Primero fue La Serena, Villanueva de La Serena, fundada en 1544. Después, bastante después, Coquimbo, el puerto que en el siglo XIX era apenas un pequeño poblado de pescadores. Hoy La Serena-Coquimbo es una conurbación de 450.000 habitantes, según el discutido censo de Sebastián Piñera en 2012, que por estos días es denunciado por estar viciado de enormes fallos. Con menos población, son bastante parecidos a Punta del Este-Maldonado, aunque en este caso la ciudad más vieja -la segunda de la historia que se fundó en el territorio que hoy es Chile- es la que en los meses estivales se convierte en balneario, mientras que Coquimbo se hace fuerte con el puerto. En La Serena está el estadio La Portada, el centro de prensa de la Copa América y la movida sudamericana. En Coquimbo, además del puerto, está el hotel de Uruguay, ubicado bien frente al Pacífico.

Ayer Uruguay cumplió su segundo entrenamiento en el complejo Los Llanos. Después, Fernando Muslera y Diego Rolan hicieron las ya clásicas dos pasadas ante la prensa: primero, con todos los periodistas, a manera de conferencia de prensa; unos minutos después, mano a mano con los medios orientales.

El entrenamiento fue a puertas cerradas de principio a fin, por lo que no es posible sacar ningún tipo de conclusiones, más allá de que el complejo inaugurado a mediados del año pasado permite que aquellos que contravengan o no estén enterados de la decisión miren desde las alturas.

De La Serena a Coquimbo se puede llegar en taxi, en colectivo - un taxi con recorrido fijo y cuatro plazas- o en las micros, que no son más que nuestro bondi. Elegimos ése y vamos rumbo a Coquimbo, elucubrando posibilidades y razonando, jugando con las palabras, la lógica y las posibilidades. Leo y releo en la diaria la pista que nos dio el Maestro Tabárez en La Portada después del partido con Argentina. “Por la actuación de los últimos 20 minutos, sobre todo, me quedan cosas para lo que sigue. Siempre he dicho que los equipos en este tipo de torneos en los que hay tan poco tiempo de preparación se van haciendo durante el torneo”.

Entonces, por más que no hayan entrenado todos juntos el miércoles, por más que ayer no estuviera permitido acceder a la práctica, estas palabras y algunos antecedentes, sumados a los insumos periodísticos que con mucha cautela uno pueda tener, permiten arriesgar que mañana, en el segundo partido de ambos contendientes en el estadio La Portada de La Serena -ubicado en el medio de la ciudad, como si fuese el Parque Central en Montevideo-, Uruguay enfrentará a Paraguay con Fernando Muslera en el arco y una línea de cuatro con Maximiliano Pereira, José María Giménez, Sebastián Coates (acuérdense de que Diego Godín está suspendido por haber obtenido dos amarillas) y Álvaro Palito Pereira. El espacio central de la mitad de la cancha lo compartirán Álvaro Tata González y Egidio Arévalo Ríos, bien abiertos en el medio, mientras que arrimados a las bandas estarán Carlos Sánchez por la derecha y Diego Rolan por la izquierda. En la punta, compartirán las proximidades del área rival Edinson Cavani y Abel Hernández. El “me quedan cosas para lo que sigue” del entrenador nos conduce a su conformidad con lo que potenciaron a la prestación colectiva celeste el Pato Sánchez y la Joya Hernández. La sentencia de que “en este tipo de torneos los equipos se van armando”, la sostiene la propia experiencia de Tabárez en sus tres mundiales y cuatro torneos continentales, parte central de sus 150 partidos al frente de la selección. Eso pasó en Goiânia 1989, en Sudáfrica 2010 y en Argentina 2011…

Hoy con los partidos del grupo de Chile quedará determinada cuál es la necesidad básica de Uruguay para clasificarse. Por ahora, los celestes están segundos, a un punto de sus rivales de mañana a las 16.00, Paraguay, y de Argentina, que también mañana, pero a las 18.30, enfrentará a Jamaica (sin puntos pero aún no eliminado) en Viña del Mar.