Si bien Defensor Sporting quedó tercero y desbancó al equipo que hasta el fin de semana se ubicaba más cerca de los grandes, el partido sólo será recordable para Andrés Fleurquin y el puñado de hinchas violetas que fueron a su encuentro contra el tejido. Con 40 años y a los 50 minutos del segundo tiempo, el veterano que entró luego de que Andrés Scotti saliera lesionado le hizo un dribling a su inminente retiro y puso el 3-2 definitivo. Salió corriendo para darse el que posiblemente haya sido su último gusto como profesional: trepar el alambrado de la tribuna Brasil del estadio Luis Tróccoli y gritar el gol ante esa gente que lo sigue desde los lejanos tiempos de las inferiores. Magia de sábado de tarde. La nota épica se vio reforzada por el trámite. Moría un partido difícil, picado, goleado y mal jugado, condicionado por un piso en mal estado que volvió tentadores a los pelotazos. Cerro lució más cómodo y aceitado. Estuvo dos veces en ventaja, desnudó enormes problemas defensivos violetas, convirtió en figura al arquero Martín Campaña y tuvo media hora de pulcritud y profundidad pese a los pozos y las matas. Mereció mejor suerte. Pero fue perdiendo efervescencia y perdió hasta el partido. Defensor se reconoció ganador cuando el mero empate ya era un logro; eso también flotó en la ronquera de Fleurquin y el grupito de hinchas.

Hubo tiempo para la última estirada de Campaña, porque Cerro lo volvió a intentar en el pedacito de partido después del gol. Pero la foto más espectacular fue la que le sacaron en el primer tiempo, cuando se mandó una de las grandes atajadas del año ante una volea alta e imponente. Volvió a ser clave en la apertura del complemento, tras un gran disparo de Gonzalo Ramos. Otras balas le picaron cerca: Ramos se perdió dos goles increíbles.

Los mejores pasajes de Cerro estuvieron asociados al partidazo de Luis Urruti y a su sociedad con Joaquín Boghossian y con Ramos. Rindieron las brasas arrimadas por Felipe Klein y los laterales Agustín Sant’Anna y Lucas Hernández, que volvieron al equipo ancho y ambicioso. Pero a Defensor lo bancaron entre Mauro Arambarri y Andrés Scotti, que maquillaron las deficiencias defensivas que le costaron dos goles tras saques laterales: así llegaron el 1-0 de Boghossian y el penal con el que el delantero marcó el también parcial 2-1.

En desventaja, Defensor empató dos veces gracias a Santiago Barboza y a Felipe Rodríguez, que marcó de penal tras otro hiriente saque de costado. El partido podría haberle sido más complicado si el errático árbitro Óscar Rojas hubiera expulsado a Emilio Zeballos tras un patadón a Ramos. Pero no pasó. A cierto crecimiento en el toque violeta tras el ingreso de Nicolás Olivera se le sumaron los cambios de un Cerro que perdió peso con relevos que no dieron la talla. Uno de ellos, Santiago Saúl, cortó una contra peligrosa al borde del área propia. Fue la falta que originó el tiro libre que Fleurquin aprovechó para recordarnos que la última vez tampoco se olvida.