque pequeñas, hay utilidades”, había adelantado ya en enero el presidente de la cooperativa, Ricardo Pérez, que ayer entregó al mandatario un estado de situación en el que se detalla la facturación del período abril 2012-marzo 2013: 5.643.222 de dólares.

Sin más compañía de medios que Televisión Nacional Uruguay (TNU), dejando a todos los demás afuera de la planta -aunque pudieron acceder militantes frenteamplistas que realizan trabajos de comunicación para esa fuerza política-, Mujica recorrió el inmueble y les dedicó a los trabajadores un extenso discurso a puertas cerradas.

Una hora y media después pudieron pasar periodistas, camarógrafos y fotógrafos. Los periodistas que salieron del recinto y se acercaron a colegas de TNU o a los militantes frenteamplistas fueron devueltos forzosamente por integrantes de la seguridad del presidente, que a esa altura ya estaba sentado en el estrado sobre el que se desarrolló el acto de celebración.

Puntuales aunque no haya patrones

El mensaje público a los trabajadores estuvo cargado de exhortaciones e incluso de algún rezongo. El presidente los felicitó por “dar la lección de que no hay que resignarse” y de que “se puede cuando un puñado de gente se propone el objetivo aparentemente imposible de mantener abierta una fuente de trabajo”. Se acordó también de “los que se ablandaron, por la cultura, por la tradición, por la edad, por las cosas que se dicen, y no atracaron; se desparramaron”. Les pidió a los que se quedaron, a “los que se plantaron ante la realidad y no se resignaron a que todo siguiera su curso camino al cambalache y decidieron pelearla”, que sostengan el proyecto sobre la base de defender lo colectivo. “Transitamos por un mundo de jerarquías, nos guste o no nos guste [...] En ese mundo jerárquico no nos educaron para ser equipo”, sino “para cumplir determinadas funciones e irnos”. Pero “aquí son todos responsables”. “En un esfuerzo colectivo los hombres se organizan para multiplicar valor y para salir al mundo”, recalcó Mujica.

Se concentró en la importancia de “cumplir con el equipo”. Independientemente de las jerarquías, dijo, “acá dirigentes son todos”, por lo que “hay que incorporar un dolor colectivo de una propiedad común. Eso implica un cambio cultural con nosotros mismos”, como por ejemplo “no hacer las cosas porque hay un patrón que te está controlando”. “Puntualidad”, “responsabilidad”, “disciplina” y “solidaridad” fueron los pedidos concretos del presidente; “porque si tenés un patrón que te levanta venís a las 7.00, pero si son los compañeros, no”.

“La lucha” en una cooperativa “no es por ser ricos, sino por mantener una fuente de trabajo”, resaltó Mujica cuando hizo referencia a la gestión. “Quizá para futuras generaciones pueda ser una fuente de trabajo floreciente”, apuntó, subrayando la existencia de leyes empresariales “necesarias”, como por ejemplo “dejar siempre un montoncito para invertir”. “No se deben repartir todos los números brutos. Eso es pan para hoy y hambre para mañana”, señaló.

Les recordó incluso que las que heredan los trabajadores no son “fábricas modernas, al último grito de la moda”, sino “industrias que entraron en crisis porque no se invirtió lo que se tenía que invertir a tiempo, porque le sacaron más ganancias que las que daban, y porque envejecieron”.

El Águila espera aún un crédito del Fondes por más de dos millones de dólares. Ricardo Pérez había solicitado “mayor celeridad”. Mujica dijo a la diaria que si dependiera de él ya habría sido otorgado. “Tenemos un país de derecho y el país de derecho te obliga a hacer cosas que son más lentas”, comentó.