La hora señalada son las 22.00. El Atanasio Girardot colombiano será testigo del comienzo de la llave que dirimirán los locales, Atlético Nacional, ante el conjunto del Parque Rodó. Será, además, el último juego de los partidos de ida, que se abrieron ayer, y hoy comienzan con Lanús de Argentina y Bolívar de Bolivia. La hora indicada de un momento exacto: el primer paso para ingresar al sitial donde sólo estarán los cuatro mejores de América. Es mucho, y por eso está Defensor.

En Colombia, los dirigidos por Fernando Curutchet comenzaron los entrenamientos el martes y ayer reconocieron el césped donde jugarán. Un estadio que se vio en muy buen estado en la etapa anterior, cuando el conjunto paisa recibió, y le ganó 1-0, al brasileño Atlético Mineiro. Una cancha histórica, con peso y significado, como el Hernando Siles de La Paz o como el Mineirão de Belo Horizonte; una cancha para jugar.

El entrenador no ha confirmado el equipo y apuesta a eso: encubrir algunas cartas debido a las declaraciones del técnico colombiano Osorio sobre los cambios de integración y de planteamiento que insinuó por la seguidilla de partidos que debe enfrentar. Jugadores más, jugadores menos, la especulación fue realidad y el equipo verdolaga guardó sus mejores exponentes para hoy.

Con eso cuenta Defensor, y a partir de eso propondrá el sistema colectivo que mejor le ha rendido en la Copa Libertadores al jugar como visitante: equilibrio entre cuidar el arco y jugar con criterio para ofender. Ya lo desparramó en las alturas del altiplano y dio la nota ante el bravo Cruzeiro. Lo primero, el carácter y el posicionamiento defensivo son fundamentales para frenar a un rival que seguramente saldrá a arrollar desde el primer minuto; así jugó como local en la Libertadores. Lo segundo, digamos el entretejido de elaboración y juego, se basará en la reducción de espacios y el aprovechamiento de las deficiencias de Atlético Nacional en su última zona. Entre ambas estrategias, el nexo será la dinámica: mientras se defienden los argumentos del rival, propondrá jugar con el balón en trayectos largos y con poco recorrido en las piernas. Cortar fútbol ajeno y armar circuitos propios con menos traslado y más pases; ésa será la tarea.

El plantel de Defensor está integrado por los arqueros Martín Campaña y Yonathan Irrazábal; los defensores Emilio Zeballos, Pablo Pintos, Nicolás Correa, Ramón Arias, Matías Malvino, Robert Herrera y Gastón Silva; los mediocampistas Andrés Fleurquin, Mathías Cardaccio, Juan Carlos Amado, Federico Gino, Leonardo Pais, Felipe Gedoz, Giorgian de Arrascaeta y Nicolás Olivera, y los delanteros Ignacio Risso, Matías Alonso y Adrián Luna. Todos están en condiciones físicas de jugar y a disposición del entrenador. Como dato de los antecedentes, Olivera, que es el jugador actual más importante de la historia del violeta, jugó poco y nada de visitante. Ahora está en su mejor momento, y según confirmó Curutchet, “quiere jugar siempre, y suma desde donde sea cuando le toca”; condición de grande.

Con dos frentes

Cual monstruo de dos cabezas, Atlético Nacional está definiendo los dos campeonatos en los que participa. En momentos del cierre de esta edición jugaba en Bogotá ante Santa Fé por una de las semifinales del torneo local, la Liga Postobón 1. En su página web, el conjunto cafetero publicó que los concentrados para el choque con los violetas son Franco Armani (arquero), Diego Peralta, Juan David Valencia, Daniel Bocanegra, Alexander Mejía, Alejandro Bernal, Sherman Cárdenas, Edwin Cardona, Juan Pablo Ángel y Jefferson Duque. 11 hombres, justo, de un Atlético que fue el quinto mejor equipo del mundo hasta el 30 de abril, según la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol.

El hombre es Cárdenas. Volante mixto, con profunda vocación de trabajo y con certero golpe de larga distancia. Es el típico mediocampista colombiano, de juego atildado y el pase corto como religión, rápido y vertical, también raspador cuando se complica.