La tarde danubiana fue la mañana que River Plate hubiera querido tener. Porque, tras el empate matinal de los darseneros, el reciente campeón del Apertura derrotó 3-1 a Miramar Misiones, se aseguró la punta compartida del Clausura y, lo que es más importante, la exclusividad en la primera posición de la Anual.

En un partido cargado de polémicas, el equipo de Leo Ramos despachó bien al comprometidísimo Miramar Misiones, que terminó el encuentro con ocho jugadores y un poco más acalorado en una tabla de descenso en la que se eterniza como colista luego de seis etapas sin sumar. La inicial postura franjeada fue clave en el desenlace: como sabiendo que Pecho Sánchez se especializa en defensas duras, Danubio salió a atacar por todos los frentes. Ahí en donde se detalla el sistema, la ficha adjunta dice 4-2-3-1, pero bien podría decir 4-3-1-2 o 4-3-3, porque Ramos armó un equipo más liviano que el de las etapas anteriores, gracias a la inclusión de Zambrana y el retraso de Soria, y apostó a una movilidad que desbordó las previsiones de Miramar. Mayada, que empezó jugando por la derecha, en un momento cambió su punta y por ella avanzó para combinar con Álvez y rubricar con remate acertado la jugada del primer gol.

A tan buen comienzo se le sumó una oportuna demostración de contundencia. Cuando el humilde Miramar acumulaba minutos de gran esfuerzo gracias a la entrega de Appelt y ponía la pelota en campo rival intentando conectar a un solitario Rifle Pandiani, Velázquez anticipó tras un córner y marcó el 2-0. La escasa efervescencia de los de Villa Dolores, que sólo hicieron 16 goles en el año, apenas le haría cosquillas a la mejor defensa del Campeonato Uruguayo. Fue mediante un tiro libre de Pallante, cuyo descuento pesó poco por culpa de la cercana expulsión de Appelt y la más tardía de Trinidad. Antes, ambos equipos habían perdido a otros dos futbolistas en una tarde marcada por drásticas decisiones del árbitro Bentancor, que desflecaron un partido que llegó a interrumpirse por un tumulto previo al entretiempo. Los espacios abundaron. Resultó ideal para los incansables González y Mayada y para el anotador Álvez, que cerró el marcador con el tercer tanto y puso a su Danubio a mandar en todos los frentes. Eso sí: a no confiarse, que asoma Defensor Sporting con Nico Olivera silbando I Shot The Sheriff.