La selección uruguaya sub 20 que dirige Fabián Coito se clasificó a los octavos de final de la Copa del Mundo de Nueva Zelanda 2015. Enfrentará a Brasil el jueves a las 4.30 en el estadio Taranaki de New Plymouth, la ciudad más poblada de la región de Taranaki, al suroeste de la isla Norte de Nueva Zelanda.

Éste es otro de los logros que se vienen pregonando desde la llegada de Óscar Washington Tabárez al proceso de selecciones nacionales. El tipo nos puso en el mapa, y eso es para festejar. Ni que hablar de que tuvo la gran colaboración de sus ayudantes, de los trabajadores de las juveniles y de los que visten la celeste en todas las categorías. Todos ellos entendieron que esto era posible. Que juega mal o no arriesga son algunos detalles por los que se le cae constantemente a este colectivo de jóvenes menores de 20 años. Parece que no hemos aprendido de estos últimos años, de los logros deportivos y de los más importantes: el respeto, la coherencia en el trabajo, la adhesión de los futbolistas a esta camiseta y el renacer del idilio de la gente con las selecciones uruguayas. Cuando la cosa viene torcida se apela, desde el ingenio popular, a la celeste de antes. No en mi nombre. No hay que olvidar que somos los vicecampeones de la categoría, y que seguirán, con sus aciertos y errores, siendo parte del camino.

La cuestión es que Uruguay jugó su tercer y último partido en el marco del grupo D ante Malí. Los africanos venían de debutar con triunfo ante México y en su segunda presentación habían perdido con Serbia, que terminó en la primera posición del grupo. Uruguay, que arrancó arriba ante los europeos y luego perdió en el último suspiro ante los mexicanos, llegaba con los mismos números que su rival del sábado. Y terminaría la jornada de fútbol con esos mismos puntos, goles y demás. El partido terminó 1-1 en el estadio Waikato de la ciudad de Hamilton.

Entre los 16, otra vez

Comenzó bien la celeste. Se sabía a priori que el rival sería una brava parada. El goleador del equipo, Franco Acosta, puso el primero para Uruguay cuando apenas había transcurrido el primer cuarto de hora. Una patriada por la derecha del capitán Nahitan Nández, que es muy potente en su juego, roba muchas pelotas y siempre está bien posicionado, pero tal vez esa ansiedad por ser un buen pasador le termina jugando en contra. Fue hasta el fondo por la derecha y recuperó una bola que parecía perdida casi sobre la línea de fondo, levantó un centro hacia el medio del área, devolvió un defensa de Malí -que además quedó enganchado habilitando a Acosta- y un cabezazo que metieron hacia adentro terminó en la bocha de Franquito, que de espaldas la peinó hacia atrás y la mandó a guardar. Después, durante gran parte del match, Uruguay la pasó mal. Cedió mucho terreno y pelota, y recibió, sobre el final del primer tiempo, el empate de Traore. La jugada nació con un pase atrás del debutante absoluto, Cristian González, hacia Gastón Guruceaga. La pelota rebotó en un delantero africano, así que el golero artiguense decidió, de buena manera, tomarla con las manos. Pero el árbitro, que no llegó a ver con claridad la jugada, le cobró técnico a Uruguay. Era un tiro libre dentro del área, peligrosísimo. Y terminó en gol con gran definición al palo derecho de Gastón, bien esquinada y abajo.

El grupo era muy difícil y, además, parejísimo. Se logró el objetivo, que era meterse entre los 16 mejores del mundo. La actividad mundialista vuelve el miércoles por la madrugada y continúa el jueves. Los otros cruces de octavos de final son los siguientes: el miércoles a la 1.00 jugarán Ghana-Malí en el estadio Regional de Wellington y Serbia enfrentará a Hungría en el estadio Otago de Dunedin; mientras que a las 4.30 Estados Unidos se medirá con Colombia en Wellington y Ucrania ante Senegal en Auckland. El jueves, a la misma hora que Uruguay-Brasil (4.30) se enfrentarán Alemania-Nigeria en Christchurch y Portugal-Nueva Zelanda en Hamilton; pero un rato antes, desde la 1.00, Austria será rival de Uzbekistán en Whangarei. Los cuartos de final de la Copa del Mundo se disputarán el domingo. Si Uruguay logra superar el difícil obstáculo brasileño -en el Sudamericano, de dos partidos la celeste ganó uno y empató el otro- se cruzará con la llave que enfrenta a portugueses y neozelandeses.