Lo ganaba River Plate, pero lo empató el carbonero y sobre el final consiguió la victoria con un penal de Antonio Pacheco. La noche del Centenario estuvo movida y, tras un primer tiempo que dominó el darsenero, Peñarol dio vuelta el partido en pocos minutos, para arrancar ganando el Clausura.

Diego Alaniz fue el mejor futbolista de la dársena en el primer tiempo. Generó varias situaciones de peligro por la izquierda; un centro suyo terminó con un cabezazo de Sebastián Taborda que se fue muy cerca del palo derecho de Juan Castillo. El delantero de River Plate, que se fue expulsado sobre el final del encuentro, avisó. Es que unos minutos más tarde, al arquero mirasol se le escapó la pelota por debajo de su cuerpo y Taborda la mandó al fondo del arco. Seguramente en las próximas horas se hable muchísimo de la actuación del arquero, de que Peñarol tiene que traer un sustituto, etcétera, pero en el tramo inicial del juego hubo gran mérito de los dirigidos por Guillermo Almada para ponerse arriba en el marcador, y eso es lo importante: River Plate impuso su juego por encima del que planteó su oponente.

Luis Aguiar le puso la pelota en los pies a Pacheco, el número 8 la mandó al medio y Jonathan Cabecita Rodríguez le pegó débil. Fue la primera conexión clara de varios hombres de Peñarol en la misma jugada, que terminó con el balón en el corazón del área.

Pasada la media hora, el equipo de Jorge Fossati se tiró arriba. Tras una jugada rápida, Marcelo Danubio Zalayeta no pudo conectar bien ante el cierre de la defensa rival. Más empuje que buen fútbol guiaba las situaciones de gol de Peñarol, que intentó y tuvo respuesta anímica; de todas formas, el darsenero se fue al descanso ganando merecidamente. Antes del cierre, Gorriarán podría haber puesto el 2-0 tras otro pase de gol de Alaniz, pero no pudo concretar la llegada.

Pasados los 10 minutos del segundo tiempo, Aguiar se vistió de atacante neto: recibió un pase en el área chica y le pegó cruzado al balón, pero la suerte y el palo se vistieron de darseneros.

Peñarol empujó mucho y fue ganando metros a medida que pasaban los minutos, y sobre el cierre logró su cometido. Luego de tremenda corrida por la derecha, Mauro Fernández puso el empate a los 86, y a los 90 Pacheco, a quien le hicieron el penal, puso el definitivo 2-1 para su equipo. Quizá haya sido mucho premio para los aurinegros, que como gran mérito tuvieron la reacción cuando parecía que perdían.