Los tricolores no lograron el objetivo. Vencieron de buena forma 2-1 sobre los chilenos, pero el gol de visitante fue determinante en el 2-2 del global para la clasificación de Palestino: la fase de grupos los espera. Fue un trabajoso partido, en el que Gastón Pereiro fue la llave que ilusionó las posibilidades de Nacional. El pibe, que viene de ser el goleador de la sub 20 celeste y que pidió no descansar para jugar por su equipo, ayer demostró su conducta de clase A jugando y haciendo jugar. Como si hacer jugar a todos sus compañeros fuera poco mérito, Pereiro metió un golazo de alta factura técnica. Se busque donde se busque, incluso rascando -también con trabajo-, existe algo innato y determinante para abrir partidos: el talento. Ahí gana Gastón. Y eso ayudó a que ganara Nacional. Claro que el fútbol es goles y esa ecuación salió a favor del equipo trasandino.

En el mejor momento del conjunto de Álvaro Gutiérrez, cuando el bolso apretaba a los chilenos contra su área, le sacaba la pelota y generaba varias posibilidades de abrir el marcador -Iván Alonso tuvo una, y luego entre Gonzalo Porras, Diego Arismendi y Seba Fernández, la otra-, cayó el concluyente gol de Renato Ramos para Palestino. Al estadio mudo se le sumó el eco del festejo del delantero y los suyos. Combinación por el centro del campo de juego, apertura hacia la derecha y luego del centro, Ramos gana por detrás de la defensa tricolor y vence a Gustavo Munúa a quemarropa. Más agua fría a la lluvia. Como con rabia, intentando que ese grito doloroso fuera en el futuro un eco de alegría, Nacional encontró cómo permutar el silencio. Dos contragolpes seguidos, dos goles: a los 42, Seba Fernández desbordó por la derecha y su centro fue tocado por Germán Lanaro, que le cambió la trayectoria a la pelota y así se llegó al empate. Justo antes del descanso, Alonso asiste a Pereiro y lo deja solo en carrera contra el arquero. Con todo el tiempo del mundo que permite la frialdad para decidir, el enganche tricolor esperó, esperó, esperó, amagó y el arquero se la jugó; entonces Gastón la pisó y la tiró mansita al arco vacío. Magia pura. En el segundo tiempo, el bolso presionó, pero no generó muchas chances claras de gol; fueron más bien intentos y presunciones. Iván Alonso contó con una buena tras taco de Álvaro Recoba y pase de Pereiro, pero el travesaño le negó la chance que en ese momento era el 3-1 y la clasificación. Recoba fue uno de los tres cambios que mandó Gutiérrez, quien desarmó su esquema para tirar el equipo arriba cuando el gol no caía. Y no cayó. Y la historia dirá que Palestino, 36 años después, vuelve a jugar el máximo torneo continental de clubes.

Como estaba previsto, los chilenos quedaron asignados al grupo 5 de la Copa Libertadores de América. Debutará el miércoles 18 como local ante Boca, de Argentina, mientras que el otro partido por el grupo será un día antes y en el estadio Centenario, cuando se enfrente Wanderers con Zamora, de Venezuela.

La formación de Nacional fue con Munúa al arco; Santiago Romero, Guillermo de los Santos, José Aja y Juan Manuel Díaz conformaron la defensa; el mediocampo tuvo dos de contención, Porras y Arismendi, más tres por delante, que fueron Sebastián Fernández, Pereiro y Carlos de Pena; arriba jugó Iván Alonso. Un dispositivo tricolor idéntico a sí mismo, con el objetivo de buscar el mejor funcionamiento. Casi igual a la versión que ganó de punta a punta el Apertura, si no fuera por la dupla defensiva. Tuvo buenos momentos futbolísticos y bloqueó a la formación tipo Bielsa 3-4-3 que dispuso Palestino. Un equipo chileno que propuso todo el tiempo, asumiendo riesgos con un planteamiento con la exigencia de tocar y tocar para cargar el ataque con mucha gente. Lejos de achicarse, el conjunto chileno jugó de igual a igual con un grande de América y le ganó en el global.

Una bomba lacrimógena cuando el bolso tenía el partido en el área palestina detuvo el juego. Se adicionaron seis minutos, pero el tricolor sólo atacó con varios centros que fueron restados. Según la Policía, el gas fue tirado en las cercanías del Parque Central porque existieron problemas con parciales de Nacional que estaban fuera. No todas las verdades son para todos los oídos. Hay cosas que no se aprenden: todos lloran.