Luego de disputada la primera serie de la Liga Sudamericana de básquetbol, en la que Trouville quedó por debajo de San Martín de Corrientes de Argentina y de los brasileños del Mogi das Cruzes y no pudo avanzar, ahora es el turno del actual campeón uruguayo: Malvín. Hoy en Bogotá, a las 17.45 (hora uruguaya) y ante Obras Sanitarias de Argentina, el azul de la playa abrirá el grupo B. La primera jornada de la serie se completará con el partido en el que el equipo local, Piratas de Bogotá, enfrentará a Vikingos de Bolivia a las 20.00.

Malvín repetirá horario mañana, cuando enfrente al conjunto boliviano, y cerrará su participación el jueves a las 20.00 con los locales.

Pasarán a la siguiente fase los que se ubiquen en los dos primeros puestos de la tabla; ése es el objetivo del conjunto que orienta Pablo López. El partido de hoy parece ser trascendente por la calidad del rival, que cuenta en su plantel con el base de la selección uruguaya y también ex Malvín Bruno Fitipaldo. Obras llega al torneo continental con una marca de tres victorias y ninguna derrota por la Liga Argentina: le ganó 107-101 a Gimnasia Indalo, 79-77 a Ferro y 109-91 a Lanús. Malvín, en tanto, ganó el único partido que disputó por la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB), 71-61 sobre Biguá, el viernes. Marcos Delía y Selem Safar son otros de los jugadores referentes de Obras, ambos frecuentemente seleccionados para integrar la albiceleste.

Malvín se reforzó para la Liga Sudamericana con el colombiano Jhon Jairo Hernández, pivot de 2,10 metros de altura. Las restantes fichas son los jugadores de la casa: Federico Bavosi, Fernando Martínez, Juan Ignacio Santiso, Nicolás Mazzarino, Santiago Pereira, Kennedy Winston, Marcel Souberbielle, Fausto Pomoli, Reque Newsome y el yanqui recientemente contratado Sam Hoskin. Con ellos, Pablo López deberá afrontar el nuevo reto internacional al que, además de los rivales, hay que sumarle los 2.600 metros de altura que tiene Bogotá.

Lo máximo

El último antecedente de Malvín en la Liga Sudamericana es muy bueno. En 2014, el azul fue de punto a Mogi das Cruzes y salió como ganador del grupo por encima del propio equipo brasileño y dejando afuera a Libertad de Sunchales de Argentina. Luego jugó las semifinales en Buenos Aires y avanzó al Final Four tras obtener el segundo lugar, por debajo de Boca Juniors pero eliminando a Argentino de Junín y a los brasileños de Limeira. En el cuadrangular final, Malvín cayó ante Baurú de Brasil (103-57), a la postre campeón, y en el juego por el tercer puesto el azul uruguayo también perdió, esa vez ante Boca Juniors (76-75).

Ganó Goes

La segunda fecha de la LUB se abrió anoche con un solo partido, la victoria de visitante de Goes, que jugando en Villa Biarritz derrotó a Biguá 88-79.

Hoy proseguirá la segunda etapa, con cinco partidos a las 21.15. El más atractivo es el clásico palermitano que jugarán Atenas y Welcome en el Palacio Peñarol, encuentro que será el debut de la W en esta edición de la LUB. También debutarán Urunday Universitario y Bohemios, que se medirán en el gimnasio de los universitarios, y harán lo propio Defensor Sporting y Olimpia en la cancha de Bohemios. Por su parte, Tabaré recibirá a Hebraica y Macabi en su escenario de la calle Brito del Pino, mientras que Aguada será local ante Trouville en la cancha de Larre Borges. Por su participación en la Liga Sudamericana, el choque entre Larre Borges y Malvín quedó postergado.

¿Habrá sanción?

Aguada vive un momento incómodo. Tras la derrota en el clásico con Goes, partido que fue suspendido a 18 segundos del final, porque cayó una bomba de estruendo en la cancha, los aguateros están en una posición pasible de sanción. Ayer la dirigencia aguatera comunicó que se compromete a terminar la investigación que se propone identificar la persona que tiró la bomba, para aplicarle una sanción. De todas maneras, y si bien la postura y la intención de Aguada colaboran a aclarar lo sucedido, los rojiverdes no se salvarán de una sanción al club, pena que podría ir desde el cierre de la cancha (cosa que parecería bastante ilógica, porque además de haberse jugado en el Palacio Peñarol, Aguada fue visitante) hasta tener que jugar encuentros a puertas cerradas o sin su parcialidad.