Novedades escritas con los pies de Maximiliano Pérez y Lucas Cavallini. Anotadores en la tarde sabatina del Nasazzi, los dos delanteros de Fénix construyeron el 2-0 definitivo. Ganó bien el duro equipo de Rosario Martínez, que apenas perdió un partido en el campeonato, lleva cuatro fechas invicto y no se achica en la pelea alta. Su víctima esta vez fue el modesto Villa Teresa, que llegó a cinco fechas sin victorias y sigue último en el Apertura y en la tabla del descenso.

La ausencia de Martín Ligüera hizo que Fénix usara el 4-3-3, un probado esquema de emergencia. Sin el enganche, cobra vital importancia el pivoteo de Cavallini; el canadiense jugó de delantero central, pero se tiró atrás para pasar con lucidez. A sus costados, Cecilio Waterman y Maxi Pérez corrieron a las espaldas de una floja zaga. Ese juego destrabó un partido que de arranque fue cortado, en el que los de Capurro serían superiores tanto en ofensiva como en defensa.

Atrás, Villa Teresa dio ventajas: llamó la atención cómo un solitario Maxi Pérez dominó la pelota de espaldas y sacó la media vuelta que mandó el balón por encima de un adelantado y a veces dubitativo Pablo Tourn. Con el 1-0 nació otro partido. Si el Villa mostró fisuras incluso mientras el inicial empate le evitaba locuras, era altamente probable que sus problemas se acentuaran al verse en desventaja. Y la puerta se abrió, nomás. Maxi se perdió el segundo, a pase de Cavallini. Pero el centrodelantero lo conseguiría bajo el arco y antes del entretiempo, luego de un cabezazo del zaguero Ignacio Pallas posterior a un tiro libre y ante otra débil respuesta de zagueros y arquero.

Además de regar la cancha de voluntad, los de Nuevo París intentan jugar por abajo, pacientemente. A la larga, consiguieron afinar el trazo. Pero quizá extrañaron mucho al ausente Diego Martiñones. A los 55 minutos, su primera jugada riesgosa surgió entre Santiago Chacón y Daniel Boya Pereira, y terminó con un cabezazo de Ademar Martínez. Les hizo bien a los albirrojos el ingreso de Maximiliano Russo, que se movió como enganche y probó de lejos. Sin embargo, además de marcar el contraste ofensivo, Fénix lo marcaría defensivamente. Sus zagueros ganaron de corrido por arriba. Villa Teresa, que también pareció sentir las ausencias de los experimentados Omar Pérez y Daniel Leites, para colmo ligó poquito en un par de jugadas cuyos rebotes beneficiaron a las albivioletas. Intuyo que sabían que el 2-0 le daría paso al show de Rosario, que se guardó los tres cambios para el final. Imaginaban que pondría a Rodrigo Rojo por un delantero, para engrosar el mediocampo. Intuían que haría dos variantes más, sólo para hacer correr a su amigo el reloj. Volvemos con más información, eliminatorias mediante, en un par de semanas.