La 15ª fecha de la Clasificatoria dejó huellas. Hay de las lindas: la confirmación de la recuperación tras la victoria como visitante ante Perú y cierto desahogo momentáneo en el quinto puesto de una tabla en la que el cuarto lugar ya no está tan lejos. Pero también hay de las otras. El viernes limeño dejó secuelas que obligan al director técnico Óscar Tabárez a hacer variantes quizá inéditas, justo cuando asoma un rival que llegó a Montevideo tras ganar, con más altas que bajas y casi clasificado. Para el partido de mañana a las 19.00 Uruguay tiene tres ausencias en defensa y una duda en el ataque, que no se sabe si contará con Diego Forlán. A apoyarse en las ventajas del proceso: desde hoy, los defensas Emiliano Velázquez y Gastón Silva entrenan con la mayor, menos de dos meses después de jugar la final del mundo con la sub 20.

El director técnico deber rearmar la línea final. Martín Cáceres quedó descartado por lesión y la dupla conformada por Diego Lugano y Diego Godín está suspendida por amarillas. El capitán fue amonestado luego de una entrada inentendible ante Jefferson Farfán, que recibió un golpazo en la espalda a los 16 minutos. Godín pareció comerse un garrón cuando el árbitro Patricio Lousteau le mostró la tarjeta en medio del tumulto que se generó mientras se cocinaba la expulsión del peruano Yoshimar Yotún. Cáceres, que ante Colombia podría haber dado un pasito al medio para cubrir una de las dos plazas libres, se perderá el partido por una lesión en el menisco externo de su rodilla derecha.

La citación exprés de Velázquez y Silva es una reacción lógica. Va por el camino elegido antes, cuando el también sub 20 José María Giménez pasó a formar parte de la nómina original. El escenario se presta para que el zaguero de Atlético Madrid tenga su bautismo con la mayor, probablemente en compañía de Andrés Scotti, quien también se perfila para integrar la zaga de emergencia. Queda la incógnita del lateral zurdo, posición a la que quizá regrese un viejo conocido: desde que entró por el Pelado durante el partido ante Perú, Jorge Fucile parece correr con ventaja. Pero el plantel también cuenta con Álvaro Palito Pereira, que acumuló muchos minutos en ese puesto mientras se sumaban los faltazos de Fucile.

Al entuerto defensivo se le suma la situación de Forlán. Ayer, la misma comunicación de la Asociación Uruguaya de Fútbol que descartó a Cáceres mantuvo la puerta entornada para la presencia del delantero: “Sufrió un esguince de ligamento lateral externo de cuello de pie derecho, continúa con trabajo diferenciado y en tratamiento fisiátrico”. Ni sí ni no. A juzgar por la historia de Lima, la potencial falta del 10 confirmaría el ingreso de Christian Stuani, quien lo suplió a los 25 minutos y conformó con un gran despliegue desde la inesperada posición de volante por la derecha.

El escenario que no sorprendía al cuerpo técnico, que contaba con el antecedente de que el de Tala jugó la última temporada en Espanyol de Barcelona en esa posición, es casi inverso. La selección de José Pekerman sólo tendrá que hacer un cambio forzado, ya que no estará el suspendido lateral zurdo Pablo Armero, de continua proyección. Pero en la zaga central rival -en contraste con la situación de la celeste, en la que Tabárez tiene que hacer malabares- habrá dos retornos de peso.

Tras perderse el partido del viernes con Ecuador por suspensión, volverán los normalmente titulares Mario Alberto Yepes y Cristian Zapata. Es posible que entren como titulares y queden relegados Carlos Valdés y Luis Amaranto Perea, quienes los sustituyeron en el partido que los colombianos ganaron 1-0. La victoria conseguida en Barranquilla los afianzó en la segunda posición de la Clasificatoria: mañana con un empate en el Centenario pueden saborear el premio anticipado de la vuelta a los mundiales, tras una ausencia de 16 años.

El oro de Perú

El viernes Uruguay completó la reacción que gestó en la anterior visita a Venezuela. Otra victoria como visitante, ante un rival directo que quedó casi desahuciado y que mañana deberá vérselas fuera de casa con la vinotinto, que también llega golpeada. Volvió el viento de cola para los celestes, en la misma Clasificatoria que abrieron con holgura y en la que padecieron un peligrosísimo bajón que se extendió durante un año.

Claro: todo es más fácil cuando sopla Luis Suárez. El salteño es el goleador de la competencia. Fue un vendaval que derribó a la defensa peruana. Cambió la flecha del partido con los enganches que forzaron el penal cometido por Christian Ramos justo al final del primer tiempo. Lo ejecutó con maestría, apenas tres minutos antes de recibir un patadón de Josepmir Ballón que gestó la reacción tonta de Yotún y que dejó a Perú con diez jugadores. Para completarla, le rompió el arco a Raúl Fernández con el parcial 2-0 que encaminó a los celestes a la victoria a los 67 minutos. Hacía rato que Uruguay jugaba libre a espaldas de los volantes ajenos, con buenos aportes de Stuani y corridas de un Edinson Cavani al que le faltó precisión. Lo mismo ocurrió con el Cebolla Cristian Rodríguez. Pudo ser goleada. Pero también derrota, si la memoria nos transporta a los sucesos previos al 1-0. Una vez más bancó Fernando Muslera, con dos grandes atajadas ante Claudio Pizarro y una salida providencial para ahogar a Luis Ramírez. Por eso el descuento final de Farfán fue justo. Por los méritos tempraneros de Perú y por el fútbol del anotador, que complicó dentro y fuera del área. También, porque el vuelo rasante del fantasma del empate que no llegó tiene el don de ubicar. Brasil es posible. Confiarse, peligroso.