La ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida de León, concurrió ayer al Parlamento para informar sobre los problemas con el agua potable que OSE abastece a buena parte del departamento de Maldonado. La jerarca mantuvo la postura que ha tenido el gobierno hasta ahora: si bien es cierto que el agua tiene mal olor y sabor, no representa un riesgo para el consumo humano. “Este problema no tiene ningún impacto en la salud de los humanos. La población puede seguir atravesando cinco o seis veces al día por la desagradable experiencia de tomar un vaso de agua que sabe y huele mal con total confianza”.
De todas maneras, la ministra reconoció que la Laguna del Sauce, desde donde OSE extrae el agua para potabilizar, presenta “niveles de contaminación elevada”, un fenómeno que desde el Poder Ejecutivo se sigue “con mucha atención, como ocurre con todos los temas relacionados con el agua”. A comienzos de marzo tanto el presidente Tabaré Vázquez como el ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, se habían referido a los altos niveles de contaminación de la cuenca del río Santa Lucía. Una fuente del Poder Ejecutivo aseguró que la situación “es vista con muy buenos ojos por el gobierno”. “Desde hace aproximadamente una década Uruguay maneja como principal amenaza a su seguridad nacional una posible invasión de una potencia extranjera que arrasaría con medio país para llevarse el agua del acuífero Guaraní. Pero a comienzos de año hicimos un estudio y llegamos a la conclusión de que el agua de este país es tan mala que difícilmente pueda llegar a interesarle a alguien”. Las autoridades estiman que si la contaminación del agua sigue aumentando, dentro de algunos años comenzará un proceso de desmantelamiento de las Fuerzas Armadas, ya que no serán necesarias. “El dinero ahorrado lo vamos a invertir en salud y educación. Estamos ante una desgracia con suerte”, aseguró la fuente consultada.