El centro de atención fue la pista. Primero fue el salto largo con Emiliano Lasa, y una hora más tarde, los 400 metros con vallas con Déborah Rodríguez. Era difícil para ambos. Se sabía por las marcas de sus rivales: en cada competencia había por lo menos cinco mejores registros que los de los nuestros. Pero, si algo tiene el deporte uruguayo (para muestra, sobran unos cuantos botones) es la rebeldía (y la necesidad) de estar por sobre sus propias expectativas. En la previa, esa sola razón dio pie para estar pendiente de los resultados que ambos pudieron obtener, por más que había muchas más causas para estar expectantes. Nuestro deporte siempre será una sala de espera con esperanzas.

Y volaron. Contra viento y pronósticos, volaron. Emiliano tomó carrera y saltó ocho metros con 17 centímetros en salto largo; fue el mejor salto de su carrera. O de su vida, que es lo mismo. El único válido de los cinco intentos que tuvo, el más válido. Su guarismo le otorgó la medalla de bronce tras los dos yanquis que ganaron oro y plata. Luego Déborah imprimió todo lo que tiene. Fue tremenda carrera de la velocista uruguaya en los 400 metros con vallas; llegó tercera, en la raya con la cubana Hechavarria. Su tiempo fue de 56,41, el segundo mejor de su carrera. Bronce al pecho y cara de felicidad. Adelante entraron una competidora estadounidense y otra canadiense. La bandera de Uruguay flameó dos veces en alto, y eso es mucho.

Viene bien Andrés, eh

En la jornada de pista debutó otro uruguayo y se metió en la final: Andrés Silva está entre los ocho mejores de estos Juegos Panamericanos en los 400 metros con vallas. Si bien no consiguió la marca esperada para los Juegos Olímpicos (49 segundos, 40 centésimas), el tacuaremboense se sobrepuso al viento en contra de la segunda curva y consiguió completar una buena carrera en relación al resto de sus rivales. Terminó tercero en su serie (con 50,02 segundos) y debió sufrir las dos siguientes carreras antes de que se confirmara su clasificación a la final de los 400 metros con vallas. La definición será hoy a las 18.40 de Uruguay.

la diaria estuvo con Andrés momentos después de la carrera. Luego de dar declaraciones a la prensa, el corredor se instaló en la tribuna junto a otros tres compatriotas a la espera de que se confirmara su pasaje a la final. El reloj detenido con la llegada de los competidores de la tercera serie le dio la alegría. Silva levantó los puños en alto y festejó haberse metido entre los mejores ocho de la competencia. “Hoy el día estaba espectacular para correr, pero hubo bastante viento en la parte de la segunda curva”, contó el atleta. Según él, la diferencia es notoria, porque el ritmo de las piernas en las vallas cambia con la fuerza del viento. Ése fue uno de los factores que incidieron en las flojas marcas de todos los competidores. “Sabemos que el 50,02 no está cerca de mi mejor marca, pero se dejó todo igual”, contó el tres veces olímpico. Como nota curiosa, el medallista de oro en Londres 2012 en esta prueba, Félix Sánchez, quedó afuera de la final. El dominicano fue aquél a quien un periodista uruguayo confundió con Silva en plena competición de los Juegos Olímpicos.

Andrés Silva contó además algunos detalles del desarrollo de la carrera y la planificación previa que hizo con su entrenador, Andrés Barrios. “Salimos con todo en los primeros 200 metros, porque era lo que habíamos trabajado, pero luego, al final, ese desgaste se nota. En la última valla, atacamos al mismo tiempo con el jamaiquino que me tocó la mano y me sacó un poco de órbita. Son cosas que pasan en una prueba”, reveló.

Con la tranquilidad de estar clasificado a la instancia de hoy, Silva expresó su sentir al respecto: “Primer objetivo cumplido. Una cosa que no podemos dejar de hacer es creer en las oportunidades y trabajar para obtenerlas. Somos de los que luchamos, guerreros del día a día. Hacemos esto por placer y por vocación”. Hoy será otro día, y si las condiciones ayudan, el uruguayo buscará bajar su marca para alcanzar en esta carrera su clasificación a Río de Janeiro 2016.

Otros bronces

Ayer también jugaron otras disciplinas. En el juego por el pasaje a la final, la selección de handball femenino cayó 40-22 (18-11 el primer tiempo y 22-11 el segundo) ante Brasil. Mala suerte. Mejor dicho, mucha distancia entre los planteles. Mientras que las brasileñas son profesionales y ganan torneos mundiales, las nuestras son amateurs y, en su mayoría, juegan en el medio local. Ahora toca luchar por la medalla ante el perdedor de México y Argentina, que jugaban ayer a horas del cierre de la diaria. Mañana, a las 18.30, comienza ese partido por el podio y la presea.

En hockey, las Cimarronas vencieron 7-1 a la selección de República Dominicana. Gran participación de las nuestras, que también mañana jugarán el último partido de la competencia, a las 12.30, ante México y por el quinto puesto.

El tenis de mesa tuvo debut celeste. Y con victoria de María Pía Lorenzotti 4-0 (11-8, 11-7, 11-5, 11-5 fueron los sets) sobre la mexicana Mónica Serrano. Hoy, a las 11.45, va el segundo juego de la celeste. Es ante la colombiana Lady Ruano, que ayer también arrancó con victoria. El partido es clave, porque quien triunfe quedará bien posicionada para pasar la serie cuando falte un partido. El tercer y último encuentro de Pía, el grupo J, será mañana frente a la guatemalteca Mabelyn Enríquez.

Por último, el taekwondista Braian Elliot comenzó y cerró ayer su participación en los juegos. En el primer turno, el uruguayo venció 11-2 al representante de Islas Vírgenes, Douglas Townsend. Pero después, en cuartos de final, Elliot perdió 2-3 ante el mexicano Misael López y quedó eliminado.