Ayer el presidente de la República, Tabaré Vázquez, se reunió con un grupo interministerial conformado para solucionar los problemas de contaminación del río Santa Lucía. Un asistente al encuentro relató que en el gobierno existe “preocupación” por la posibilidad de que el episodio del agua contaminada en Maldonado se pueda repetir “en un lugar en donde realmente importa, como Montevideo”. “Si bien es cierto que desde el punto de vista demográfico la muerte por contaminación de 90% de los habitantes de Maldonado no tendría un impacto demasiado significativo, el caso nos tiene que servir como señal de alerta, porque si se mueren todos los montevideanos, el problema se tornará un poco más grave”.
Las mayores preocupaciones del gobierno no pasan tanto por el estado actual de las aguas, sino por lo que pueda pasar durante los próximos años, ya que se considera que la contaminación es un efecto del crecimiento de la actividad industrial. “Si la industria sigue creciendo, tendremos que buscarle soluciones a este problema. Si la industria no sigue creciendo, no me importa, porque en ese caso ya nos habrán sacado del gobierno”, aseguró Vázquez.
Una de las soluciones que se están manejando consiste en “desviar la contaminación hacia la costa del río Uruguay, de modo que arruine el futuro de los argentinos y no el nuestro”. El mandatario ve “con muy buenos ojos” esta posibilidad, ya que “no sólo nos salvaría del problema ambiental, sino que además sería un aporte importante para el relacionamiento que pretendemos tener con nuestros hermanos argentinos”. Pero fuentes de varios ministerios coincidieron en que el aspecto logístico del plan está “muy en pañales”: “La posibilidad de mudar las industrias que contaminan el Santa Lucía hacia los márgenes del río Uruguay no está sobre la mesa, porque tenemos reservada la zona del litoral para las multinacionales”, aseguró un funcionario del Ministerio de Industria, Energía y Minería, quien también reconoció que en la interna del partido de gobierno existen diferencias con respecto a este tema, ya que “hay gente a la que no le gusta que la posibilidad de contaminar los ríos esté sólo en manos de las multinacionales y no de las empresas uruguayas”.