El clima previo a la final estuvo espectacular. Mucha gente llegó al Juan Antonio Lavalleja de Trinidad desde San Carlos para ver a su equipo y el público local no se quedó atrás para acompañar esta nueva participación en una final de Porongos. Panchos y chorizo de rueda casero (el verdadero, según comunicaba un cartel al costado del medio tanque) fue la oferta gastronómica en la previa del partido. El tiempo fue ideal, con sol y una temperatura agradable para arrimarse a las inmediaciones del Parque Centenario.

Porongos, equipo dirigido por Sergio Pichirica Vázquez, salió a jugar con un 4-3-1-2, siendo Nicolás Berot el encargado de generar fútbol para los delanteros Diego de Carlos e Ignacio Schneider, goleador del campeonato. San Carlos, que es orientado por Pabloaníbal de León, apostó a un clásico 4-4-2, con Jorge Nerón y Jonathan Sosa como delanteros netos.

El primer tiempo tuvo un claro dominio de los locales. Si la FIFA hubiera tenido un contador de porcentaje de posesión de pelota como ésos que tanto hemos visto en los últimos torneos internacionales, habría tenido una diferencia grande a favor de Porongos. San Carlos no tuvo mucho el balón, pero cada vez que pudo tomarlo generó peligro, mostrando que también saben con el útil en los pies.

La primera posibilidad fue para los blancos locales, que tuvieron un remate de Diego de Carlos que tapó el arquero Nicolás Alonso. Pablo Suárez respondió con una asistencia a Sosa al área, pero el atacante no pudo concretar. De Carlos tuvo nuevamente la apertura en sus pies tras un tiro libre preparado, pero el disparo se perdió afuera.

Luego de esas incidencias llegó el penal que le daría al encuentro el único tanto del primer tiempo. Una pelota metida al área por un futbolista trinitario rebotó en el camino y el árbitro cobró mano. El muy buen delantero sanducero Ignacio Schneider remató y puso el 1-0, que, teniendo en cuenta lo hecho por ambos clubes, era merecido.

El conjunto de De León procuró la igualdad con un par de intentos desde lejos; el primero fue un tiro libre de Sosa: el segundo, un remate de jugada de Martín Nerón. Un centro al área terminó con un par de hombres de San Carlos chocándose entre ellos y el peligro se desactivó. La visita no tenía mucho el balón, pero por momentos complicaba a la defensa adversaria. Los primeros 45 minutos finalizaron con dos chances para los porongueros. La más clara fue un mano a mano de Schneider, pero el golero Nicolás Alonso estuvo rápido para tirarla al córner. Una incidencia por la derecha del ataque local finalizó con un centro al área que peinó Damián Echeverría en el primer palo ante la salida de Alonso, pero nadie apareció en el segundo para empujarla.

En el segundo tiempo la visita salió con mayor decisión a buscar la igualdad en el marcador. Pablo Moreira asistió de gran forma a Jorge Nerón, que fue bien marcado por el arquero Rafael Revello. Fue la mejor de los carolinos en todo el partido hasta ese momento. A los pocos instantes, Martín Nerón probó desde afuera y la pelota se fue cerca. El trámite cambió y uno de los responsables fue Moreira, el mediocampista que tiene mucha llegada al área rival.

Algún comentarista hubiera dicho: “Lo veníamos señalando en el comentario”. Tanto insistió la visita, que consiguió su objetivo. Jorge Nerón tomó el esférico, avanzó unos metros y remató con su pierna izquierda, para convertir un golazo contra el palo derecho del arquero Revello. A los pocos segundos de conseguir el empate, el DT carolino sacó un delantero para reforzar la marca y la defensa.

Nico Berot tuvo una ocasión muy propicia dentro del área; el número 10 enganchó de gran forma y remató, pero con demasiada potencia, y la pelota se perdió por encima del horizontal. Los últimos 20 minutos del partido estuvieron inclinados hacia el arco defendido por Alonso. Schneider fue el más peligroso de los locales, buscando por arriba, por abajo y siendo la referencia constantemente. Cuando faltaban 15, el delantero tuvo en sus pies el 2-1, pero el remate no fue preciso.

Con más empuje que con fútbol, Porongos jugó el desenlace del encuentro en campo rival, pero la línea de cinco que por momentos estuvo armada en la línea final de San Carlos parecía inexpugnable. Jorge Nerón era el único punta para algún posible contraataque. Los hinchas que llegaron desde el este del país ya festejaban el empate cuando faltaban un par de minutos, un resultado interesante si se piensa en el encuentro de vuelta.