Cuántos goles, cuántas particularidades tuvo el partido entre El Tanque y Peñarol en el Centenario, ¡y cuántas emociones! De arranque, Juan Castillo se tuvo que cambiar la indumentaria: primero estaba de anaranjado, después de gris, y terminó poniéndose un chaleco por encima de la camiseta. Fernando Falce no estaba convencido con los colores del golero aurinegro, que para el segundo tiempo salió de negro y tampoco recibió el OK del juez. Después, Peñarol no jugó bien, de hecho no parecía estar enchufado, y El Tanque del veterinario Möller atinó a atacar a los aurinegros de contra, y siempre les ganó en velocidad a la línea de fondo. Y de contra llegó el gol, porque Jonathan Rodríguez recibió en el área y desenfundó un zurdazo cruzado al palo izquierdo de Castillo. Pasó un ratito entre la apertura del score y el empate carbonero. En medio de esas dos incidencias, Nicola Pérez se agrandaba en el arco fusionado sacando un par de pelotas complicadas de Luis Aguiar y de Darío Rodríguez. Justamente Darío puso el 1-1 de cabeza tras un tiro libre de Aguiar, que hizo un muy buen partido. 4 minutos después le cometieron un ¿penal? a Emilio MacEachen, que Antonio Pacheco cambió por gol: Pérez se tiró a la derecha y el remate fue hacia el otro lado. Un manto de tranquilidad para el nerviosismo generalizado, en el equipo y en las tribunas. Con respecto al partido entre semana contra Arsenal hubo variantes: ingresó Emilio MacEachen por Joe Bizera, Nahitan Nández por Marcel Novick, Antonio Pacheco por Paolo Hurtado y Jonathan Rodríguez por Zalayeta. Cinco cambios para ensayar esa especie de recambio que quiere el entrenador. El Tanque no pudo contar con los tres jugadores que están a préstamo de Peñarol: Joaquín Aguirre, Yefferson Moreira y Facundo Guichón.

Arriba

El segundo tiempo tuvo de todo. Comenzó con un golazo de Jonathan Rodríguez, que recibió al borde del área y la pudrió en el ángulo superior izquierdo de Nicola Pérez. Tremendo. Cuando parecía que el partido se encaminaba a una victoria tranquila de Peñarol, se vino la tromba fusionada. Primero Sergio Felipe descontó con el hombro, y después se vino otro de los golazos de la tarde: Danilo Asconegui, que había ingresado a la cancha hacía escasos segundos, tomó la pelota y en la primera que tocó le rompió el arco a Castillo, de zurda, con potencia y al ángulo izquierdo del arco de la Ámsterdam. Se le complicó a Peñarol. Como si fuera poco, Valdez se fue expulsado, por lo que los últimos minutos serían emocionantes. Entró Zalayeta, el peruano Hurtado ya se encontraba en la cancha y entre los dos armaron una gran jugada por la izquierda, contra el sector de la platea Olímpica, que terminaría en gol. Pase en profundidad de Zalayeta, centro de Hurtado y definición del Cabecita para desatar la locura y darle el triunfo y la punta del Clausura a Peñarol.

Tal vez haya sido el mejor partido del torneo de Antonio Pacheco, que además le sumó el gol de penal. Nández tuvo muy buenos minutos quitando y posicionándose bien en la mitad de la cancha, y Luis Aguiar fue la manija del equipo: se hizo cargo del balón y pateó las pelotas paradas de gran manera. Zalayeta le otorga la clase necesaria al equipo y Jonathan Rodríguez es el jugador más desnivelante de Peñarol; corre, lucha, obliga a los defensores y hace goles. El Tanque sumó su cuarta derrota consecutiva y mantuvo la línea de las últimas temporadas: muy buenos primeros torneos, el Apertura, e irregulares segundos torneos, el Clausura. Ayer, con varias bajas, hizo un buen partido. En la próxima fecha, Peñarol recibe a Cerro en el Centenario y El Tanque visita a Rentistas.