Hasta mañana los clubes de la Segunda División Profesional con deudas pendientes tienen tiempo de saldarlas en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) para poder participar en el torneo, que comenzará a disputarse el sábado. De las instituciones que deben, la situación más complicada es la de Rampla Juniors, que está viviendo horas de incertidumbre a todo nivel.

El club cerrense debe una cifra que ronda los 200.000 dólares, y luego de que no llegara el dinero que se preveía que aportaría un grupo gerenciador, Lucas Blasina renunció a la presidencia de la institución, a pedido de un grupo de connotados socios ramplenses que pretenden, en estas pocas horas que quedan, conseguir el dinero para participar en el torneo de ascenso. Provisoriamente la presidencia de Rampla quedó en manos de Gabriel Kouyoumdjian, y dentro del grupo que se hizo cargo de la institución en este momento crítico se destacan Ignacio Durán e Ignacio Alonso, este último integrante del Consejo Ejecutivo de la AUF. Ayer en declaraciones al programa Rumbo al ascenso, que emite Radio Imparcial, Durán se mostró optimista respecto de la posible solución de la situación, aunque aclaró que “en 48 horas no se puede hacer lo que no se hizo en estos meses”. Además, el dirigente explicitó la forma en que pretenden llegar a obtener el dinero: “Tengo una lista de gente a la que directamente paso a visitar y le pregunto cuánto puede ayudar. Es así. No hay tiempo”.

Además de Rampla, también están en una situación complicada Progreso y Tacuarembó, pero se estima que ambas instituciones podrán pagar lo que adeudan y comenzar a jugar.