Esto sigue, y como a nadie le gusta perder, el día después no fue fácil, por la gran gestión desarrollada contra Brasil y el resultado ajeno a esa gran actuación. Pero también está claro que se perdió en el resultado pero se ganó en otras cosas, que a la larga pueden ser fundamentales para afrontar los otros “brasiles” que quedan de aquí en adelante, que son los rivales de la clasificatoria para asegurar la vuelta a Brasil en 2014.

Es por eso que resulta importante, y no un partido más, el juego del domingo a la hora de los ravioles en Salvador de Bahía ante Italia, que ayer perdió por penales ante España. Para el partido de tan altos kilates seguramente Tabárez volverá a colocar a los mejores 11 que considere para ese día, haciéndolo como nuevo gran banco de pruebas del otra vez decisivo partido en setiembre en Lima ante Perú.

Los orientales volvieron ayer a despertarse en un hotel de una ciudad y a acostarse en otro de otra, después de un viajecito de avión. Los que no jugaron el miércoles contra Brasil y el Mota Gargano, que lo hizo unos pocos minutos, entrenaron a las 11.00 en el parque Independencia. Los que estuvieron al borde de la hazaña hicieron trabajos regenerativos en el hotel. En la tarde partieron rumbo a Salvador, que es el lugar donde el domingo deberán jugar por el tercer puesto en el Novo Fonte Nova frente a Italia.

La valía de la histórica selección europea, que apenas quedó fuera de la final del torneo al perder por penales ayer en Fortaleza, resignifica el partido para los de Tabárez, que seguramente repetirá oncena, o en el peor de los casos realice una o dos variantes que podrían ir por el lado de Diego Pérez o hasta de Nico Lodeiro.

El partido se jugará a las 13.00 y necesariamente deberá haber un ganador, por lo que nuevamente se puede llegar a la serie de penales. A las 19.00 en el Maracaná se jugará la final entre Brasil y España.