China es el país que emite más gases de efecto invernadero y es también uno de los que se muestran más reticentes a establecer algún tipo de limitación al respecto. La canciller alemana, Angela Merkel, exhortó al país asiático a “actuar con responsabilidad a la hora de producir los bienes que les compramos a precios ridículos gracias a los tratados de libre comercio”. Pero según varios expertos, en esta oportunidad China estaría dispuesta a mostrar una postura “más flexible” ante Europa y Estados Unidos. El mandatario chino, Xi Jinping, declaró: “Es cierto que muchas de nuestras industrias manejan maquinarias obsoletas que emiten grandes cantidades de CO2. Por eso creemos que ha llegado la hora de utilizar menos maquinaria y más mano de obra esclava”. En la actualidad, los sistemas chinos de producción recurren al aporte humano más que nada para la realización de trabajos que requieren manipular componentes con las manos, pero la generación de energía está a cargo de maquinarias que utilizan combustibles fósiles. “Nuestro país tiene millones de seres humanos que estarían agradecidos de poder pasarse 23 horas al día haciendo girar algún tipo de rueda de molino que abastezca de energía a nuestra pujante industria manufacturera”, agregó Xi Jinping.
Desde Estados Unidos esta posibilidad no es vista con buenos ojos, ya que se la considera una “amenaza” y una “competencia desleal” para su industria. “Los estadounidenses, a diferencia de los chinos, no podemos poner a nuestros ciudadanos a hacer funcionar un motor con sus pies. En todo caso no en este momento, porque los inmigrantes ilegales que provienen de México y otros países centroamericanos tienen un nivel educativo muy pobre pero que les alcanza para darse cuenta de que la esclavitud es algo malo. Pero quizá dentro de 30 años esto cambie, así que no estamos dispuestos a rechazar ninguna medida. Simplemente queremos que se respeten los tiempos internos de todos los países”.