Rampla bajó; Cerro se salvó; El Tanque Sisley ganó y estiró su esperanza; Atenas quedó en el mismo escalón del pretil que separa la esperanza del precipicio, y Sud América quedó fuera de la posibilidad de meterse en la Sudamericana, una semana después de haber logrado su gran objetivo: permanecer un año más en la A. Todo eso pasó en los cuatro partidos en los que se jugaban puntos vitales para eludir la pérdida de categoría y la clasificación a las copas, y hasta el Clausura, del cual se despidió definitivamente Danubio, que, con la derrota en Florida ante El Tanque, quedó malherido hasta para la clasificación a las copas.

A este grito me aferro

¡Cerro, Cerro! El grito resonó como bombas en el Luis Tróccoli y contagió a propios y a ajenos. El conjunto villero se salvó del descenso con una luz propia impresionante, que alumbró hasta en los momentos de mayor penumbra.

Sufrió por sus errores, es cierto, pero festejó por sus virtudes. Tras ganarle a Rampla y a Nacional, la parada estaba en Rentistas. Cerro sabía de sus posibilidades y, por eso, salió a matar. De arranque, por probar nomás, Lucas Hernández pudrió la pelota en el ángulo y entusiasmó a todos los hinchas que llegaron el Monumental.

Si algo faltaba, Mario Regueiro, el que nunca dejó de sonreír a pesar de la adversidad, ejecutó un precioso tiro libre y puso el 2-0. En el complemento, Cerro fue más, pero no convirtió. Sólo se dedicó a jugar, a divertirse, a estar tranquilo y a festejar, porque no tiene que sufrir más.

La honra del pago

Tacuarembó ya había bajado y era el único de los 16 clubes que no jugaba absolutamente por nada: ni puntos de campeonato, ni de copas, ni de descenso, ni siquiera de próxima temporada: nada. Con un gran partido, la despedida en casa, derrotó sin miramientos a Rampla, que precisaba como el aire el triunfo para seguir en la A, y se lo llevó a la B. Con dos goles del inoxidable isabelino, que en la semana cumplió los 40, un golazo del riverense Fernando Lima y uno del domador Octavio Siqueira, el elenco del profesor Castelli se despidió del Goyenola y está entre los del tercio de arriba del Clausura, aunque de nada le sirvió tras el muy magro Apertura, que fue el que lo condenó. Rampla lo llegó a empatar hasta 2-2, con anotaciones de Mauro Vila y Nicolás Raymondi, pero su rival lo liquidó en los últimos minutos, cuando los picapiedras buscaban con desespero el único resultado que los dejaba en carrera. Los dos, Tacuarembó y Rampla, vuelven a la B tras una temporada.

Cerca de San Cono

No es que se esperen milagros en Florida, cerca de San Cono, pero el club que se había puesto la estampa del santo de Teggiano, adoptado como floridense, y al que la FIFA, por medio de su legislación, impidió que siguiera estampado en la camiseta verdinegra, volvió a la victoria a unos días del 3 de junio y con un gol caído del cielo. El gol que le dio la victoria a El Tanque, que no ganaba desde el 15 de marzo, fue un tiro de esquina de Yefferson Moreira que Franco Torgnascioli, en su intento por contenerla, mandó adentro.

Fue de los partidos menos claros de El Tanque, que suele llegar bastante claro pero le cuesta convertir. Fue impreciso y tuvo pinta de pocas ideas para herir. Careció de peso ofensivo, con Murillo y Burgueño lejos de sus respectivos niveles. Danubio se limitó a ir e ir, pero murió siempre dentro del área.

El elenco de Leo Ramos, que empezó el mes como puntero, pero no pudo ganar ni un solo encuentro en todo mayo, perdiendo tres partidos y empatando el restante, se pareció mucho a lo que hace siempre El Tanque en Florida: distribuye bien la pelota desde el medio, se interna en la última zona del rival, pero abusa de centros “a la olla”, casi para “ver qué pasa”.

Por ese triunfo, El Tanque llega en igualdad de condiciones al encuentro decisivo con Atenas en el departamento de Maldonado. Si empatan, habrá que jugar partidos extras para decidir quién se queda en la A; si hay un ganador, ése será el que permanezca en la primera categoría.

Una semana más

Atenas aprovechó una contra que agarró a la IASA muy mal parada tras un córner, y con gran traslado de Gonzalo Latorre, que habilitó en el momento exacto a Rafael Acosta, que definió con mucho tiempo el mano a mano con Javier Irazún, tocándola contra el caño.

Sud América buscó con mucha fuerza y juego aéreo el empate, y estuvo cerca cuando la globa se estrelló contra el caño carolino.

Ahora, Atenas deberá decidir su permanencia en casa -o donde la televisión decida-, enfrentando como local a El Tanque.