Soledad Marazzano: No viene el ex intendente Germán Coutinho, ni tampoco el actual intendente Manuel Barreiro, y en lugar de eso mandan al contador interino. Acá hay gente que no quiere hacerse cargo del caos financiero de la intendencia.
Carlos Broglio: Barreiro y Coutinho fueron a Montevideo, pero como no había plata para la nafta se quedaron allá. Pero yo no tengo muchas ganas de hablar de balances, cuentas y ese tipo de cosas.
Soledad Marazzano: ¿Cómo que no? Usted es el contador.
Carlos Broglio: Justamente por eso. Yo veo los balances y me deprimo. Esto no tiene salida.
María de los Ángeles Márquez: Pero no se ponga así, buen hombre, arriba ese ánimo. Todo tiene arreglo en este mundo.
Carlos Broglio: Esto no. Debemos mil millones de pesos. Así no vale la pena vivir.
María de los Ángeles Márquez: No cometa ninguna locura, señor Broglio. ¿No pensó consultar con algún psicólogo?
Carlos Broglio: Es que los celulares de la intendencia ya no tienen crédito. ¿Sirven medialunas acá? Hace dos días que no como.
María de los Ángeles Márquez: Hace cuatro años que se acabaron las partidas para medialunas. ¿No probó ir a alguna panadería a pedir algunos bizcochos de anteayer?
Carlos Broglio: Yo no como nada de panadería. Los inspectores de Bromatología dejaron de hacer inspecciones hace como dos años. No tenían frasquitos para recoger muestras.
Soledad Marazzano: Creo que esta conversación demuestra con claridad el estado en el que están las arcas de la intendencia.
Carlos Broglio: Yo lo lamento mucho, pero no me dejaron otra opción.
María de los Ángeles Márquez: No, no, tranquilo. Guarde ese revólver. Todo en esta vida tiene arreglo, hágame caso.
Carlos Broglio: Estas balas no son para mí. Estas balas son para ustedes si no me dan toda la guita que tienen. Tengo hambre, necesito comer. Estoy en estado de necesidad, no pueden llevarme a la cárcel.