Si te echan un defensa en los primeros minutos de juego, venís sacando 3 puntos de los últimos 12 y hace horas uno de tus rivales directos gana y te deja en zona de descenso, no parece ser alentador el partido que tenés por delante. Pero Cerro lo sacó. Con muchas ganas, mucho empuje y 3 golazos. Un vecino de uno de los barrios más populares de la capital, con los ojos más grandes del mundo por la alegría contenida, decía: “¡3 golazos y todos juntos! Estamos en nivel europeo!”. Bueno, jefe, no sé si tanto, pero Cerro venció bien a un Fénix que no mostró la profundidad de otros partidos.

El Chancho Dadomo se fue tempranito al vestuario debido a una falta frente a Callorda. La expulsión abrió el partido, y Héctor Romário Acuña comenzaba a enloquecer a la defensa capurrense y Aníbal Hernández probaba de afuera, para que Maxi tomara un rebote y casi marcara el primero, y Romário otra vez aparecía para sacudir el travesaño, y luego Ligüera sacudía al joven Cubero, para tirarla al córner. Y todo así. Parejo y entretenido el primer tiempo.

En el segundo tiempo, el técnico argentino Pablo Rodríguez, aquel de la generación de Malasia, mandó a la cancha al lungo delantero Hugo Silveira y al juvenil que pasara por la selección de Verzeri Matías Abisab. Toda la carne en el asador. El partido y la tabla del descenso así lo pedían. Los hinchas también, ya que siempre se transmitió aliento, nunca nerviosismo. Un minuto del segundo tiempo alcanzó para que Romário sacara un zapatazo de 35 metros que se metió en el ángulo izquierdo de Rafa García. Tremendo. Y a los 9 minutos, Hugo Silveira pivoteó en el área y se la dejó mansita para que Abisab la acariciara de cara interna, imprimiéndole la rosca perfecta al segundo palo. Golón como aquel de Suárez a Corea. Los hinchas albicelestes se miraban con una alegría desbordante. El descuento de Maxi Pérez, ya con Cavallini y Franquito Acosta en la cancha, alcanzó para darle expectativa a un partido que tenía todo. Pudo empatarlo Fénix: abría la cancha y la superioridad numérica, sumada al desgaste del match, hacía peligrar la victoria de Cerro. Hasta que ese pequeño jugador le dio la segunda caricia a la pelota en una tarde gris. Un tiro libre al borde del área que pateó Abisab y la pudrió en el ángulo. Qué lindo es ver que esos gurises que brillaron en las juveniles celestes no se pierdan, mantengan intactas las condiciones que mostraron y nos llenen de goles “europeos”, como dijo ese hincha de Cerro.