Los malos momentos no se olvidan. Lejos de eso y tras un primer tiempo malo, el equipo del Prado salió con actitud en la segunda mitad y consiguió el objetivo. Le costó porque se encontró dos veces atrás en el marcador. En un partido desordenado por la vehemencia tarjetera del árbitro, la reacción vino con los cambios. Sobre todo el de Leandro Reymúndez, que entró con la pilcha de determinante. Primero con su pique a fondo que provocó el penal a favor y luego con el bochazo del 3-2 para que el bohemio se empache de copa y arranque primero en su serie. A Reymundez lo vio Arias la temporada pasada en un partido de la tercera de Cerro y ahora lo trajo para Wanderers, y evidentemente su elección ya dio frutos.

Los otros dos integrantes del grupo 5, Palestino de Chile y Boca Juniors de Argentina, se verán las caras hoy en tierras chilenas. El equipo uruguayo volverá a jugar por la Copa la semana que viene contra los bosteros en la Bombonera.

Alfredo Arias preparó un equipo para desempeñar su habitual fórmula de toque y juego ágil, pero en el primer tiempo no le salió ni una. Fue un 4-2-3-1 por delante del arquero Leonardo Burián, la defensa entró con Alex Silva, Paulo Lima, Gastón Bueno y Maxi Olivera; dos de contención: Santiago Martínez y Adrián Colombino, y tres volantes por delante que fueron Diego Riolfo, Nico Albarracín y Gastón Rodríguez, todos con la tarea de asistir al solitario punta bohemio, Juan Cruz Mascia. Nada de eso pasó en los primeros 45. Wanderers salió nervioso y eso le hizo olvidar su libreto. También salió desconcentrado y a los 15 segundos de empezado el partido tuvo que aparecer Burián para taparle el mano a mano al rápido Jhon Murillo.

Zamora jugó bien mientras estuvo con 11, presionando constantemente la salida bohemia. No es casualidad su presente: va primero e invicto en el torneo venezolano con cuatro partidos ganados y dos empatados, además de ser el actual campeón. Esa presión le permitió generar peligro. Murillo corrió y le ganó el mano a mano a Burián con definición por los caños del arquero y fue el 1-0.

Los quiebres del partido fueron las expulsiones. El boliviano Raúl Osorio no tembló al momento de sacar tarjetas. A los 20 expulsó por entrada criminal al lateral derecho del Zamora, Ángel Faría, y a los 33 le tocó al volante bohemio Adrián Colombino. Diez contra diez fue otra historia. Zamora ya no presionó y con el correr de los minutos Wanderers fue encontrando la tranquilidad necesaria para jugar como sabe. Primero avisó con una chilena de Riolfo que se fue apenas. Llegada la hora del primer tiempo, una buena jugada con todo el equipo en el campo de Zamora permite a Gastón Bueno dar un pase quirúrgico a Maxi Olivera y el lateral la manda rastrera al corazón del área, ahí donde, a la corrida, la pateó Gastón Rodríguez y puso el 1-1.

El tercero que se fue con tarjeta roja fue el lateral izquierdo de Zamora, Luis Ovalle. Ideal porque Wanderers, que perdía 1-2 desde los 53 minutos, tras el pedazo de gol desde afuera del área que metió Arles Flores, intentaba sin suerte empatar el partido. Pero Reymúndez, que es rápido y encarador, le ganó la espalda a Ovalle y el venezolano lo bajó: penal. Frialdad en la definición de Nico Albarracín y trámite igualado 2-2. Un par de minutos más tarde se invirtieron los roles, Albarracín se la tiró al segundo palo y Reymúndez peinó y puso el 3-2 definitivo. Arias, al que le gusta el juego de pase y riesgo pero es bicho, mandó a Martín Galain a la cancha para reforzar la defensa de los suyos y cerrar el partido. Lo logró. No sin antes ver cómo Osorio se despachaba con dos rojas más: Murillo en Zamora y Mascia en Wanderers.