En el Prado de Montevideo, en una tarde espectacular, se pusieron al día bohemios y capurrenses, que se tuvieron que mover unas cuadras para llegar al Parque Alfredo Víctor Viera y completar la novena fecha del Torneo Clausura.

Si bien el partido fue cansino, lento y muy pensado por los dos equipos, los de Alfredo Arias, como siempre, toquetearon el balón con cariño para llegar con su estilo al área contraria. Fénix fue más vertical; con vértigo, llegaba por la izquierda con Antonio Fernández, y por la derecha con Mateo Carro. El bohemio pudo hilvanar una buena jugada de ataque cuando Verges probó de afuera del área, pero estaba el panameño Luis Mejía debajo de los tres palos para ponerle un cerrojo al arco albivioleta. Tremendas las dos atajadas de Manotas para no dejar que Wanderers abriera el score. Después, por un largo período de tiempo, no pasaron mucho más que combinaciones de Verges, Olivera y Bellini que no llegaron a ser de peligro. ¿Y Fénix? Poquito. Pero es fútbol. Carlitos Techera se mandó una de René Higuita y salió eludiendo desde su área, pero la pelota le quedó larga: la perdió ante la marca de Cavallini, y Tito Ferro, que andaba merodeando por el área contraria, se encontró con la guinda en los pies y el arco vacío. “Pateo y es gol”, habrá pensado, y lo hizo, y salió festejando con furia hacia la tribuna René Tito Borjas. 1-0, inesperado, con un not top ten increíble del golero bohemio. Con el gol, el equipo de Rosario se acomodó en la cancha y jugó con la ventaja. Wanderers, que nunca claudica en su manera de jugar, siguió intentando con varios futbolistas en ataque, toque y toque, y casi lo tuvo Bellini en una ocasión y Gastón Rodríguez en otra, cuando apareció y sacó un remate de zurda que se fue besando el palo izquierdo de Mejía. Joaquín Verges fue el más claro de la primera etapa.

Para el segundo tiempo, Arias mandó a la cancha a Diego Riolfo, que entró para tomar las riendas del equipo, y lo hizo bárbaro: tomó la pelota, corrió, habilitó y tocó con sus compañeros. Comenzó a demostrar su clase y a llegar al área con pelota dominada y de manera muy veloz. Cuando habilitó a sus compañeros, no pudieron terminar bien la jugada, porque Fénix se se abroqueló contra su arco, para ver si con alguna contra liquidaba el partido. Es muy difícil entrarle al equipo de Rosario Martínez si se pone en ventaja. Y así fue: los de Capurro bancaron, los del Prado iban e iban, pero la muralla estaba construida, y con el ingreso de Fede Puppo Fénix buscaría contragolpear con velocidad. Tuvo una muy interesante que terminó sacando Techera. Fénix ganó un partido fundamental para quedarse en la A. Trepó varias posiciones en la tabla del descenso y dejó a Wanderers en lo bajo de la tabla del Clausura, con la cabeza fría y pensando en esta noche, con la linda sensación de esperar rival para la próxima fase de la Libertadores.